Castilla y León cuenta, según la última encuesta del INE (Instituto Nacional de Estadística), relativa al censo agrario de 2020, con un total de 84.865 explotaciones agrarias, en una información facilitada por Asaja a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, de todas ellas, un total de 9.361 se sitúan en la provincia de Valladolid.

En lo que a la superficie de colza se refiere, en la campaña 2021/2022, se contabilizaron 47.950 hectáreas en la Comunidad, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, siendo la vallisoletana la provincia con más superficie de plantación de este producto con 9.100 hectáreas y registrándose un aumento, regional, con respecto a los dos cursos anteriores, cuando se contabilizaron 40.568 y 28.364 hectáreas respectivamente.

En cuanto a la producción, según las mismas fuentes, también se ve un incremento en los últimos tiempos. Se ha pasado de las casi 88.000 toneladas de 2020 a las 108.000 en 2021 en la región.

El aceite de colza podría ser una alternativa al de girasol. Muy pocos son conscientes de ello. Sin embargo, de la producción que existe ahora mismo en España, solo entre un 10 y un 15% se queda a nivel nacional, mientras que el otro 85% se exporta a Francia para consumo humano. El país galo, a su vez, lo exporta a otros como Alemania o Reino Unido donde se trata como un oro líquido más, como aquí hacemos con el de oliva o el de girasol.

El estigma por lo ocurrido hace 40 años en nuestro país con intoxicaciones y enfermedades y miles de afectados hace que no se le siga viendo bien para el consumo en el territorio nacional, sin embargo, ahora mismo, cotiza al alza.

Aumento de la demanda del aceite de colza

“Sí que ha aumentado la demanda de aceite de colza. Lo notamos. Sin lugar a dudas, lo que ha hecho que se incremente ha sido el conflicto con la invasión de Rusia en Ucrania y el aumento de precios de otros aceites como el de girasol”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, Antonio Torres Blanco (@Antonio_TorresB).

Este agricultor vallisoletano, de 36 años, tiene su explotación en el municipio pucelano de Villarmentero de Esgueva, localidad ubicada a 15 kilómetros de la ciudad el Pisuerga, que cuenta con, aproximadamente, un centenar de habitantes. Cultiva trigo, lentejas, guisantes, garbanzos… pero también siembra colza, desde hace ocho años.

“Normalmente, años atrás, la colza se ha pagado al doble que el cereal. Si el cereal estaba a 170 euros la tonelada, la colza se podría vender a 320 euros.  El año pasado ya nos la pagaron a 500 euros y este se ha llegado a oír que podrían hacerlo a 900”, señala nuestro entrevistado, que matiza que el precio del coste a la hora de producir esta colza es elevado porque los “imputs” han subido. “El precio del abono se ha multiplicado por cuatro o por cinco y eso sale de nuestro bolsillo a la hora de sembrar”, apunta.

Campo con cultivo de colza de Antonio Torres Blanco en Villarmentero de Esgueva

Este vallisoletano defiende que “debería aumentar el consumo del aceite de colza en nuestro país” por “sus propiedades” y explica que “es rico en Omega 3” que “tiene efecto antiinflamatorio” y que “es muy útil para la cocina” porque “resiste muy bien las altas temperaturas” y “tiene un sabor neutro que es muy importante”.

Además, apuesta por su consumo como defensa a la “Marca España”. “La colza en Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá o La India se consume mucho. Aquí debería porque es de la máxima calidad. Tenemos unos estándares muy exigentes. Debemos apostar por lo nuestro y no por lo de fuera”, añade.

Un cultivo especial y delicado  

Antonio Torres Blanco es arquitecto técnico y decidió quedarse en casa, en la explotación familiar. Comenzó a oír y a investigar y apostó por la colza para “innovar con este tipo de cultivo” que “ha avanzado mucho en cuanto a variedades” que “han ido mejorando” la calidad del producto final.

“Entre sus problemas está que es un cultivo muy delicado. Tiene que llover en septiembre y es difícil en España en general y en Castilla y León en particular que eso ocurra. El secreto de la colza es que tenga una buena nacencia y que llegue al estado de roseta, que es cuando tiene cuatro hojas verdaderas, antes de la primera helada porque luego resiste muy bien las temperaturas bajas”, añade este agricultor.

En los ocho años que lleva con este tipo de cultivo, Antonio ha sembrado desde 50 hectáreas hasta ninguna. En verano deja preparadas las tierras y si en ese mes de septiembre ve que llueve, siembra. “Este año tengo unas 15 hectáreas porque en el noveno mes del año ha habido bastantes precipitaciones. El pasado curso solo cultivé cinco”, informa.

En cuanto a la producción, el año “venía muy bien planteado” pero con “la sequía de mayo y el calor de los últimos días, se está complicando la cosa”, aunque apunta que firmaría “1.500 kilos de cultivo de colza”.

El aceite de colza, una alternativa al de girasol

“Desde OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) recomendamos el aceite de colza como un producto perfectamente nutricional que está siendo poco utilizado en nuestro país, aunque sí que hemos comprobado que su consumo ha aumentado. Hoy en día, con el precio al que están otros aceites, pasa por ser una buena opción”, apunta Rebeca de Miguel Álvarez, delegada de OCU en Castilla y León.

Añade que esta variedad es “muy utilizada en Europa” siendo “Francia el mayor productor”. “En España también se cultiva colza para elaborar aceite y se destina a uso industrial, se conoce como nabina”, apunta, aunque añade que “no se vende en los supermercados porque recuerda al escándalo sanitario que dejó muertos y damnificados” en nuestro país.

Puede ser una alternativa perfecta al incremento en el precio del aceite de girasol. Un aumento, como apunta la delegada de OCU, motivado por la “compra compulsiva de los consumidores” que se acaban haciendo eco de “las grandes firmas de supermercados” que “hablan de desabastecimiento”. “La mejor recomendación que podemos hacer es la de no comprar compulsivamente el aceite porque no hay riesgo de desabastecimiento. Si vemos que el precio del aceite de girasol sube, podemos apostar por otros como el de colza”, afirma.

Una etiqueta que limita la compra de aceite de girasol.

En cuanto al estigma de este producto tras el escándalo de los años 80 asegura que “es normal que haya gente a la que le dé respeto su uso” pero, en contraposición, apunta que “hay personas que han utilizado” y “siguen haciéndolo” el aceite de colza. “Es como si, poniendo una comparación, alguien que ha sufrido una intoxicación comiendo setas, no vuelve a probarlas. Hay que avanzar”, concluye Rebeca de Miguel.

Más producción, pero el consumo interno en el aire

“En España no se consume aceite de colza por la psicosis que se generó en los años 80. También porque tenemos un aceite de oliva potente al que nuestro paladar está acostumbrado. Cuando no es de oliva, se apuesta por el de girasol, y con eso las necesidades del consumidor están cubiertas”, apunta José Antonio Turrado, secretario general de Asaja Castilla y León, en declaraciones a este periódico, continuando con el tema del estigma.

El del sindicato agrario afirma que este producto “crea una animadversión en el consumidor” ya que, si lo ve incluido, por ejemplo, en unas rosquillas “las rechazará”. Esto lleva también a que, las diferentes empresas, no lo incluyan en la fabricación industrial de cualquier elemento alimenticio “porque no se quieren complicar la vida”.

“A ningún churrero o a alguien que vende patatas fritas en un puesto le impiden freír con aceite de colza. Está autorizado, es legal y seguro. El alimento final estará igual de rico que con otro tipo de aceite, pero, por lo que sea, no se hace”, señala Turrado.

José Antonio Turrado

Eso sí, el de Asaja da por hecho que si los mercados continúan como en los últimos días y si el mes de septiembre es favorable meteorológicamente hablando “se va a sembrar más colza”. “Es un cultivo que, si los mercados están al alza, como ahora, el agricultor va a sembrar y se va a vender porque siempre tiene mercado. Si no se vende aquí será a Francia o a China. La colza se va a sembrar, pero no es un producto que responda a nuestra demanda interior”, finaliza José Antonio Turrado.

La colza cotiza al alza en los últimos tiempos. La producción aumenta en Castilla y León, pero el consumo en nuestro país es toda una incógnita por el daño que causó en la sociedad, y entre la opinión pública, el escándalo de los años 80.

 

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