El ecosistema tecnológico va capilarizando en Castilla y León y lo hace más rápidamente que en el resto de España. La Comunidad, con 575 startups, concentra tan sólo el 2,5% del total nacional, pero con respecto al año pasado su número creció un 13%, lo cual supone diez puntos porcentuales más que la media española, según un estudio de Informa B&D.
Esta cifra representa un 4% del total de empresas que permanecen activas de las creadas entre 2016 y 2021 en la Comunidad.
Un término, el de startup, para el que no existe una definición sólida, por lo que para llevar a cabo este estudio se ha integrado en este grupo a empresas independientes de reciente creación que desarrollan una actividad tecnológica o innovadora.
Hay que tener en cuenta que solo una parte de ellas se convertirán en empresas innovadoras de alto crecimiento con el tiempo.
Por comunidades autónomas, el 27% de las startups tienen su sede en la comunidad madrileña, un 23% en Cataluña y un 12% en Andalucía. Pero, sobre el total de creaciones en cada comunidad, el porcentaje de potenciales empresas emergentes es mayor en La Rioja, un 14%; Canarias, un 7%; y Navarra, con casi el 7%. Madrid y Cataluña también se quedan cerca del 7%.
Datos generales
En el conjunto del país el número de startups se eleva a 23.383, el 4% del total de empresas creadas entre 2016 y 2021. Esto supone un crecimiento del 3% respecto a las 22.771 detectadas el pasado año.
Nathalie Gianese, directora de Estudios de Informa D&B, indica que "tras analizar las cuentas de las empresas creadas los últimos cinco años, se aprecia que las startups tienen una tasa de supervivencia superior al resto de compañías: cerca del 92% permanecen activas frente al 73% del resto, por lo que no es cierto que se expongan a un mayor riesgo".
La rentabilidad de estas empresas, tanto de las startups (en torno al 0,36%), como de las que no lo son (0,16%), es muy baja "seguramente debido a los efectos de la crisis sanitaria, si bien se percibe que entre las startups la cifra de ventas por empresa es superior, por encima del millón de euros, frente a los 725.000 euros entre el resto de compañías".
Casi el 96% de las startups son microempresas, algo más del 2,5% pequeñas, y las medianas y las grandes no alcanzan el 1% en un sector que aún tiene mucho recorrido por delante.
Tanto su actividad en el exterior (importaciones/exportaciones), que realiza sólo un 5%; como su implantación en el extranjero, el 0,2%, son muy bajas, al igual que el grupo de empresas con el que se les ha comparado. Sin embargo, la actividad de las startups en redes sociales y medios de comunicación se duplica con respecto al resto de empresas, con un 15% frente al 8% del resto.
Menor riesgo de cierre en las startups
Además de que son empresas que reflejan una capacidad de superviviencia mayor, hay otros indicadores que muestras que estas compañías tienen un nivel de fracaso inferior al resto.
Su probabilidad de cierre en los próximos 12 meses es menor, con un 73% de ellas con un riesgo medio-bajo o bajo frente al 63% de empresas en esta situación entre el resto. Y su riesgo de liquidez (probabilidad de impagados) también es muy inferior: sólo el 14% tiene riesgo alto o moderadamente alto frente al 26% del resto. Además, cuentan con un índice de resiliencia más elevado, el 46% se encuentran en el nivel elevado o medio-alto frente al 39% de las demás empresas.
También presentan una mayor propensión a crear empleo: las startups tienen un promedio superior de número de empleados, con siete frente a los cinco del resto de negocios; y de calidad, dado que un 70% son puestos fijos mientras que en el resto de compañías lo son sólo en el 65%.