Las incógnitas de Switch Mobility en Valladolid: anuncios, despidos y ocho millones de euros
La repentina salida de Andrew Palmer como CEO de la compañía y el retraso en las obras de su fábrica en la ciudad, siembra dudas sobre el proyecto
13 noviembre, 2022 07:00Noticias relacionadas
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Hace un año se anunciaba a bombo y platillo el desembarco de Switch Mobility en Valladolid pero la fábrica de autobuses eléctricos que planeaba tener construida a finales de año, sigue sin construir.
La Junta de Castilla y León ha iniciado ya la tramitación de una ayuda de siete millones de euros para la compañía, de los cuales cuatro son en forma de subvención no reembolsable, tal y como informó hace tres días el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo.
A este importe hay que sumarle la ayuda de un millón de euros que, según el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, quedó reflejada en el protocolo que la empresa firmó con el Ayuntamiento de Valladolid.
Switch Mobility es uno de los fabricantes más importantes de autobuses eléctricos y vehículos comerciales ligeros de Europa y filial de la multinacional india Hinduja Group. Un conglomerado de empresas con una cartera de productos muy diversificada que pasan por el petróleo, química, automoción, energía sostenible o finanzas, con una plantilla de 200.000 personas en todo el mundo.
La empresa entonces dirigida por Andrew Palmer (ex de Aston Martin y de Nissan, y uno de los directivos más influyentes del sector) informó de que con una inversión de cien millones de euros en los próximos diez años se crearán 2.000 empleos directos y casi 5.000 indirectos, lo cual revolucionó la esfera social y política no sólo de Valladolid sino también de Castilla y León.
Todo ello en un contexto en el que el sector de la automoción, que supone un 25% del PIB industrial de la Comunidad, demanda inversiones estratégicas de perfil eléctrico que generen las sinergias necesarias para que una industria cuya mayor cuota de mercado siguen siendo los coches de combustión fósil, pueda sobrevivir a las exigencias de descarbonización de la Agenda 2030 tras dos años nefastos en los que se han desplomado las ventas. Según datos de Anfac (Asociación de Fabricantes de Automóviles y Camiones de España), la producción de vehículos se recortó en España en 800.000 unidades desde 2017.
El objetivo de Switch es disponer de un centro de operaciones en la Unión Europea que le permita abrirse a este mercado de manera más fácil, dado que su otra planta, ubicada en Leeds (Inglaterra), está fuera del marco de la Unión. La fábrica que tiene en Reino Unido fabrica vehículos con volante a la derecha, y el mercado al que se abren ahora necesita de un centro de operación clave para mercados con volante a la izquierda.
Castilla y León, además, cuenta con uno de los hub de automoción más importantes de Europa y se convertía así en la plataforma perfecta para incrementar su negocio también en África y LATAM. Un mercado, el del transporte público, cuya demanda podría multiplicarse por diez hasta 2025. Sólo en India la movilidad pública representa casi el 50% de los viajes, pero actualmente sólo hay tres autobuses por cada 10.000 personas, según publica urbantransportnews.
Casi un año después de aquel anuncio, el pasado 4 de noviembre, Switch anuncia de repente que Andrew Palmer abandona su puesto de vicepresidente ejecutivo y CEO de la empresa "por motivos personales".
Desde ese día, el puesto lo ocupa Mahesh Babu tras seis años al frente de la empresa india Mahindra Electric Mobility Limited y tras un año como director de operaciones global de Hinduja.
En el escueto comunicado que envió la compañía se aseguraba que este cambio en la dirección de Switch se producía "para mantener la continuidad de la estrategia y la ejecución de los planes", por lo que todo parece indicar que el proyecto de Switch, sigue adelante.
Coincide que la marcha de Andrew Palmer se produjo apenas un mes después de que, tal y como adelantó EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León, se supiera que Inobat, empresa eslovaca de fabricación de baterías eléctricas de la que Palmer es presidente de la Junta Directiva, tiene previsto abrir una factoría también en Valladolid. Un anuncio que podría suponer un fuerte respaldo para que Castilla y León se posicione definitivamente como el polo de automoción eléctrica más importante de Europa.
Una fábrica que no arranca
La apuesta por la electrificación impuesta por la Agenda 2030 necesita de fuertes inversiones para transformar una industria de por sí muy golpeada por la crisis económica desatada desde 2020 con la irrupción de la pandemia.
Pero las perspectivas de recesión en Europa y las tensiones económicas y geopolíticas que se han desatado tras la guerra en Ucrania ponen más difíciles estas rondas de negociación a la hora de acometer proyectos.
Sin embargo, y ante los rumores que se han desatado por el retraso en el comienzo de la construcción de esta planta, tanto el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, como la propia Junta de Castilla y León, han tenido que salir al paso para asegurar que la compañía les ha trasladado que el proyecto sigue adelante.
Para Switch Mobility, los mercados clave para impulsar su negocio pasan por la India, África y Reino Unido. Para el nuevo CEO de Switch, la prioridad pasa por volver a situar la filial angloindia como primer o segundo mayor fabricante de autobuses eléctricos del país anglosajón, según declaró recientemente al diario ET Auto.
Mientras el nuevo CEO de Switch habla de los proyectos en India o Reino Unido en su perfil profesional de LinkedIn, no menciona nada respecto al proyecto de la compañía en España.
A la espera de que Mahesh Babu se reúna en Valladolid con las principales autoridades de la Comunidad antes de finales de noviembre, todo son incógnitas desde que el pasado 18 de marzo tuviera lugar la ceremonia de colocación de la primera piedra en los terrenos que Switch compró a la cooperativa ACOR por un importe de cinco millones de euros.
El propio Andrew Palmer aseguró en su día a este periódico que los primeros autobuses eléctricos con destino al mercado de la Unión Europea estarían saliendo de esta fábrica en marzo de 2023. Sin embargo, la fábrica sigue aún sin construir, si bien es un hecho que hasta el pasado mes de octubre no se habían otorgado las licencias necesarias. Sólo ha pasado un mes desde que las consiguieran.
Estas licencias necesitaban de la previa modificación del planeamiento urbanístico, que se inició el pasado 16 de marzo y se aprobó inicialmente tres meses después para someterse acto seguido a las alegaciones pertinentes. Hasta el pasado 17 de agosto no llegó el informe favorable de Fomento.
A pesar de que, según fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, Switch no ha cerrado aún ningún acuerdo con ninguna constructora para comenzar a levantar la fábrica de Valladolid, la compañía comenzó a reclutar rápidamente ingenieros para su nueva plantilla. Ingenieros a los que había que pagar un sueldo sin que estuviera aún construida la fábrica.
Estas mismas fuentes indican, no obstante, que el proyecto sigue adelante y que el hecho de que aún no se haya cerrado un acuerdo con ninguna empresa constructora no significa que no se hayan establecido hace tiempo estos contactos con diversas empresas hasta cerrar el acuerdo más ventajoso para Switch.
Pocos meses después de haber contratado a estos ingenieros, la empresa decidió prescindir de ellos alegando "un redimensionamiento de la plantilla", que llegó justo al poco de que Mahesh Babu fuera nombrado nuevo CEO de Switch.
Las mismas fuentes aseguran que el directivo indio ha recortado costes que "no tenían sentido" cuando aún no se han iniciado las obras de la factoría de Switch en Valladolid.
Uno de estos ingenieros que fueron contratados y despedidos posteriormente, José Angelo Sousa, muestra públicamente sus dudas y desconcierto ante lo ocurrido.
Es el mismo ingeniero que se congratulaba dos meses antes desde la fábrica de Switch en Sherburn de que se estaba trabajando para impulsar la calidad de los nuevos autobuses y cumplir así con las expectativas del cliente. Cerraba aquel post diciendo "Valladolid nos espera".
A pesar de los retrasos en las obras, todo parece indicar que el compromiso de Switch en Valladolid es firme una vez firmado el acuerdo de compra de los terrenos en Soto de Medinilla, si bien la marcha de Andrew Palmer y el posterior despido de cinco de los ingenieros contratatos por la compañía sin haber empezado aún a construir la planta, ha generado inquietudes sobre el proyecto.