Neurofix mantiene contactos con inversores de Emiratos Árabes para movilizar 20 millones de euros

Las miradas de las principales firmas farmacéuticas del mundo están esperando a que el mes que viene la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) dé el visto bueno al protocolo del fármaco que Neurofix desarrolla para paliar el dolor de los pacientes con lesión medular.

La empresa salmantina ya mantiene contactos con empresas de Emiratos Árabes "para movilizar 10 millones de euros en un primer momento y otros 10 en una segunda fase".

En plena ronda de inversión, 20 millones de euros separan el pionero fármaco que la biotech salmantina ha desarrollado y que se encuentra en su última fase clínica, de su comercialización en el mundo una vez aprobado por la EMA.

Precisamente Salamanca celebra estos días el Peace City World para atraer inversiones multimillonarias a una provincia que se ha convertido en el polo biotech de Castilla y León y en uno de los más destacados de España, tras los de Barcelona, Madrid, País Vasco y Galicia, y ya por delante de Navarra.

Miguel Ángel Ávil, CEO de Neurofix, junto al presidente de la Junta y otras autoridades en Salamanca

Miguel Ángel Ávila, CEO de Neurofix, explica a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León, que Salamanca "se está convirtiendo ya en un destino muy a tener en cuenta por los grandes inversores dada su económica y alta calidad de vida, el liderazgo de su Universidad y su cercanía a Madrid".

Neurofix es una de las empresas salmantinas que representan a los inversores las posibilidades de negocio que hay en el polo empresarial y biotech que hay en la provincia charra.

Tras multiplicar por 30 su valoración en los últimos cuatro años, Ávila adelanta que "este mes estamos cerrando reuniones con farmacéuticas que han mostrado su interés por invertir entre 3 y 6 millones de euros".

El rápido crecimiento de la compañía le ha obligado a ampliar su plantilla en los últimos meses en cinco trabajadores más altamente cualificados.

Implicar a Sodical

Neurofix ha contado en todo momento con el apoyo de organismos como Iberaval, el Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) o del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación de España (CDTI). Éste último "utiliza una fórmula que impulsa de forma importante la confianza de los inversores, dado que por cada millón de euros que las compañías conseguimos en una ronda de inversión, este organismo aporta esa misma cantidad".

El CEO de Neurofix trabaja ahora para extender este apoyo de coinversión a Sodical (Sociedad de Inversión para el Desarrollo Empresarial de Castilla y León), dado que "el Ejecutivo autonómico se ha dado cuenta de que estamos en plena revolución biotech, de la misma manera que hubo una revolución digital o tecnológica, y que este desarrollo puede atraer mucha inversión a la Comunidad", explica Ávila.

El valor de Neurofix en la actualidad es de 22 millones de euros. Pero si la EMA da el visto bueno para diseñar el protocolo de la última de las fases clínicas de su fármaco NFX88, se abriría la puerta a "la comercialización de un medicamento único en el mundo, dado que el que actualmente utilizan los pacientes con lesión medular para paliar su dolor, no es específico para ellos".

La solicitud de medicamento huérfano, es decir, aquellos que están indicados para enfermedades con una prevalencia de cinco casos por cada 100.000 habitantes (por lo tanto en principio, menos atractiva para las farmacéuticas), "también está ya solicitada, lo cual nos daría diez años de prórroga para la patente", explica el CEO de Neurofix.

Una vez que la EMA dé el OK a este fármaco terapéutico, "podríamos hablar ya de su comercialización a través del acuerdo al que se llegue con una de las farmacéuticas que ya han mostrado su interés por nuestro producto".

Una operación que "podría estar valorada en el entorno de los 120 y los 300 millones de euros", añade Ávila.

La facturación media de un medicamento de este estilo en el mercado se aproximaría a los "1.100 millones de euros" en todo el mundo, que paliaría el dolor de entre 25.000 a 40.000 pacientes en España.