José Luis Valdivielso, delegado autonómico de Faconauto (patronal de los concesionarios oficiales de automóviles en España) pide que "se apliquen en Castilla y León las mismas ayudas a la movilidad que ha anunciado recientemente el Ayuntamiento de Madrid y que son de sentido común si queremos paliar la caída en la ventas".
Es decir: ampliar las ayudas económicas también a la compra de automóviles nuevos de diésel y gasolina con etiqueta C, "cuyos motores contaminan infinitamente menos que los que hay en circulación y permitirá a la industria recuperar la caída en las ventas que lleva padeciendo desde 2019, con una incertidumbre de compra entre los usuarios que sólo ha valido para envejecer aún más el parque automovilístico y por ende contaminar mucho más que antes".
"Sería recomendable que en Castilla y León se siguiera el modelo de Madrid: permite que la gente pueda tener acceso a un vehículo asequible sin descartar ninguna tecnología, porque se están prohibiendo ideológicamente cosas sin sentido alguno que perjudican, además, a los más pobres", añade.
La aplicación de esta medida anunciada por el Consistorio de la capital española "supondrá reducir allí antes la contaminación, no de forma teórica sino efectiva, además de dar opciones a la gente pero sin imposiciones, porque de aquí a 2025, a saber qué pasa".
Los primeros portazos a las nuevas normativas
En los últimos días la decisión de la Comisión Europea de prohibir la fabricación y venta de automóviles de combustión e híbridos más allá de 2035, ha dado un vuelco de 180 grados que también afecta a esta industria en Castilla y León, con cuatro fábricas de automoción (Renault en Valladolid y Palencia; Iveco en Valladolid y Nissan en Ávila). Por ahora, la norma queda en suspenso sine die tras anunciar Italia y Alemania que se descuelgan del acuerdo inicial.
Y lo hacen tras dos años en los que esta industria se ha visto obligada a transformarse de manera radical para adecuar sus plantas a la producción de vehículos eléctricos, y tras cerrar 2022 con el peor dato en matriculaciones desde 1993 según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), que en España, según datos de Anfac (Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones), se tradujo en un retroceso del 5,4%.
Teutones e italianos han sido los primeros en dar un paso adelante tras unos años en los que los planes de la UE han puesto patas arriba las estrategias de estas multinacionales y han llenado de incertidumbre la decisión de compra de los consumidores europeos.
Dudas que, unidas a la crisis de los semiconductores y al desplome del poder adquisitivo per cápita, ha desembocado en la decisión de los ciudadanos de alargar la vida de sus automóviles hasta más allá de 14 años.
El canciller alemán Scholz, ha justificado su postura de no acatar el veto de la UE a los coches de combustión más allá de 2035, argumentando que la industria alemana necesita "garantías" de que se podrán utilizar y fabricar coches que utilicen combustibles sintéticos limpios.
En este sentido, Renault y Geely (firmaron una joint venture al 50% el año pasado para impulsar el negocio de motores híbridos y de combustión pero de bajas emisiones), ya tienen firmado con Aramco (la mayor empresa de petróleo del mundo) una carta de intenciones para el desarrollo de combustibles sintéticos y de hidrógeno.
En medio de este proceso de transición hacia una movilidad eléctrica, "Hungría y Polonia también han anunciado su veto a la hoja de ruta inicial aprobada por el Parlamento Europeo para la descarbonización de la industria del automóvil", indica López Valdivielso.
El anuncio de la UE de aprobar en 2025 la denominada Euro7, que planea una reducción aún mayor del índice permitido de contaminación para los automóviles de combustión fósil, "pone en riesgo aún más la continuidad de una industria que es vital para la economía de Castilla y León y del resto de España y Europa", advierte.
No en vano, las cifras hablan por sí solas: este sector supone casi el 25% del PIB industrial de Castilla y León, emplea a casi 35.000 trabajadores, y supone el 20% del mercado nacional, siendo España el octavo país del mundo en fabricación y el segundo en Europa.
Una norma, la de Euro7, que los principales fabricantes, entre los que se encuentra Renault o Stellantis, "ya han advertido de que podría suponer la desaparición de muchas de sus fábricas en territorio nacional", explica el delegado de Faconauto en Castilla y León.
"La UE se está pegando un tiro en el pie y las consecuencias las van a pagar los trabajadores y las empresas porque todos estamos de acuerdo en reducir la contaminación, pero las prisas de la UE son todo menos una transición", añade.
López Valdivielso recuerda que "el propio presidente de Faconauto en España, Gerardo Pérez, interpelaba hace unos días al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que aclare si se va a garantizar la movilidad individual a los ciudadanos, es decir, la posibilidad de poder moverse en su propio vehículo, a raíz de las limitaciones de las denominadas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades, y de la clara declaración de intenciones que publicaba el propio Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico hace unos días en la que prácticamente desaparece de la ecuación el coche individual".
"Tal y como se están planteando las cosas, es importante resaltar que se están limitando los derechos del ciudadano a moverse libremente, lo cual es muy grave", denuncia.
Impacto en Castilla y León
A todas las medidas que se han ido anunciando en los últimos años con el fin de cumplir los objetivos de descarbonización aprobados por la UE, se le suma ahora la idea de construir las denominadas 'ciudades de los 15' que impulsen núcleos urbanos climáticamente neutros donde trabajo, vivienda y servicios se encuentren de fácil acceso tanto andando como en bicicleta.
"Si calan todas estas medidas en la ciudadanía estaremos poniendo en riesgo la continuidad de los modelos de negocio de las principales fábricas de Castilla y León, que acabarán por instalarse en otros países donde el derecho de los ciudadanos a moverse libremente como quieran no esté restringido", indica López Valdivielso.
En este sentido, el delegado de Faconauto en Castilla y León recuerda que "Luca De Meo (consejero delegado de Renault y presidente de la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles) ya ha dicho que si se continúa en esta línea sobrarán 11 plantas de fabricación de automóviles en Europa, lo que supondría la pérdida de 110.000 empleos directos de un plumazo, entre los que podrían estar también los de Castilla y León".
Aunque 2023 ha comenzado con indicadores al alza en la compraventa de vehículos nuevos, con un impulso del interanual del 18,8% en las matriculaciones en Castilla y León en enero, este incremento fue de 18 puntos más en el conjunto del país.
Según datos de Anfac (Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones), la Comunidad cerró 2022 con 20.361 unidades de turismos y todoterrenos matriculados, lo que supone un 42,1% menos que en 2019, año de prepandemia.
"Toda esta incertidumbre hace que este sector se resienta en Castilla y León notablemente, mientras que China y EEUU está apoyando sin paliativos su industria", explica Valdivieso.
"España ocupará la presidencia europea a partir de junio. Como productor importantísimo en el mundo y en el mercado común, debe apoyar posturas que no fusilen una de las industrias más importantes de España y que tanto aporta también a Castilla y León", subraya.
López Valdivielso recuerda, además, el peso que tienen los concesionarios de marcas oficiales en Castilla y León, con 146 que dan empleo directo "y muy cualificado" a casi cinco mil personas, por lo que "toda esta incertidumbre y estos reveses constantes están generando una pérdida de oportunidades y de desarrollo económico que no habíamos vivido nunca antes".
Unos "reveses" que tienen consecuencias. La firma Ford ya ha anunciado un ERE que afectará a 1.100 personas en su planta de Almussafes (Valencia) tras dejar de fabricar los modelos Mondeo, Galaxy y S-Max.
A este respecto, el delegado de Faconauto en Castilla y León pone de manifiesto que "Renault en Valladolid y Palencia no fabrica eléctricos, sólo motores de combustión e híbridos. Si siguen adelante con la prohibición de híbridos sería letal porque Renault ha decidido que España sea su polo de fabricación de híbridos, dado que el polo de eléctricos del Grupo estará en Francia".
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