La Asociación Regional de Empresarios de Alojamientos Rurales de Castilla y León (Ararcyl), así como la de Valladolid, la Asociación Turismo Rural de Soria y la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Segovia, presentarán alegaciones a las intenciones de la Consejería del ramo de permitir que puedan abrirse este tipo de establecimientos en municipios de hasta 10.000 habitantes, cuando hasta ahora la normativa prevé que se limite a los de hasta 3.000 habitantes.
"Es un despropósito y puede suponer la ruina de nuestro sector permitir que se abran estos negocios en municipios grandes", indica Luis Chico, presidente de Ararcyl, quien sostiene que "la medida no tiene sentido porque acabará desvirtuando, además, la propia esencia del turismo rural".
El Decreto 75/2013, de 28 de noviembre actualmente vigente basa precisamente la limitación de ubicación en municipios de hasta 3.000 habitantes en la propia naturaleza de este tipo de turismo así como en que son estos los entornos que tienen unas características propias del medio rural, que representan casi el 96% de los municipios de Castilla y León.
Sin embargo, la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte trabaja en ampliar este límite para que puedan abrirse hoteles y casas rurales en entornos de hasta 10.000 habitantes, dado el liderazgo nacional de Castilla y León en este sector. Una medida que se aplica ya en otras comunidades autónomas como Castilla La-Mancha.
Para el presidente de Ararcyl, esta medida "afectará a los profesionales del sector que trabajamos en este entorno tan despoblado y que somos quienes nos quedamos en el pueblo y generamos riqueza y empleo".
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Todo ello tras consolidarse la Comunidad como el destino favorito de este tipo de turismo entre los viajeros en España (ya lo fue en 2021 y 2022), con casi 60.000 pernoctaciones más el pasado mes de enero, es decir, un 12% más que hace un año, según los últimos datos del INE.
No obstante, estos buenos resultados en Castilla y León fueron dos puntos más bajos que el crecimiento observado en el conjunto del país, con un 14% más.
Una medida que, de aprobarse en estos términos, permitiría abrir casas rurales en municipios como en los vallisoletanos Medina de Rioseco, Boecillo o Cigales; así como en otros como los salmantinos Alba de Tormes, Cabrerizos o Guijuelo, o también en municipios segovianos como Cuéllar.
Desde Ararcyl advierten del golpe que supone para el sector la aparición de nuevas fórmulas como los apartamentos turísticos o de plataformas en línea que permiten alquilar o intercambiar vivienda como espacio de vacaciones. "Están castigando a quienes generamos empleo en un entorno ya de por sí muy complejo como lo es el medio rural, donde faltan servicios y a veces no hay ni internet", explica Chico.
Unas plataformas y opciones que están en el mercado pero que "supone que no podemos jugar todos con las mismas cartas", dados los gastos, requisitos aplicables e impuestos derivados de estar dado de alta en esta actividad económica.
Con el ojo puesto en las reservas de Semana Santa
A falta de 24 horas para que comiencen las vacaciones escolares y el inicio, para muchos, de las vacaciones de Semana Santa, las reservas de turismo rural para estas fechas "están un 15% más bajas que el año pasado por estas fechas", indica Chico.
Además, resalta cómo la pérdida de poder adquisitivo derivada de la espiral inflacionista ha hecho mella en el número de días que se reserva uno de estos establecimientos. "Si antes era de una semana, ahora estamos notando que lo cierran sólo para jueves y Viernes Santo, como mucho estarán hasta media mañana del sábado pero se irán el domingo".
Un duro golpe para el turismo rural dado que, además de recibir reservas por menos tiempo, "para rentabilizar nuestros negocios deberíamos repercutir al consumidor una subida del 20% en los precios pero no podemos hacerlo porque si no, no seríamos competitivos", añade, por lo que finalmente asegura se ha repercutido "sólo un 10%".
Ante esta realidad, Chico pide a la Consejería de Turismo "más creatividad" para desestacionalizar la demanda "y trabajar más la atracción de este turismo el resto de meses".
Sin cambio de tendencia
Por su parte, Piedad Sánchez, presidenta de la Asociación de Hoteles de Castilla y León, no percibe en estas próximas vacaciones ningún cambio de tendencia. Es decir, "las reservas siempre están aproximadamente en torno al 50% justo los días antes de Jueves Santo, pero luego esperamos una ocupación de hasta un 95% porque, además, las previsiones del tiempo son menos adversas que en otros años".
En términos globales, los datos del INE respecto a las pernoctaciones del sector durante el pasado mes de febrero reflejan un incremento interanual del 7,8%, si bien es tres veces más bajo que el registrado en el conjunto del país (23,6%).
A pesar de haber recuperado el nivel de actividad previo a la pandemia, lo que sí han comprobado es que "el número de pernoctaciones se está reduciendo a dos o tres días para Semana Santa debido sobre todo al miedo de la gente por la incertidumbre económica y a la evidente pérdida de poder adquisitivo".
En este sentido, la subida de los tipos de interés "tampoco ayuda, evidentemente, porque estamos hablando de negocios con altos índices de endeudamiento debido a su constante inversión en actualizaciones necesarias para dar los más altos parámetros de calidad". Unos tipos que actualmente se sitúan en el 3,5% y que la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, no descarta volver a subir hasta conseguir que la escalada de precios remita y la inflación caiga hasta el 2%. Una previsión que no se contempla hasta el año 2025.
"Todas las subidas de impuestos al trabajo así como las del acceso al crédito, lastran un sector que no debemos olvidar es estratégico para la economía de Castilla y León y del resto de España", enfatiza.
En la Comunidad y según la última contabilidad del INE, hay 955 hoteles (1,7% menos que hace un año) y 3.205 establecimientos de turismo rural (casi un 1% menos) que dan empleo a 9.600 personas.