El cuidado de las personas mayores es una auténtica necesidad social en España. Nuestro país es el tercero con mayor esperanza de vida de Europa y el progresivo descenso de la natalidad desde los años 70, unido al aumento de la longevidad, ha duplicado el número de personas mayores de 65 años en las últimas tres décadas.
En este contexto, se ha convertido en fundamental impulsar una atención a las personas mayores cada vez más personalizada, garantizando los cuidados y la calidad de vida de un porcentaje de la población al que debemos, en gran medida, el bienestar y el progreso del que disfrutamos en España a día de hoy.
Además, en una sociedad cada vez más individualista y egocéntrica, en el que la soledad no deseada está a la orden del día, es fundamental lograr que las personas mayores se sientan queridas y partícipes de un sentimiento de comunidad que, cuando eran jóvenes, estaba mucho más presente que en la actualidad.
En pleno corazón de León se encuentra un centro residencial que ofrece el tipo de atención que las personas mayores merecen y que garantiza, ante todo, su bienestar y calidad de vida. CleceVitam Otazu, gestionado por la empresa Clece, lleva funcionando seis años y medio y es un centro innovador y de carácter familiar.
Residentes "únicos" y ubicación accesible
Lara Fernández Bajo, directora del centro, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que en CleceVitam Otazu cada residente "tiene nombre, apellidos y su historia de vida que le acompaña y le hace único e importante".
"No es un centro grande en el que sean números, aquí son únicos y les conocemos, igual que a las familias, que intentamos hacerlas partícipes en todas las actividades del día a día y ser lo más transparentes en todos los sentidos con ellos", asegura, recordando que el centro "antes era una clínica privada".
Según relata la directora del centro, la empresa Clece asumió la gestión de estas instalaciones para convertirlo en centro residencial por su ubicación estratégica en el centro de León, concretamente en la Avenida Lancia, número 4, junto al espectacular Jardín de San Francisco de la capital leonesa.
"Es un lugar muy accesible para la gente mayor, para las visitas y para que sigan teniendo independencia a la hora de salir, destaca Fernández, que asegura que en el centro se respira "un ambiente cálido, de confianza, que surge del trato del día a día, del cariño que florece cuando trabajas con personas".
Envejecimiento activo
Uno de los pilares fundamentales de la filosofía de CleceVitam Otazu es el envejecimiento activo y la directora del centro destaca que intentan que los residentes "sigan siendo partícipes y decisorios de su día a día".
"El día que no puedan hacer algo aquí estamos para ayudarles o para hacérselo, pero mientras puedan seguir haciéndolo promovemos esa autonomía personal y ese mantenimiento de capacidades, tanto físicas como cognitivas", asegura.
El centro cuenta, además, con tres perfiles muy importantes, el de terapeuta ocupacional, el de fisioterapeuta y el de técnico de animación sociocultural, que contribuyen al mantenimiento de capacidades pero también a la rehabilitación cuando se ha producido una caída, una fractura o un accidente cerebrovascular.
"También somos un centro rehabilitador", señala Fernández, que destaca la importancia de la ubicación del centro. "El Jardín de San Francisco es uno de los parques con más vida de León, da a los residentes total libertad para salir, entrar, ir, venir, para mantener esa autonomía que tanto queremos promover", afirma.
Además, comenta que, en el momento en que los residentes no puedan salir, las familias "tienen las puertas abiertas para permanecer en la residencia con ellos". "Pedimos cierta lógica en las visitas pero no hay un horario restringido, las visitas evolucionan como evoluciona el estado de los residentes", apunta.
Sentimiento de comunidad
CleceVitam Otazu fomenta un profundo sentimiento de comunidad entre sus residentes. "Intentamos formar parte del día a día de la comunidad, disfrutar del aire libre, facilitarles a los residentes y a las familias espacios de ocio y tenemos en mente iniciativas de puertas abiertas y hacer iniciativas solidarias", asegura Fernández.
La directora del centro pone el ejemplo de la solidaridad de CleceVitam Otazu con los afectados por la devastadora Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que ha afectado al este de España dejando, hasta el momento, más de 220 fallecidos, decenas de desaparecidos e ingentes daños materiales.
"Ahora todo el mundo está muy volcado pero nosotros queremos tenerlo presente y que no sea solo una moda ahora sino que a lo largo del tiempo podamos seguir haciendo actividades sociales para aportar nuestro granito de arena", asegura.
Además, destaca la importancia de las "actividades intergeneracionales e interculturales" y asegura que tienen el centro abierto a "cualquier asociación que quiera hacer cualquier tipo de intercambio en este sentido".
Una residencia innovadora
CleceVitam Otazu también se caracteriza por fomentar la innovación e implementar las nuevas tecnologías tanto en el cuidado de los residentes como en el trabajo diario de los profesionales.
"Por ejemplo, somos un centro libre de sujeciones, damos todas las alternativas posibles y seguras antes que hacer una sujeción. Ante una persona que tiende a levantarse por la noche y caerse lo fácil, y lo que se hace en un hospital al uso, es atar a la persona, aquí no, aquí utilizamos camas de cota cero", afirma la directora.
Fernández señala que se trata de camas normales que a la hora de dormir "bajan al nivel del suelo". "Se pone una colchoneta al lado por lo que lo peor que puede pasar es que rueden, y como hay continua presencia de las auxiliares haciendo rondas, en seguida se detecta para poderle acompañar de nuevo a la cama", apunta.
Además, en el centro han implementado la yetitablet, que es "una tablet enorme que tienen siempre a su disposición para hacer crucigramas, sudokus, puzzles". "Es otro ratito en el que se genera alrededor de la yetitablet en contacto de ocio con las nuevas tecnologías tanto solos como en grupo", señala.
Fernández hace hincapié en que en el Centro están en proceso de selección de otros medios de seguridad como pueden ser dispositivos en las camas para detectar cuando no hay peso, para dar la voz de alarma y ver "si simplemente se ha levantado al baño o si se ha producido una caída".
También de cara a los trabajadores, están intentando implementar procesos que les ahorren tiempo de burocracia para que ese tiempo puedan emplearlo en el cuidado activo de los residentes.
"Si todo lo que se está haciendo en papel lo podemos trasladar a aplicaciones informáticas que son más responsables con el medio ambiente y son más ágiles al registrar el día a día, se trata de optimizar lo que no es estar directamente con el residente para pasar el mayor tiempo posible con ellos", afirma.
La directora del centro recuerda, no obstante, que las nuevas tecnologías "tienen que ser siempre un apoyo" en el cuidado de los residentes y "nunca una sustitución, porque es imposible sustituir el cuidado humano".
Un equipo con calidad humana
Fernández destaca que el equipo de profesionales de CleceVitam Otazu es "un tesoro" y se muestra visiblemente emocionada al hablar de sus compañeros.
"Tenemos un equipo médico que es un tesoro, sabemos que no es fácil encontrar equipos médicos que se quieran dedicar al sector privado residencial, y tenemos la suerte de contar con un médico con muchísima trayectoria que está muy vinculado a la residencia, siempre está disponible al teléfono", afirma.
Además, señala que cuentan con unos enfermeros que "son un tesoro" y que tienen "muchísima trayectoria en el cuidado del adulto mayor y con una calidad humana admirable". "Estoy muy orgullosa de tener este equipo, son tan humanos, tan cercanos, tan vinculados y tan vocacionales", asegura conmovida.
En cuanto a los perfiles, destaca la importancia del fisioterapeuta, del terapeuta ocupacional, de la animadora y de la trabajadora social, que es "uno de los perfiles más importantes de una residencia".
"Es una figura de escucha, desahogo y de tramitar todo tipo de prestaciones y de todo eso que no se ve, porque es más papeleo, pero es muy importante en una residencia", afirma.
Destaca también al equipo de cocineras y asegura que otro de los puntos fuertes de la residencia es que la cocina "es 100% casera y está buenísima". "Les invitamos a venir a comer antes con nosotros para que vean la vidilla del comedor, lo que se come, intentamos tener mucha transparencia en ese sentido", afirma.
Fernández concreta que los residentes todos los días "tienen doble opción de menú para comer y cenar" y que "incluso los triturados están ricos".
Unas completas instalaciones
Las instalaciones del centro son muy completas y cuentan con diferentes espacios enfocados a distintos fines. "Tenemos dos espacios, uno que es más hogareño y otro que es más funcional, que están destinados al uso de los residentes y de las familias", comenta Fernández a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
En concreto, se trata de dos salas de estar en las que tienen a su disposición "una cafetera con café disponible, la prensa, la yetitablet y diferentes cosas para pasar el tiempo y para que las familias puedan disfrutar de esos espacios interiores".
"Luego tenemos una sala de estar principal que está destinada al uso exclusivo de los residentes porque la experiencia nos dice que si dejamos usar ese espacio también a las familias no les queda un espacio de tranquiliad e intimidad para ellos", afirma.
Y destaca la importancia de la unidad de convivencia de grandes dependientes, en la que los residentes se encuentran "continuamente supervisados y acompañados con un clima muchísimo más tranquilo pero también con actividades específicas para ellos, para que tengan esa estimulación cognitiva y física".
"Es un espacio mucho más pequeño e individualizado en el que tienen sus actividades de terapia, fisioterapia, animación o reminiscencia, intentamos cuidarles en la etapa más vulnerable de su vida", afirma, y se muestra visiblemente emocionada al hablar de sus reacciones después de realizar distintas actividades.
"Yo subo todos los días un ratito a verles después de desayunar y después de la actividad de estimulación despiertan y te sonríen y aplauden y reciben ese cariño y es muy bonito verles despertar", añade.
Actividades personalizadas
CleceVitam Otazu cuenta con actividades diferentes para cada uno de los niveles, algo que facilita el equipo tan amplio con el que cuenta. La directora del centro destaca que ofrecen actividades "de ocio puro y duro como celebrar una fiesta, bailar, salir a tomar el vermú o a dar un paseo, además de talleres de cocina".
Y también actividades de estimulación cognitiva "como leer la prensa y comentar las noticias, actividades más manuales de texturas, olores, de reminiscencia y recordar, las fichas al uso, cuentas, colocar colores y formas, más de memoria, y la parte más de terapia ocupacional".
Fernández destaca la importancia del perfil del terapeuta, que es "la persona que puede fomentar la autonomía en las actividades básicas de la vida diaria, trata de facilitarles las herramientas para una readaptación, fundamental a la hora de recuperarse de un ictus".
"Ella es la profesional encargada de que una persona que viene comiendo exclusivamente triturado del hospital, porque es lo fácil, vuelva a comer sólidos, o que una persona que después de una hospitalización larga venga con pañal se lo pueda quitar. Se puede trabajar en ello mediante la terapia", añade.
Fernández señala que esos momentos de superación son "muy bonitos". "Vienen con esos miedos a la hora de ingresar y con esas situaciones tan duras y tan perdidos y les das esa pequeña luz de que no solo van a trabajar la fisioterapia sino también las actividades de la vida diaria e intentar recuperar la situación que había antes", afirma.
La directora del centro también destaca la importancia de la labor del fisioterapeuta y destaca que en CleceVitam Otazu todos los servicios "están incluidos en el precio", añadiendo que tienen "las puertas abiertas" para "cualquier cosa" en la que puedan ayudar a las personas mayores o a sus familias.
"Muchas veces solo necesitan que se les escuche, que se les guíe, para informarse, para formar parte de esta familia o simplemente para pasar el día con nosotros, somos una casa abierta a la comunidad. Aquí recibimos a todo el mundo de mil amores", zanja Fernández.
Una directora vocacional y comprometida
La directora del centro destaca que comenzó su carrera profesional trabajando en una residencia de salud mental y después dos años se trasladó a Palencia con Clece para ser coordinadora del servicio de ayuda a domicilio del Ayuntamiento.
El Grupo Clece nació en 1992 con la finalidad de promover la inclusión sociolaboral de personas con diversidad física, psíquica o sensorial, trabajando mano a mano junto a empresas privadas y organismos públicos.
Fernández destaca que todos los temas que toca los trata "con calidad". "Cuida al personal, la conciliación la respeta muchísimo y apuesta por el talento propio. A mí me ofrecieron formarme para en algún momento ejercer la dirección porque apostaron por mis capacidades, y apuestan mucho por la gente joven", afirma.
La directora de CleceVitam Otazu recuerda que su labor en Palencia "fue una experiencia muy bonita". "Me encanta el trabajo vinculado a las personas mayores y dependientes y allí encontré un lugar en el que me sentía valorada y apostaron por mí y por mi formación", asegura.
Fernández asegura que, para ella, es "muy importante" estar en un sitio en el que está a gusto y en el que se puede desarrollar profesionalmente y que eso lo encontró en la ayuda a domicilio. Pero pronto le surgiría la opción de volver a su tierra y no lo dudaría.
"Soy de León, la tierrina siempre tiraba y me vine a trabajar a otra residencia en un cargo intermedio a la dirección pero a los ocho meses surgió la oportunidad de volver a casa ejerciendo la dirección de CleceVitam Otazu, y estoy en mi salsa, estoy encantada y feliz", asegura con una sonrisa.
Una directora comprometida y vocacional en una residencia de mayores innovadora y familiar que se ha convertido en todo un referente de los cuidados en pleno corazón de León.