Soliloquios de Juan de Portoplano

0. Los seres humanos se definen a sí mismos y lo que les rodea por frases-ideas-conceptos-principios-máximas. Diríamos que hay dos tipos de conocimientos, las fórmulas físico matemáticas y los conocimientos científicos, verificables, y los enunciados en frases y conceptos del resto de saberes. En la medida que podamos deberíamos todos perfilar nuestra capacidad conceptual en cuanto a los conocimientos que aceptamos, sean con una metodología científica, sea con una metodología humanística-filosófica-estética-cultural-teológica. Porque de lo que pensemos o dejemos de pensar como verdadero y bondadoso, así entenderemos el mundo y a nosotros mismos, y a nosotros mismos en el mundo…

1. El de Portoplano como era llamado en su pequeña aldea-pueblo-barrio-ciudad caminaba al atardecer, para desentumecer las piernas, para intentar captar algo de la realidad, de esa realidad de dentro y de dentro-fuera y de fuera y de fuera-dentro. Debajo de un gran árbol en la plaza dónde tradicionalmente se concentra el poder humano, el ayuntamiento, la Iglesia, el mercado-comercio, la policía, allí sentado, ensimismado en su silencio, en los ruidos del mundo intentaba captar algo de lo real, y pasarlo a pensamientos y después a palabras-imágenes, y quizás, redactarlos sobre un papel o una grabadora:

- El degustar-alimentarte con una bebida-comida, modesta y buena, para de ese modo alimentar la carne y la mente-psique-cerebro y poder seguir siendo-existiendo en este mundo. Apreciar lo pequeño como grande, lo grande como pequeño, para así entender la escala de todo.

- No podemos entender nada del mundo, si no tenemos en cuenta, lo que el saber con método empírico científico nos enseña. Mamamos-bebemos ideas y conceptos, que tienen siglos, pero que no están formulados con las metodologías científicas de hoy. Porque ese saber heredado de siglos, cierto o menos cierto, condiciona el saber humanístico-teológico-religioso-filosófico-estético.

- Vivir-existir sin una ética-moral correcta, es vivir a medias o menos que a medias.

- Aunque nos basemos en conceptos e ideas que han evolucionado y progresado durante siglos y milenios, tenemos que ver la realidad modestamente con nuestros ojos, combinando lo antiguo y lo nuevo.

- Según cada época y el saber acumulado de cada época así pueden vivir y existir un número de personas en el planeta.

- Callarte pero no olvidar, con modestia, tu libertad interior, tu libre albedrío, tu pensamiento-conciencia, con modestia, pero no abdicar de ello. Aunque debo decirte que beberás muchas veces, el agua en soledad.

- Cuándo fallezcas y si existe Dios, ante su Tribunal tendrás que examinarte. Entonces qué dirás y qué pensarás ya sin automentiras.

- Hay que plantearse si los que deberían exponer con sus vidas y sus palabras, los grandes ejemplos morales y espirituales, hay que plantearse, que sin ser malos, se han debilitado mucho, se han avinagrado demasiado, si han perdido la sal que deberían ser.

- Una ideología tiene dos tipos de conjuntos de realidades, sus principios teóricos-prácticos sobre los que se sustentan, segundo, sus realidades prácticas que construyen-realizan-materializan sus élites y jerarquías. Da lo mismo, sea una ideología secular o no secular, religiosa o no religiosa, de un color o de otro. Pueden que sus grandes principios sean excelsos, pero sus elites, altas y medias y bajas, solo hayan utilizado esos principios para ascender en la escala social.

- Examina, si tienes valor, durante años, con tranquilidad y saber ortodoxo, todas tus creencias.

- Los grandes principios, aunque sean verdaderos y bondadosos, deben encarnarse en personas que sean ellas mismas sabías y bondadosas, según sus respectivas responsabilidades y capacidades. Y esto no ocurre muy pocas veces, tanto ayer como hoy, y quizás también mañana. Y así se debilitan esas ideologías y así caen esas ideologías y son sustituidas por otras…

- Ascienden al poder con las grandes banderas de ideales, y después, pasan unos lustros, y se convierten y se diluyen en los mismos errores del pasado, pero con otras ideologías. Ver el espectáculo de los grandes sermoneadores de hace unas décadas, verlos ahora mismo, después de treinta o cuarenta años.

- Es triste, la vida de un ser humano, que ha intentado ser moral y ético, en el grado mayor posible, que haya sido pisado por unos y por otros, por unos de unas banderas y por otros de otras banderas, los de una ideología y los de otras, los de un color y los del otro.

- A los vencedores que toman el poder enseguida se les acercan muchos, que aparentan creer en esa ideología y servirla, y servir a los hombres con ellas, pero en el fondo solo desean servirse a sí mismos, para ascender o para vivir o para existir mejor. Quienes destrozan las propias ideologías son los que dicen creen en ellas y se han servido de ellas, después las realidades externas terminan el trabajo.

- Aquel que llega ya a la edad adulta, ya casi en la ancianidad, y mira hacia atrás, y siente y piensa, que se ha estado esforzando en todos los niveles de la realidad, pero que casi solo han cosechado nada más que fracasos. Han emprendido muchos caminos o el mismo, pero casi siempre han fracasado. Ese ser humano, que ya pronto le llegará las últimas campanadas, vivirá con una tristeza profunda, sin comprender, ni entender el mundo… ¿Cómo sosegar a una persona así, cómo templarle el ánimo y que viva-exista sus últimos años en paz, y se enfrente a la muerte en paz, aunque sienta que ha fracasado, en muchos puntos y temas y realidades del existir…?

- Alguien que no piensa-siente como tú, no es tu enemigo, ni tu adversario, aunque no lo sepas, quizás te esté haciendo un favor al proporcionarte diferentes formas de sentir o desear o pensar o hablar o conocer. El problema es saber de todas las ideas diferentes ante un tema, cual es la más verdadera y la más bondadosa esto es lo difícil de la existencia.

2. Recogió sus pensamientos y su persona y se levantó y marchó hacia su casa-hogar para intentar saborear los últimos minutos del existir-vivir de ese día, hasta el día siguiente. Se fue perdiendo su figura por el silencio de la tierra y del aire y del tiempo y del espacio.