raul martin periodista

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Opinión

La partida de ajedrez de un agitado tablero político

29 abril, 2018 13:17

Decimoséptima semana de 2018, la de la Encuesta de Población Activa, la denominada EPA, que en el primer trimestre de este año deja datos contradictorios pero una preocupante realidad, la pérdida de población activa y que Salamanca es una de las provincias donde menos empleo se crea. Datos refrendados también esta semana por el padrón actualizado a enero de 2018, que dejan una población en la provincia charra similar a 1910, envejeciendo a marchas forzadas, pues cada vez hay menos jóvenes y más ancianos. Así, el futuro es desolador.

Desolada ha quedado la mayoría de la sociedad tras conocer la sentencia judicial sobre ‘La Manada’. Los jueces deben ceñirse a la ley, les guste o no incluso a ellos, y es entendible, que no justificable, que el veredicto sea sólo abuso sexual. Comprensible no es que la legislación permanezca invariable para ser más acorde a lo que exige la sociedad, al fin y al cabo soberana de nuestra democracia. Ahora el Gobierno anuncia una reforma, pero como siempre, tarde y mal, a posteriori en lugar de para prevenir. E injustificable es la postura de un juez que percibió jolgorio en la violación, un mero acto sexual más, y consideraba la absolución para los cinco acusados. Ha demostrado que su juicio no es racional y por tanto debería buscar otra profesión. Impartir justicia no es lo suyo.

Con sentencias como ésta se demuestra una vez más el abismo entre una parte de la sociedad privilegiada y el resto. Entre esa minoría se encuentran los políticos. Fue la semana en que la ya ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, no pudo soportar los ‘bazokazos’ amigos, y presentó su vergonzante dimisión, que no renuncia adelantada, como eufemísticamente mencionó, tras publicarse un vídeo en el que se demostraba que robó dos botes de crema en un supermercado. Fue en 2011 y determinada cúpula policial lo sabía, también en su partido, pero callaron y taparon la cleptomanía. Lo dicho, los privilegios de una minoría alejada de la realidad social.

La semana política comenzó con el Día de Castilla y León, con el alcalde de Salamanca y presidente autonómico del Partido Popular, Alfonso Fernández Mañueco, a primera hora en Villalar y al mediodía en la Plaza Mayor charra durante el también Día del Libro. Le esperan meses de muchos kilómetros en la carretera, de provincia en provincia, mientras se dilata el adiós de Juan Vicente Herrera, que sigue cociéndose a fuego lento. Pero ojo, cuando las barbas de tu vecino veas pelar… Pues eso, ¿será Herrera el próximo en sufrir fuego amigo si no se aparta a un lado? Mañueco, mientras, sigue con sus quehaceres como alcalde. En una visita a los talleres de formación tecnológica de Google en Salamanca se arrancó a jugar una pequeña partida de futbolín con los chavales. Si gestionar la Comunidad Autónoma se le da tan bien como marcar goles… Dos en dos jugadas, y eso que, madridista confeso, lo hacía en un futbolín con jugadores blaugranas y junto a un compañero con la camiseta del Borussia de Dortmund.

También fue la semana en que el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Salamanca, José Luis Mateos, anunció que concurrirá a las primarias para ser candidato a alcalde de la capital charra. Un joven con experiencia, pero sobre todo muchas ideas y vocación de servicio. Dicen que se ha precipitado al dar el paso y que la próxima legislatura todavía no debía ser su momento, incluso que en el PP y Ciudadanos dan palmas con las orejas, pues esperaban y sobre todo temían a otro candidato. Tiempo al tiempo, no sea que las palmas deban darlas con las manos para aplaudir su toma de posesión como alcalde. Imposible es sólo una opinión, como dice Albert Rivera. Los salmantinos decidirán y, a día de hoy, las encuestas dicen que incluso el alcalde podría ser de Ciudadanos. ¿Tal vez alguien independiente pero con mucho nombre entre la sociedad charra, como Manuel Valls para Barcelona? Cuando el río suena, agua lleva.

La semana política ha sido intensa también para Podemos. El periódico ‘El Mundo’ publicó una propuesta de Alberto Garzón para finiquitar Izquierda Unida e integrarla dentro de Podemos, a modo de chupipandi pensadora dentro del engranaje palmerista de Pablo Iglesias. Un capítulo más en el nuevo despotismo ilustrado de la formación morada a nivel nacional. Algo a lo que no están dispuestos en Izquierda Unida de Castilla y León, tampoco en Salamanca, donde las enemistades con miembros de Podemos son manifiestas. La formación morada intenta hacer una labor política que después tira por tierra su secretario general en Madrid. En Podemos Salamanca hay personas muy válidas, hay quienes incluso temen cada vez que Iglesias va a dar una rueda de prensa. Así está el patio.

Y para echar más leña al fuego, una denuncia de Podemos Castilla y León contra el alcalde por la licitación de las guarderías municipales no sólo ha sido archivada, sino que ha terminado rebotando en la portavoz de Ganemos en el Ayuntamiento de Salamanca, Virginia Carrera, al asegurar una empresaria del 'caso Lezo' que habló con ella meses antes de producirse la licitación y fue quien le dio información privilegiada. Las peticiones de dimisiones vuelvan como fuego cruzado en un ambiente preelectoral que anticipa una batalla electoral sin tregua. Primero dentro de los propios partidos, pues, ¿a quién le están haciendo ‘la trece catorce’ para que aparezca lo menos posible en los medios de comunicación porque su perfil político crece merecidamente como la espuma? ¿Quién siente una envidia supina por esta persona? ¿Y quién disfruta con este ninguneo para postularse a estar al frente de una lista y gobernar en una de las administraciones públicas de Salamanca? Son días de partidas de ajedrez, de ir colocando las piezas, aquellas que deberán acometer al rival y aquellas que serán sacrificadas durante la contienda. Ya saben, se dice el pecado, no el pecador. La próxima semana, les prometo más madera.