Este sí, este no
Vigésimo primera semana de 2018, la del Encuentro Internacional de Rectores, con unos setecientos dirigentes de instituciones públicas de todo el mundo, más su correspondiente cohorte. Un evento que no sólo ha devuelto a Salamanca el protagonismo académico que merece, sino también ha supuesto una promoción turística de incalculables proporciones. La presencia del Rey Felipe VI en la capital charra ya no sorprende, a este paso van a tener que realojarle en la habitación del palacio de Monterrey donde su padre se hospedó en diversas ocasiones. Pero que la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, o aspirantes a Premios Nobel de Medicina y Ciencias muestren a través de redes sociales los monumentos de Salamanca y hablen maravillas de la ciudad, eso no tiene precio. Como tampoco lo tiene que hagan lo propio cinco mil antiguos alumnos gracias al Encuentro Alumni. Un no parar para el rector Ricardo Rivero y su equipo, sobre todo Enrique Cabero, a quienes vemos todos los días de aquí para allá.
Hablando de promoción de la ciudad, también fue la semana del Festival Internacional de las Artes de Castilla y León, Fàcyl 2018, que bajo la dirección de Carlos Jean ha renacido de unas cenizas que no era, precisamente, fácil revivir. Pero la fórmula tampoco era tan difícil, combinar vanguardia, con la que nació este festival, con eventos más populares y acordes a un público generalista, tan variados como Canijo de Jerez, Chimo Bayo, Coque Malla o Siniestro Total, por poner algunos ejemplos. Por cierto, siempre es grato saludar a Jorge Moreta, gran profesional y mejor persona. Atrás quedan propuestas culturales que apenas un puñado de eruditos entendía o esperpentos como colocar corbatas rosas en la fachada de la Casa de las Conchas, de infausto recuerdo para el patrimonio charro. Diez años después la concha que un cafre arrancó para coger una de las corbatas sigue sin reponerse.
Pero no podía faltar la política en una semana en que acudió a Salamanca el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para clausurar el encuentro de rectores. Mientras hablaba de educación, un ex compañero ministerial y su portavoz en la oposición entre 2004 y 2008, Eduardo Zaplana, era detenido por el enésimo caso de corrupción que salpica al Partido Popular. Y mientras a Rajoy la daban caña en televisiones y radios nacionales, pero sobre todo a través de las redes sociales, él optaba por irse de cañas, eso sí, degustando la buena gastronomía charra. Los populares salmantinos no quisieron perder la oportunidad de estar junto a su presidente. A los habituales dirigentes, Alfonso Fernández Mañueco y Javier Iglesias como presidentes autonómico y provincial, además de alcalde de Salamanca y presidente de Diputación, se sumaron concejales, diputados provinciales, diputados nacionales y senadores.
Estamos en tiempo de, como reza la canción de Chimo Bayo, este sí, este no. Así que las relaciones con los mandamases deben cuidarse a cada oportunidad que surge. Sobre todo en el Partido Popular, donde la sucesión de Mañueco en la Alcaldía de Salamanca sigue siendo el principal tema de conversación entre los aspirantes y sus camarillas. Porque se acerca el momento de la designación como candidato a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, pero el actual inquilino, Juan Vicente Herrera, no quiere dejar su puesto. Como ya les comenté, sólo lo haría si es a un puesto aforado, por ejemplo como senador, para evitar el mal trago de investigaciones sobre tramas eólicas y demás presuntas corruptelas que la oposición quiere obligar a cantar al PP. Dicen que Mañueco dejará la Alcaldía este verano sí o sí, ya sea para ser presidente de la Junta, ya sea solo candidato autonómico del PP, porque combinar la segunda con la Alcaldía sería un arma de doble filo. No se puede estar en misa y repicando. Veremos a ver. Tiempo al tiempo.
Mientras, la oposición anhela acabar con un cuarto de siglo de Partido Popular en la Alcaldía de Salamanca. El PSOE tiene claro a su candidato, el actual portavoz municipal y secretaria de la agrupación socialista de la capital, José Luis Mateos, pues salvo sorpresa mayúscula nadie le hará frente en un proceso de primarias. Ayer presentó oficialmente su candidatura, pero si quiere ser alcalde no sólo deberá ofrecer un renovado proyecto a los salmantinos, tendrá que renovar también a su equipo, porque con la mayoría de los concejales que ahora le acompañan apenas llegaría a la vuelta de la esquina. ¿Le dejarán hacerlo? El socialismo espera que la respuesta sea afirmativa, porque de lo contrario un buen político (y persona honesta) será engullido por el espíritu de 'vivir de la derrota' que impera en las camarillas más repletas de espinas de que rosas.
Y si el PSOE no ofrece una alternativa seria al PP, al acecho está Ciudadanos. El partido naranja está trabajando entre bambalinas para poder gobernar. Así de optimistas están a tenor de las encuestas que semana tras semana les colocan al frente de intención de voto. Su actual portavoz, Alejandro González, es a día de hoy el principal aspirante a repetir candidatura. No se vislumbra por el momento una alternativa. Y puede que ahora menos, cuando la moción de censura a Rajoy puede trastocar todo el calendario electoral y anteponer las generales a las municipales y autonómicas, centrándose el equipo de Albert Rivera en colocar buenos peones sobre el tablero provincial para alcanzar la Moncloa. Algo que los demás partidos se empeñan en facilitar. Ahora puede ser el Partido Nacionalista Vasco (PNV) si apoya la moción de censura. Entre PSOE, Podemos y los independentistas sumarían los votos suficientes para permitir a Ciudadanos abstenerse y reforzar su mensaje: no estamos de acuerdo con el PP, pero tampoco con la alternativa del PSOE. Populares y socialistas no paran de poner en aprietos a Rivera para defender el bipartidismo (y sus privilegios), pero obtienen el efecto contrario, aupar más a Ciudadanos. En Génova y Ferraz están cometiendo errores de estrategia de bulto. ¿Tanto master para esto?
Para cerrar las quinielas, el repaso al este sí, este no cobra su mayor auge en la izquierda de la izquierda. La polémica por el chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero sigue pasando factura a Podemos y adlátares. Ni siquiera se ha silenciado tras la moción de censura. En Izquierda Unida de Salamanca hay quienes recelan de una candidatura de unidad donde aparezca la palabra Podemos, pero la formación morada no está dispuesta a renunciar a su marca. Además, Pablo Iglesias es de los que designan, pese a que tanto se le llena la boca con palabras como primarias, democracia y participación. Solo hay que mirar a las pasadas elecciones generales para comprobar como designó a una gallega afincada en Madrid y después a uno de sus amigos, un ‘pijiprogre’ madrileño que desconocía todo y más de Salamanca. Y no lo digo yo, miembros de Podemos Salamanca así definían a su candidato. Pero en Ganemos, que agrupa a Equo, IU y otras opciones políticas, optan más por las primarias. Por tanto, el candidato o candidatos de este maremagnun no se conocerán hasta después del verano.
Mientras tanto, ¿qué dos antaño amigos ahora apenas se soportan como consecuencia del qué hay de lo mío? ¿Qué dos políticos tienen todo un arsenal de cuchillos preparado que no dudan en arrojar cada vez que tienen la ocasión, incluso delante de compañeros y adversarios? ¿Y qué político tiró de influencias para que su familia al completo pudiera retratarse con uno de los artistas del Facyl? Pero ya saben, se dice el pecado, no el pecador. La próxima semana les prometo más madera.