Que importante es la memoria
El pasado sábado 27 de agosto de 2018, el gobierno socialista de Pedro Sánchez ha publicado en el BOE la exhumación de los restos del dictador “Don” Francisco Franco. Llevo desde ayer viendo como las redes sociales se llenan de opiniones cargadas de rencor, odio y si me apuráis de rabia, mucha rabia.
Y me pregunto ¿por qué esta exhumación genera tanta rabia entre un sector de la sociedad? ¿por qué en una democracia genera recelo que no se rinda homenaje, con ningún símbolo, a un dictador?
Por más vueltas que le doy, y os aseguro que han sido muchas, solamente puedo
hallar una respuesta, y me temo que la misma no es otra que el hecho de que
en este país la Guerra “Incivil”, y su ensañamiento posterior contra “el bando perdedor” por parte del dictador, han dejado no solo una herida cerrada en falso, sino miles de heridas, que ahora, antes de llegar al fin, solamente pueden supurar de nuevo para poder
limpiarse y ya sí, cerrar y cicatrizar.
No podemos olvidar el inicio por supuesto, producido por el alzamiento de tropas nacionales, comandadas por Francisco Franco, contra el gobierno de la República, elegido democráticamente en las urnas. Lo relevante no es el principio, sino el final, el cual comienza a partir de la exhumación del líder de ese alzamiento que desencadenó más de 200.000 muertos en la guerra , más de 500.000 exiliados tras la misma y que ha
conseguido a día de hoy mantener en las fosas comunes y cunetas de nuestro país
a miles de personas que no han podido ser despedidas por sus familias, ni tener
digna sepultura.
Muchos nostálgicos trasnochados, otros tantos partidos “regeneradores de la
política”, de “centro”, y por supuesto el PP, que como es abanderado de las víctimas, parece tener la potestad para seleccionar entre “víctimas de primera” y “victimas de segunda” clase, consideran que no es urgente proceder a la exhumación de Francisco Franco, y
dignificar a los más de 33000 cuerpos que ocupan el subsuelo del Valle de los
Caídos.
Tras más de 40 años, la urgencia puede que para ellos haya finalizado, que prefieran no “reabrir heridas” porque claro no son quienes padecieron el horror de quienes están allí sepultados. A quienes dicen que “hay cosas más urgentes”, que “buena gana de remover” y que “vaya millonada nos va a costar sacar esqueletos de la tierra”, les tengo un mensaje. Esos “esqueletos” son personas, con nombres y apellidos, que tenían planes de futuro, los cuales fueron arrebatados por el dictador.
Esos “esqueletos” dejaron tras sus huellas hijos e hijas, mujeres, maridos, sueños y
esperanzas. Ahora ha llegado el momento de devolverles a su hogar, de que sean llorados por quienes aún siguen vivos para poder hacerlo. Por Julia, por Mercedes, por tantos
familiares que aún no han logrado cerrar esas heridas.
Por dignidad, por decencia, por humanidad, pero sobre todo porque nuestra Democracia tiene una deuda inexcusable con quienes padecieron persecución y violencia durante la
Guerra “Incivil” y la Dictadura Franquista, por todo ello ¡Gracias Presidente! , al fin alguien ha tenido la valentía de enfrentarse a un debate que genera, de forma inexplicable, tanta
controversia para dignificar la memoria de las víctimas.
Desde mi juventud, sin haber vivido nada de lo narrado durante años por muchos familiares de ambos bandos,creo que es necesario tener memoria, pero también cerrar heridas, y cerrarlas de verdad. Dar el derecho que durante años se ha negado, alzar la voz y dejar de tener miedo a opinar, ya que muchas de las personas que están bajo tierra, perdieron su vida para que nosotros, en el futuro, alzásemos sus voces y no quedasen enterradas con ellos.
Saldando esa deuda pendiente con todos ellos y ellas, y a pesar de mi juventud, confiando en que el reencuentro e igualitario homenaje a las víctimas comienza hoy, y haciendo
mención a uno de mis grupos favoritos, les digo a quienes no creen urgente la medida que “Ojala me hubiera dado cuenta antes. No siempre lo urgente es lo importante”.