Un llamamiento a la responsabilidad
Llamo a la responsabilidad de todas aquellas instituciones con alguna capacidad de concentración a adecuarlas para evitar la propagación del bicho.
Si algo se ha demostrado con el fin del confinamiento es la responsabilidad de muchas personas a la hora de mantenerse completamente sanas tomando actitudes protectoras frente al contagio, y muchas más, irresponsablemente, asistiendo a eventos masivos, concentraciones, botellones, ascensos de futbol y fiestas de contagios (esto no es la edad del pavo) en los que la edad predominante es la juventud.
Veía el otro día en una cadena (la cuatro, que contradicción) darle un soplamocos al gobierno del PSOE por la falta de información concreta, explícita; imágenes duras, de piel de gallina y escarpias, ataúdes; todo muy simbólico de lo que ha pasado, imágenes de sufrimiento, dolor y números. Porque faltan números, quiero ver como La Moncloa escupe los muertos que les ha negado a la sociedad como ejemplo de las consecuencias de esta pandemia.
Comentaban distintos periodistas en esta breve pero contundente información que ha sido esa falta de información la que no ha dejado meter en vereda la conciencia y el sentido común del pueblo, que no han sentido el miedo como propio, algo cercano que puede encontrárselo uno al menor suspiro, y digo yo que la información ofrecida solo ha servido para blanquear una gestión y poner un estúpido velo delante de los ojos de muchos.
Y (vuelta la burra al trigo) y habrá que repetirlo tantas veces haga falta, el ciudadano tiene derecho a recibir información veraz porque con ella se adquiere y asienta una opinión y una forma de guiarse con responsabilidad en la sociedad.
Leía hace mucho tiempo que Estados Unidos perdió la guerra del Vietnam, entre otras cosas, por la información que se daba desde el campo de batalla; duras imágenes de cuerpos desmembrados y civiles atacados indefensos, pero, sobre todo, por las continuas imágenes de aviones americanos escupiendo, vomitando ataúdes de soldados americanos. La primera guerra en directo se dijo.
El Coronel de Infantería estadounidense Harry G. Summers Jr. publicó “On Strategy. The Vietnam War in Context” expuso por qué se perdió la guerra de Vietnam y entre otras dijo lo siguiente y que bien podría trasladarse a la sociedad actual: “el problema fue que el pueblo norteamericano nunca sintió la guerra de Vietnam como algo propio”.
Esta pandemia se ha calificado como una guerra, la diferencia respecto de la guerra de Vietnam es que aquella fue elegida por el poder político, la pandemia no, y por tanto, la reacción ante la misma debe y debía ser distinta. Aquella creo lógicamente una opinión contraria, ésta debería haber creado una consciencia ante el peligro y una conciencia y sentimiento de unión, pedir eso en la España actual es harto difícil, una España de reyezuelos queriendo hacer la guerra por su cuenta, de qué me suena eso……
El problema es que no se ha dado información nítida sobre esta guerra, esta pandemia; información sobre los daños soportados por toda la sociedad, sus consecuencias, imágenes explícitas, todo ello información veraz que asiente unas actitudes, como por ejemplo, cumplir con las normas que impiden o dificultan el contagio y esto ha sido así porque la principal batalla no estaba en los hospitales, esos soldados que han peleado a cuerpo desnudo frente a un enemigo indolente, insensible y hasta cierto punto desconocido o todos aquellos que, de alguna u otra manera, han prestado su esfuerzo para combatirlo; no no, la batalla se ha dado en los despachos de los distintos partidos “una batalla de imagen” de aprovechamiento político de un infecto y nauseabundo interés político. Recuerden, parte de la sociedad ha prestado su esfuerzo no lo han regalado, y ese esfuerzo hay que pagarlo. Y solo se paga de una manera, con responsabilidad.
La próxima vez que alguien infectado entre en un hospital y, ante los escasos medios, si hay que discernir a quien ofrecérselos, pregúntenle si va a ser responsable después para tratar de protegerse lo máximo posible y no irse de concentración futbolera, política o de cualquier otra índole a infectarse como si aquí no hubiese pasado nada…pregúntenle.