Este año Halloween no es de broma
El humorista El Roto, dice en su viñeta de hoy que " Este año Halloween no es de broma" y tiene razón. Estamos en un momento en el que la "fiesta de los muertos" es todo menos fiesta y si recuerdo y presente a la vez sin que sepamos muy bien, más bien muy mal, que va a pasar en realidad o que está pasando y mucho menos que va a pasar.
La pandemia del Covid 19, es como todas las epidemias, un rastro de dolor y sobre todo de muerte, arrasando el mundo entero sin piedad ni freno, y sin que se sepa cuando sus olas van a amainar.
Todo es pues aterrador como las brujas y monstruos del Halloween. Y no solo eso, con efectos implacables para la paz social y el bienestar cívico. Las cifras son aterradoras, con millones de muertos y contagiados. Y lo que es peor, subiendo implacablemente.
Pero, a pesar de tanta tragedia en estos días, el recuerdo de nuestros muertos antes de esta lacra no puede olvidarse. Manuel Vilas, en su novela "Ordesa" dice que, "la paternidad es esencial porque anula la duda, nunca dudas. Siempre darás tu vida por tu hijo. Todo lo restante que hay en el mundo es confusión, vacilación, perplejidad, egoísmo, indecisión, incertidumbre... La paternidad y la maternidad son las únicas certezas".
Pienso, por ello, especialmente en estos días de difuntos, en nuestros padres y siento absoluta veneración por cómo fueron de generosos y amantes de nosotros. Todo lo hicieron pensando en sus hijos. Múltiples sacrificios y denodados esfuerzos por "sacarnos adelante" en una época mucho más dura y difícil que la actual; cuidándonos, alimentándonos, instruyéndonos, educándonos y siempre buscando lo mejor para nosotros.
Sólo gratitud y amor se merecen. Su ejemplo de decencia, honestidad y trabajo, nos formó para que a su vez lo proyectemos en nuestros hijos y ellos en los suyos, nuestros nietos. Los recuerdos de tantos años a su lado y bajo su protección y tutela, se amontonan, sus gustos contagiosos y también su rectitud y, sobre todo, su cariño, no podemos olvidarlos.
Quiénes nos trajeron a este mundo tan complicado, pero en el que hemos encontrado momentos de felicidad y una vida llena de satisfacciones, no exentas, como vemos ahora, de problemas, permite un balance claramente positivo.
A nuestra edad, en la que lo hecho es más que lo que falta por hacer, podemos sentirnos orgullosos de nuestros padres y como lo siento deseo proclamar mi admiración y mi profundo cariño por quienes nos engendraron. Su recuerdo, y no solo en estos días tan sentidos, estará siempre en nuestra mente y en nuestro corazón.
Creo que mucho de lo dicho sirva de reflexión ahora cuando estamos inmersos, un año más, en el dichoso Halloween.