Iglesias se corta la coleta
Pocas veces la realidad se ha revelado tan tozuda como en el caso de Pablo Iglesias, que no sólo ha abandonado el barco en plena travesía, sino que en contra de sus deseos ha realizado una retirada auténticamente taurina, como ha sido cortarse la coleta, en un gesto que literalmente solo los toreros llevan a cabo. Él, que siempre dijo que los toros, mejor dicho, la Fiesta de los toros, le incomodaban, ha protagonizado una faena de lo más taurina, cortándose la coleta o la castañeta, como desde el siglo pasado hacen los maestros de la tauromaquia.
Pero claro, para cortarse de verdad la coleta, primero hay que tenerla y, el Sr. Iglesias, la tenía de verdad, hasta el punto de ser apodado “el coletas”. Y, ello, sin duda, va a concitar, ya lo está haciendo, comentarios, chanzas y bromas de toda índole. Porque, aunque el tema no de mucho de sí, algún soneto “quevedesco” le dedicaran a tan preclaro político, o ex político.
Incluso, en las imágenes con su nuevo look, aparece con un libro en las manos que alguien ha identificado con el famoso “Juan Belmonte matador de toros”, de Chaves Nogales. Ojalá fuera cierto, pues de ese libro Iglesias aprendería mucho, como todos los que lo hemos leído, al tratarse de una de las mejores, si no la mejor, de las biografías taurinas.
Pero lo que sí parece posible es que más de uno o una sigan su ejemplo y, aunque sin cortarse la coleta propiamente dicha, harán mutis por el foro, que es otra forma abandonar su actividad en una tarea como la política que, siendo tan deseada, es igualmente denostada y hasta repudiada, sobre todo para quienes de su menú han degustado. Pero claro, “más cornadas da el hambre” y, hasta que la situación se hace insostenible, muchos se aferran a su cargo como un auténtico salvavidas.
Cosas veredes y, según todos los pronósticos, estamos al borde de un cambio de rumbo y de una tendencia que parece inequívoca y que producirá más “retiradas a tiempo”, acreditando a quienes las decidan. Y ello porque la política e incluso la vida española tienen mucho de tauromaquia, como pronóstico Tierno Galván al decir que expresan los estados de conciencia más profundos del español, en cuanto sujeto y objeto de un ámbito cultural propio. Y, no olvidemos que Tierno era marxista. ¿Acaso lo era Iglesias? Quizá algún día lo sabremos, pues hasta ahora solo lo ha sido de boquilla, aunque su corte de coleta tenga al menos un gesto, quizá involuntario, de vergüenza torera.