El debate sobre el estado de la ciudad
El pasado jueves, el Ayuntamiento de Valladolid celebró en un pleno extraordinario el debate sobre el estado de la ciudad, dando cumplimiento a un compromiso electoral del PSOE. Es el cuarto debate que se produce, y si llevan seis años gobernando, quiere decir que se han “fumado” dos, el último el pasado año.
Comenzó el pleno, como es natural, con una intervención del alcalde en la que expuso su visión personal del estado de la ciudad en el momento actual, que por supuesto parece que vivimos, como Alicia, en el País de las Maravillas. Dedicaré mis comentarios de hoy a esta intervención, y si se me hace largo el tema, dejaré las réplicas para la semana que viene.
Solicitó, de inicio, un minuto de silencio en memoria de los fallecidos por la pandemia, cuyo número, por cierto, nunca sabremos. Y se olvidó recordar que al inicio de la misma ridiculizó a quienes manifestamos nuestra preocupación por lo que en opinión del alcalde era poco más que una gripe, demostrando que es un perfecto futurólogo, aunque luego centró el grueso de su intervención en lo que habían hecho en razón de la pandemia.
Y culpó a la pandemia del déficit de 5,8 millones de euros que AUVASA acumuló en 2.020 a los 15 de déficit estructural que tiene esta empresa desde hace años, a pesar de que el concejal presidente de la misma afirma año tras año que cierra el ejercicio con superávit como si la subvención municipal fuesen ingresos de explotación. Esperemos que este año no se atreva a decirlo y que el Gobierno de España socorra a los ayuntamientos para enjugar el déficit, como prometió.
A continuación, hizo un extenso relato de los esfuerzos económicos que ha realizado el Ayuntamiento para socorrer a los más afectados por la pandemia. Lo que ocurre es que al hablar de los logros no se refiere a los conseguidos en el último año, sino hace seis, al llegar a la alcaldía.
Ciertamente la pandemia, aquí como en todas las administraciones, ha condicionado los gastos desde que fue declarada hace 15 meses, y reconozco que, alguna de las medidas, han sido acertadas: la suspensión de las tasas de las terrazas y la ampliación de las mismas, o la reducción temporal del IBI a los hoteles son medidas sensatas. Y en el mismo sentido apuntan los bonos para incentivar el consumo en el pequeño comercio y en los hoteles locales. Otro tanto cabe decir del Plan Reactiva y de las ayudas a la digitalización empresarial, y del mantenimiento del trofeo de pádel en la Plaza Mayor.
Y a renglón seguido pasó a hablar de la movilidad y el Pimussva (Plan Integral de Movilidad) que tardó seis años en ver la luz, y que mejor sería que hubiera permanecido en la obscuridad a la vista del caos circulatorio que ha provocado en la ciudad. Su logro, además de los carriles bici y ciclo carriles, cuya utilidad es harto dudosa, presume de haber construido 43 plazas de aparcamiento en la Rondilla, barrio en el que nosotros hicimos bastante más al reurbanizar las calles patio y al autorizar la construcción en el patio del seminario de un gran parking muy criticado por ellos desde la oposición. Ese es el trabajo en materia de aparcamiento de los últimos seis años, sin descontar los que han suprimido con su política de inmovilidad.
La remunicipalización del servicio de agua, otro grave error impuesto por su coalición con IU por razones ideológicas. Mucha inversión anunciada y muy poca realizada, mucha contratación externa por carencias internas, pequeñas mejoras en las depuradoras en nada comparables a las hechas con Agualid, y reventones de las conducciones, por supuesto, responsabilidad de León de la Riva o de Rodriguez Bolaños...cuando no del Conde Ansurez. Supresión de las bonificaciones a las familias numerosas y el agua no ha bajado de precio, aunque ya la malvada empresa privada no se lleva los beneficios.
A la vista del éxito, van a municipalizar los parkings públicos, NEVASA, el servicio de préstamo de bicicletas... y que los taxistas se echen a temblar. Al final, todos funcionarios. Y si son amiguetes y a dedo, mejor.
Por supuesto, de soterramiento ni hablar. Es preferible hacer de Valladolid una ciudad gruyere enterrando cientos de millones, llenando la ciudad de túneles y pasos subterráneos de dudosa utilidad, peligrosa seguridad para los peatones y periodos interminables de ejecución, y todo ello después de tardar seis años en aprobar el PGOU, quienes afirmaban desde la oposición que con los técnicos municipales se redactaría en pocos meses sin ayuda externa. Y ahora, Cecilio Vadillo, un socialista consecuente, reivindica el soterramiento. Bienvenido al sentido común.
La ciudad de la Justicia sigue en el limbo, si bien hemos invertido 8,3 millones de euros en adquirir el colegio El Salvador para regalárselo al ministerio de Justicia, que sigue sin presupuestar un euro. De haber continuado el proyecto heredado, que por cierto presentó el entonces ministro de Justicia en la sede del Psoe en plena campaña electoral, hoy estaría terminada a coste cero para el Ayuntamiento, que además sería propietario del actual edificio de juzgados para instalar allí la Comisaría de policía municipal del distrito centro, además de otros servicios municipales.
Pero, eso sí, hemos adquirido múltiples “muertos urbanísticos” de dudosa utilidad y muy alto coste de rehabilitación y mantenimiento: Las Catalinas, adquirido en 2.018 por 5,9 millones, el teatro Lope de Vega, el claustro superior de Las Francesas y el desahuciado Museo del Toro, todos ellos sin proyecto ni destino definitivo.
Presumió de la aprobación de los presupuestos por 17 concejales, como hicimos nosotros en mi último mandato, sumando a los 14 del gobierno los 3 de un agónico grupo de Cs en un nuevo error de este partido. Mintió al afirmar que no habían subido los impuestos al ocultar que hubo dos subidas encubiertas del IBI: la primera al no rebajarle al llegar al gobierno, como hicieron muchos ayuntamientos españoles, al terminar el “recargo Montoro” y al no rebajar el tipo impositivo al revisar el Estado los valores catastrales, como hacíamos nosotros. Ciertamente suprimieron la tasa, que no retasa, de basuras, y Valladolid sigue siendo la única capital de provincia que presta este muy costoso servicio sin cobrar tasas. Muy socialista. Y pusieron en marcha, eso sí, con grandes alardes publicitarios los presupuestos participativos, que es lo mismo que hacíamos nosotros consultando a las asociaciones vecinales, pero con otro nombre y sin publicidad.
El área de innovación, a cargo de la ex podemita Charo Chávez, ha potenciado la Agencia de Innovación que creamos nosotros, y está realizando aceptablemente su cometido, excepción hecha de sus iniciativas verdes en el casco... El Parque Agroalimentario, criticado antaño y del que ahora presume el alcalde, sigue paralizado seis años después, a pesar de los cientos de miles de euros invertidos en el proyecto.
En Medio Ambiente, donde sigue mandando “la jefa”, los despropósitos siguen sin cesar: las cubiertas vegetales de la Marquesina y el Campillo, el jardín vertical del Corte Inglés y las banderolas de la calle Santa Maria son un desastre. Entre ella y su jefe no dan una a derechas... ni a izquierdas. La Agenda local 21 hará de Valladolid una ciudad “inclusiva, segura, resiliente y sostenible” ¿Os suena esta letanía? Y el martes nos amenaza con un plan de purificación del aire... ! ¡ Todos a pie o en bici !
Por cierto, ¿qué pasó del anunciado Parque Forestal del Cerro de San Cristóbal? Y es que, aunque ni el urbanismo ni la movilidad son su competencia... quien manda, manda.
En Salud Publica poco nuevo, salvo la lógica renovación de la flota. A pesar de ello, la ciudad más sucia que nunca y de los jardines mejor nos hablar. Basta con darse un paseo... Otra vez doña María.
En Cultura, además de mantener y potenciar la Sociedad de Turismo que iban a disolver, y del cierre de salas y museos, poco de lo que presumir.. como no sea de la exposición blasfema con hostias consagradas sobre la pederastia. Seminci descafeinada y con más espacio al cerrar la sala de exposiciones del teatro Calderón, y siguen manteniendo el concurso de tapas y la presencia en Madrid Fusión. Nada nuevo... y, eso sí, sin pedir disculpas por maldecir el turismo gastronómico. De la muy interesante Ruta Rios de Luz, apenas queda nada, y la Red de Embajadores, recomendada por la FEMP nunca más se supo. El Valladolid Latino en el recuerdo...
En Educación, Infancia y Juventud, bienvenidas las nuevas escuelas infantiles, el muy retrasado Espacio Joven Norte y la otrora tan denostada Escuela Municipal de Música. Me parece bien que intenten salvar el Círculo Campestre del Pinar y mal, muy mal, la Asesoría Sexológica y la edición de una guía sobre la sexualidad que en modo alguno son competencias municipales, y que llega, cómo no, de la mano de la Asociación de Mujeres de la Rondilla, que hay que seguir sembrando subvenciones.
Y en Participación Ciudadana llama la atención de un nuevo local a la Federación Vecinal Antonio Machado, que ya contaba con uno que compartía ilegalmente con Ecologistas en Acción... y es que la cabra tira al monte.
En fin, este es el estado de la ciudad desde el prisma del alcalde... y del ex alcalde. Observe, compare y elija. Y del resto del pleno, hablaremos más adelante.
P.D.: en su contestación a la portavoz popular, aseguró que en las próximas elecciones municipales habría un tercer candidato por el PP, y que ya había mandado a casa al mejor. Una vez más mintió, salvo cuando afirmó que en aquellas elecciones su partido obtuvo el peor resultado electoral del Psoe en Valladolid.
Aquellas elecciones las ganó la lista que encabezaba yo, como en las otras seis en las que yo la encabezaba.
A mí, me envió a casa un juez en una sentencia por desobediencia que no me atrevo a comentar, pero ciertamente he de reconocer que en el terreno de los juzgados se mueve mejor que yo, quizás por su profesión y su múltiple relación familiar con jueces y fiscales. Espero que tenga más suerte en los temas que tiene pendientes en los Tribunales.
Hasta el viernes que viene.