La remodelación del Gobierno II
Hace quince días dedicaba mis comentarios a la remodelación del gobierno, con especial dedicación a los supuestos logros de los salientes. Hoy haremos un comentario de los méritos de los entrantes y de la voluntad del presimiente con estos nombramientos. Está claro que el fracaso de las mociones de censura en Murcia y en Castilla y León, el triunfo arrollador de Díaz Ayuso en Madrid y el tremendo varapalo del Tribunal Constitucional con motivo de la ilegalidad de la declaración del Estado de Alarma, obligaban a su sanchidad a mover ficha, aunque en cualquier país serio sería suficiente para una dimisión en bloque del Gobierno y la convocatoria de Elecciones Generales, algo impensable con el actual inquilino de la Moncloa, que prefirió desprenderse de sus más fieles y soltando lastre e intentar mantenerse a flote.
Nos anuncia un Gobierno para la reconstrucción de España, rejuvenecido y con predominio de mujeres. No es el más joven de la democracia y en todo caso para dirigir un ministerio yo prefiero a un experto que a un joven, y me tiene sin cuidado el sexo de los ministros. Más me preocupa su seso, con dos eses.
Al otrora todopoderoso Iván Redondo le sustituye un hombre de la vieja guardia socialista, Oscar López, hombre de partido, aunque no siempre sanchista, a quien conocemos después de su fracaso electoral en estas tierras castellanoleonesas, y posteriormente acomodado (190.000€/año) en la presidencia de Paradores. Se intenta con este nombramiento una reconciliación con los sectores del partido incómodos con el poder de Iván Redondo.
La vicepresidenta primera es sustituida por quien era su número dos, Félix Bolaños, hombre conocedor de los encontronazos entre Calvo y Redondo, y muñidor de los acuerdos con Echenique para la declaración del Estado de Alarma, de las conversaciones con la familia Franco para la exhumación del General, del acuerdo presupuestario con Cs y del intento de acuerdo de renovación del CGPJ con el PP. Hombre de confianza del presimiente al que ha nombrado coordinador de la ponencia el PSOE 2030. Junto al jefe de gabinete y a dos secretarios de Estado, Francisco Martin y Francesc Vallés constituyen el nuevo núcleo duro del Gobierno.
Cantada estaba la salida de Arancha González Laya, y su desparpajo ha sido sustituido por la experiencia del joven embajador en Paris, José Manuel Albares, asesor de política internacional de Super Pedro Sánchez y hombre de su confianza, que tendrá que recomponer las relaciones con Marruecos y Estados Unidos.
El noctámbulo Ábalos, de quien cada día descubrimos una fechoría nueva, ha sido sustituido por Raquel Sánchez, alcaldesa de Gavá que participó en las negociaciones para la ampliación del aeropuerto del Prat y que en su lucha contra la prostitución decidió remitir las denuncias al domicilio de los infractores.
La soberbia Celáa fue sustituida por Pilar Alegría, enlace entre Lambán y Ferraz, maestra de profesión, delegada del Gobierno en Aragón, cuya hija estudia en un colegio privado francés. A medio plazo será llamada a sustituir a Lambán.
El indultante e insultante Juan Carlos Campo, tras su última chapuza ha sido sustituido por Pilar Llop, actual presidenta del Senado, magistrada especializada en violencia de género, que llegó a afirmar que “el machismo es una enfermedad y el socialismo la vacuna”.
El astronauta se enteró desde Dios sabe dónde de su sustitución por Diana Morant, próxima a Ximo Puig, pero declarada enemiga de la madrileñofobia, lo que en quien era alcaldesa de Gandía no es de extrañar.
Finalmente, Isabel Rodríguez alcaldesa de Puertollano desplaza a Miquel Iceta de Política Territorial a Cultura y Deporte, a pesar de que fue expulsado de la universidad por ser incapaz de aprobar el primer curso en cinco años y no conocérsele otro deporte que el juego de las canicas en su infancia. Aunque lo suyo es el baile... Además, la ministra asume la portavocía del Gobierno, y ya hemos visto su facilidad para echar balones fuera.
En definitiva, seguimos con el Gobierno más abultado de los 59 habidos en democracia, salvo uno de Suarez en la Transición y en el que el presidente sólo tiene autoridad para cambiar una parte del Gobierno de coalición, pero sí tiene tiempo para Irse a pasear por Estados Unidos donde afirma ser un hombre “que cumple lo que promete” y se quiere que se le recuerde por su gestión de la pandemia. Por fin se le escapó una verdad y que no dude que no se nos olvidará.
Hasta la próxima.