La pasada semana dedicaba mis comentarios a la práctica abolición del principio de autoridad en todos los órdenes de nuestra sociedad, desde los niños que no admiten la autoridad de sus padres, los escolares que no admiten la de sus profesores, o hasta el Gobierno que no admite la autoridad del Tribunal Supremo o del Tribunal Constitucional, y que ahora pretende retirársela a quienes desde siempre han sido reconocidos como los agentes de la autoridad.
La Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, que enseguida fue descalificada como “ley mordaza” por la izquierda de este país y su cadena subvencionada de medios, entró en vigor el 1 de julio de 2015, promulgada por un Gobierno presidido por Mariano Rajoy siendo ministro del Interior Jorge Fernández Díaz.
La Ley venía a poner un poco de orden en una sociedad convulsa, estableciendo tres niveles de infracciones administrativas, muy graves, graves y leves, con la consiguiente tabla de sanciones en función de su gravedad. Inmediatamente los partidos de izquierda la llevaron al Tribunal Constitucional argumentando que limitaba derechos fundamentales, pero el Alto Tribunal ha sancionado su constitucionalidad, salvo un pequeño apartado referente a la prohibición de fotografiar a los agentes de la autoridad.
La pasada legislatura, el PNV presentó una iniciativa en el Congreso para derogar la Ley, pero la disolución de las Cámaras impidió su debate, pero iniciada esta legislatura, y después de cuarenta prórrogas para la presentación de enmiendas, parece llegar la hora del debate de aquella iniciativa y de las enmiendas presentadas de momento por el PSOE, Unidas Podemos, ERC y el resto de la izquierda.
Y cabe preguntarse, qué derechos fundamentales cercenaba la Ley vigente para organizar tanto revuelo mediático en los medios apesebrados por el régimen sanchista, que llevan al Diario Público a titular:” La Ley Mordaza avanza hacia su derogación para garantizar el derecho de reunión, manifestación e información”, derechos que en modo alguno son limitados por aquella Ley. Titulares similares se pueden leer en El País y en los medios y cadenas afines y generosamente subvencionadas.
La Ley vigente limitaba las concentraciones y manifestaciones ante el Congreso y Senado, el consumo de drogas en la vía pública, la solicitud y el ofrecimiento de servicios sexuales en zonas habitualmente frecuentada por menores, los botellones en la vía pública, la obstaculización de los desahucios ordenados por la autoridad judicial, la ocupación de pisos y locales sin título alguno para ocuparlo, el indulto y la agresión a las fuerzas del orden… en definitiva, nada de derechos fundamentales y todo de sentido común. Pero claro, cuando el que fuera vicepresidente del Gobierno confesaba que “se emocionaba viendo a una turba de fanáticos apalear a un policía” o a un ex diputado podemita expulsado del Congreso por sentencia firme del Tribunal Supremo por patear a un policía, empezamos a entender por qué ocurren las cosas.
Isabel San Sebastián, en un interesante articulo titula al nuevo texto legal como la “Ley del Odio a la Policía y a la Guardia Civil” que, invirtiendo la carga de la prueba, humilla a los policías y blanquea a todo tipo de bárbaros. Mientras tanto, los nacionalistas vascos y catalanes siguen presionando al Gobierno de España para forzar la salida de aquellos territorios de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, y últimamente, para respaldar los presupuestos socialistas, a entregar determinados edificios simbólicos de la presencia del Estado en aquellas CCAA.
Todo esto ha puesto en pie de guerra a la Policía Nacional, la Guardia Civil y las Policías Autonómicas, aunque sus miembros tengan un salario muy superior al de los nacionales, e incluso a los integrantes de las Policías Municipales, que han convocado sendas concentraciones ante las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno en toda España, concentraciones a la que nos sumaremos miles de ciudadanos, si los partidos políticos se abstienen de intentar capitalizar dichas concentraciones.
Y, para terminar, ¿Cuáles son las novedades que se pretenden introducir con la nueva Ley, para que todos los cuerpos policiales las rechacen unánimemente y reclamen una vez más el cese del ministro del Interior? Pues elegiremos una decena de ellas:
1- En un momento en el que se producen más de treinta agresiones diarias a las fuerzas del orden, se prohíbe que estas graben a los agresores, pero no que los violentos graben y difundan las imágenes de los policías, quebrantando su intimidad y exponiendo a estos y a sus familias a posteriores represalias.
2- Las manifestaciones “no programadas” no precisan ser comunicadas a la delegación del Gobierno, lo que es contrario al Art. 21.2 de la Constitución. Al amparo de esta autorización, los botellones tendrán vía libre.
3- El tiempo de retención en comisaría para identificar a los violentos se reduce de 6 a 2 horas.
4-Pasado este tiempo, el detenido deberá de ser devuelto en coche al lugar en el que fue detenido inventando los “policías taxistas”.
5- El atestado policial pierde su presunción de veracidad, que pasa a tenerlo el detenido.
6- El DNI deberá ser plurilingüe si el titular es residente o nacido en un territorio con idioma cooficial. Algo que nada tiene que ver con la Ley.
7- El importe de la multa de reducirá en un 25% o en un 50% en función de los ingresos económicos del delincuente.
8- Se limita el material antidisturbios de las fuerzas del orden, en el camino de prohibir las pelotas de goma dejando a los policías desarmados frente a los violentos.
9- Prohíbe los cacheos injustificados, denigrantes y los desnudos.
10- Y rebaja de grave a leve la posesión y el consumo de drogas en la vía pública.
Quiero pensar que la inmensa mayoría de ustedes son más partidarios de la ley vigente que de la que nos quieren imponer. Pero ya saben que si cambia el Gobierno y las izquierdas vuelven a tomar las calles, con la nueva ley lo tienen más fácil.
Y para terminar una reflexión: ¿Cómo es posible, que los comunistas, que están sin ninguna duda detrás de estas iniciativas cuando están en la oposición, en cuanto llegan al gobierno realizan un giro de 180º y lo primero que hacen es abolir todo aquello que reclamaban desde la oposición? Si alguno lo duda, miren lo que está ocurriendo en Cuba, Venezuela, Bolivia, Corea, China, etc. etc.
En fin, siempre dijimos en estas tierras castellanas que una cosa es predicar… y otra dar trigo.
Hasta la semana que viene.