Pedro Sánchez es capaz de todo con tal de alargar su periodo en Moncloa, pero lo peor no es eso realmente, hay algo mucho peor, que es su intención de moldear España a su imagen y semejanza, algo muy típico de los tiranos sin escrúpulos. No obstante, la popularidad de Sánchez en estos momentos están en su peor momento, sabe que para conseguir sus objetivos, tiene que manipular la historia y es lo que está haciendo con la memoria histórica, ya que ahora ni los niños de la enseñanza de primaria conocerán a las víctimas de la banda terrorista ETA y mucho menos los episodios oscuros del PSOE, también los ocurridos en Castilla y León. En cursos superiores también será mucho más agresivo el contenido curricular contra los partidos que se han opuesto al Partido Socialista a lo largo de sus diferentes etapas históricas y se venderá el legado de Sánchez como algo esperanzador y muy bueno para la nación. La idea de fondo es engañar a las mentes más jóvenes para neutralizarlas sin que ni siquiera se den cuenta.
No obstante, el adoctrinamiento no es nuevo, ha sido significativo está última década, pero el nivel actual no tiene precedentes. Es muy grave además que esté produciéndose con casi total impunidad. No olvidemos que pervertir la historia hasta tal punto de colocar a terroristas como víctimas debe ser un delito de este gobierno socialcomunista que cada día que pasa crispa aún más a la sociedad civil, buscando claramente la división y el enfrentamiento civil.
Desde luego, este ejecutivo central ha demostrado que no ha aprendido nada de la historia y su gran revanchismo le saldrá muy caro, porque es toda una traición a los españoles.
En la sociedad española hay una mayoría amplia para tumbar el adoctrinamiento sanchista, algo que sin la menor duda conlleva tumbar la memoria histórica democrática y así será en un futuro muy lejano, porque ni es memoria ni es una ley que haya sido hecha con consenso como tendría que ser, dado su calado y magnitud.