La despoblación en el mundo rural avanza, los hogares individuales también y la interculturalidad de las sociedades, así como el envejecimiento de las poblaciones. Esta semana conocíamos la proyección del INE sobre la evolución de la población en los próximos 15 años en España. El pronóstico es demoledor para las mismas Comunidades Autónomas de siempre que siguen perdiendo población: Extremadura, Asturias y encabeza la lista Castilla y León con casi 100.000 habitantes menos en 2037.
En la última década Castilla y León ya perdió 125.000 habitantes y lideró el ranking ocupando también la primera posición. Sólo ganó población antes de la crisis de 2008 y fue gracias a la llegada de inmigrantes que en su gran mayoría se marcharon después y dejaron de venir nuevos.
Siguen ganando habitantes las mismas Comunidades Autónomas: Cataluña, Madrid, Valencia, Andalucía, las islas, incluso Aragón, que siempre perdía.
Esto quiere decir que de aquí a 2037, en 20 años, Castilla y León habrá perdido 225.000 habitantes. En esta Comunidad cada vez desaparecen más pueblos y cada vez hay menos nacimientos. La mitad de los pueblos no registra nacimientos desde hace más de 15 años. Es evidente que no se adoptan las medidas necesarias para revertir esta situación. Seria muy importante y necesario adoptar un Plan Integral y completo dotado con suficientes recursos para frenar la despoblación en España y en Castilla y León. Un plan que contemple de manera integral la creación de empleo en el medio rural con incentivos al desarrollo de actividades económicas ligadas al territorio, con amplias posibilidades de crecimiento: el turismo, la agroalimentación, el sector forestal, las tienen de forma muy evidente.
Hemos sufrido este verano la lacra y los estragos de los incendios que han destruido vidas y más de 90.000 hectáreas, es francamente gravísimo lo sucedido. También en España, que se ha llevado el primer puesto en Europa en superficie quemada. Recientemente anunciaba la Junta de Castilla y León la toma de medidas para frenar los incendios el próximo verano. No parece muy innovador un nuevo Plan 42, versión 3. No digo que no este bien incluir medidas respecto de los 42 municipios de las provincias de León, Zamora, Salamanca y norte de Burgos en los que, de manera reiterada y año tras año, que eso es lo que identifica a los 42 municipios, se trabaje para superar el problema, pero tanto los medios disponibles actualmente como la innovación tecnológica permiten disponer de muchas más herramientas de las que se tenían en 2002 cuando vio la luz el primer Plan 42. ¡Han pasado ya 20 años!
Existe una creencia errónea en la sociedad de que los incendios los provocan pirómanos, quizás también los antiguos carteles de la cerilla al lado de un pino que veíamos y seguimos viendo en las carreteras han contribuido a ello. Creencia, que se ha querido mantener haciendo recaer la culpa en un “delincuente” y desviando así el foco de la responsabilidad de los incendios. Esto no es cierto, es otra de las muchas fake news que circulan por todos los soportes de información, que mira por cuanto en Turquía no se les ha ocurrido otra cosa que aprobar castigar a los periodistas con penas de cárcel. Tampoco creo que esto se pueda resolver así.
En realidad, los incendios vienen dados en un 98% de los casos por una causa ancestral, cultural que es quemar la maleza para conseguir la regeneración de la hierba. Esta es la causa principal y el Plan 42 se basaba de manera fundamental en insistir en la formación y en la educación, así como en el acompañamiento en las tareas de quema del desbrozo y la maleza.
En provincias como Soria, Segovia y Valladolid en las que predomina una cultura de aprovechamiento del monte y de obtención de riqueza a partir de su cuidado con la aplicación de Planes Dasocráticos que son fielmente seguidos y respetados de manera tradicional, obteniendo rendimientos económicos, los incendios que se producen son menos.
Este es el secreto: desarrollar este modelo en las 9 provincias de Castilla y León. Conseguir que toda la riqueza forestal genere recursos aprovechables que representen una fuente de creación de empleo y de ingresos para las comunidades locales. Solo hay que invertir en el aprovechamiento de los montes, desarrollando Planes comarcales que den participación a todos los actores: ayuntamientos, diputaciones provinciales, agricultores, ganaderos, vecinos…
No se aprovecha toda la biomasa que podría sacarse de los montes y esto seria doblemente beneficioso: primero porque es una energía limpia y segundo porque conseguiría retirar del monte todo lo que sobra el prevendría los incendios. Hace falta mucha ambición y sentido de Estado. Hay que mirar al futuro de una vez por todas.
El mundo rural en España tiene muchas oportunidades, “SOLO” hay que organizarlas y desarrollarlas, “SOLO” hace falta un PLAN INTEGRAL al que se adheriría con ilusión una población deseosa de vivir en su tierra y trabajar en ella.
Tenemos todo lo necesario, personas, medios, tecnología innovadora, sólo hay que ponerlo en marcha ¿Por qué no se hace?