Si grito este nombre al viento a mucha gente le será extraño desconocido, a otros, puede que les “suene” de algo. Y si pronuncio con admiración el nombre de Christine McVie muchos ya sabrán de quien hablo por ser de reciente noticia.
Y si a la vez apoyo este nombre con los argumentos causantes de esa admiración, argumentos artísticos “toda ella”: músico, canta autora, teclista y dibujante gráfica ocasional en 1970 en el diseño de la caratula del disco Kiln House, y por supuesto, voz imprescindible y necesaria en la historia de Fleetwood Mac al mismo nivel de la grandísima Stevie Nicks. Entonces, solo entonces, puede que casi todo el mundo sepa de quien estoy hablando.
Fleetwood mac no es una banda musical de mayorías populares; es una banda que no ha alterado su estilo artístico desde 1972 para llegar a oídos de muchos, solo sucede hasta la plena incorporación de Christine a la banda; salvo el raro y lisérgico Albatros en los cimientos del blues y rock que sostiene el inicio de la banda; Peter Green en 1968 crea y rompe un molde que hasta ese momento encorsetaba al grupo en su natural hábitat musical el blues y el rock.
Como he dicho Fleetwood Mac no es un grupo de masas pero cuando toca, es como el gordo de navidad toca, y además, de verdad: Rumours del año 1977, Tusk en el 79 y Mirage 3 años después son buen ejemplo de ello pero sin llegar al extremo del primero del que se han vendido más de 45 millones de copias.
Para que lleguen a mis oídos por primera vez los sonidos de Fleetwood Mac debemos ubicarnos en los inicios de la década prodigiosa, año 1982 donde este angelote que escribe la vivía por esa Salamanca aún por definir urbanísticamente: Calles asfaltadas, sin asfaltar mal o peor alumbradas. Juventud a caballo desbocado una generación perdida entre las brumas de callejones escondidos y oscuros portales. Y entre disco y disco a media tarde la pantalla gigante de la bolera de la extinta UDS, donde se difuminaba la tarde con la noche antes de la apertura diaria del Limón y Menta, Indágala, Maria sangrienta la siempre humeante Sgt Pepers ¡ejem ejem! entre otros muchos antros para terminar la noche en la mítica 3G, el capitán Haddock navegaba aún.
Pues en esa pantalla un indefinido día del año 1982 apareció el videoclip -popular forma de hacernos llegar la musica- como es en este caso de la canción que uniría mi apetencia principal, sobre todo y ante todo musicalmente hablando por Fleetwood Mac. Mirage y su corte 5 Gypsy, en aquellos momentos me pareció la más bella canción, bella y productiva del disco Mirage más de 2 millones de copias vendidas.
Voy a obviar toda historia posterior a este año para centrarnos en la protagonista, salvo un hecho puntual porque es relevante a los ojos de cualquier fan musical: octubre del 2009 el O2 Arena de Berlín fue el único concierto al que asistí, la decepción: el miedo a volar de McVie impidió un concierto al completo de la banda.
Invito a todos a hurgar en la vida musical y descubran ustedes la rica y apabullante vida artística de Christine McVie en solitario y Fleetwood Mac.
Al final el destino no está prediseñado porque creo que es consecuencia de la evolución de acontecimientos pero, la premonición muchas veces es una parte del propio camino que se traduce y en el caso de Fleetwood Mac y McVie en el tema “Black Magic Woman” 1968 de P. Green que ya hablaba de una mujer negra con un hechizo especial, es mi romántica creencia que se trataba del hechizo musical que supuso la entrada (dos años después de la huida de P. Green a lomos de las drogas y las sectas religiosas) de nuestra protagonista en la banda de toda mi vida musical.
Descansa en Paz Christine McVie. Nacida el 12 de julio de 1943, en Bouth, Reino Unido. Nos dejó con su música el 30 de noviembre de 2022, Inglaterra.