Hace ya demasiados años me acerqué al colegio de abogados para comenzar mi andadura profesional. Antes, había estado viendo, viviendo y sintiendo de forma especial la profesión con un amigo que me enseñó la ética, la estética y la forma de trabajar con una visión de servicio a los demás.
Cuando entré en aquel sótano con un pasillo largo que finaba en dos despachos, el primero en el que estaba Marta y una niña que se llamaba Carlota, dos cielos que sólo sabían ayudar y, en el otro, un personaje muy peculiar con gafas, un mostacho y pelo negro teñido, Pedro Casado, que se comportó particularmente bien conmigo, me dieron de alta en el colegio, en la mutualidad y en hacienda... comencé mi andadura de la mano de un compañero que me enseñó el juzgado, los funcionarios, cómo hacer el día a día y a saber que "con miel se consigue más que con hiel ".
Ya superados los 30 años de ejercicio, he visto de todo, me he topado con todo, he enseñado lo poco o mucho que sé a quienes se han acercado, he pretendido luchar por el colectivo, cambiar las cosas, hacerlas de otro modo, demostrar que sí se puede cambiar el modelo, pero... y me lo dijo un amigo: no se puede luchar contra las estructuras para cambiarlas, sólo se puede uno mimetizar o destruirlas desde dentro.
Nunca busqué destruir nada, sino construir de forma diferente, pero ... cuando organicé la Fiesta de Reyes Magos que cursa en el presente, hasta con la misma carta que redacté yo hace más de 30 años, se me fustigó y pretendió sancionar por hacerme publicidad con ello (estaba prohibida en aquel momento). ¡Válgame Dios!, publicidad entre compañeros, funcionarios y personal de Justicia.
Desde el día 1 estoy en la Mutualidad de la Abogacía y cuando llegue mi edad de jubilación legal llevaré 40 años en ella, nadie me explicó que podía cambiar a la Seguridad Social, al principio ni se podía, nadie me dijo que la Mutualiadad era un engaño, se nos decía que la Mutua era la Seguridad Social de los abogados. Con el tiempo descubres el engaño, cuando llegue mi momento jubilar no cobraré más de 500€, pero si te pasas a la Seguridad Social empiezas de cero y lo cotizado en la Mutua no sirve para nada... una trampa para elefantes organizada por elefantes y gestionada por ratas que les dan miedo a los elefantes o cobran de ellas.
Recuerdo aún un compañero ilustre y octogenario que lloraba cuando decía que cobraba de la Mutua 360€ de jubilación y nadie hacía nada, ni existen actuaciones colegiales, ni derramas para los jubilados, ni apoyos para no ser un paria.
Cuando me presenté a decano, en mala hora, proponía organizar las jubilaciones de los mayores, hacer un consejo o senado que nos orientase para evitar estas situaciones, pero... nadie hizo nada en ese sentido.
Ahora, algunos de los que estaban, estuvieron después o están en ese colegio, al que ya no pertenezco, claman por su jubilación y animan al resto a luchar por la equiparación entre autónomos y abogados, pero cuando pudieron, no hicieron nada.
Hemos defendido a los preferentistas y/o afectados por las subordinadas porque fueron engañados, defendemos la justa reclamación de los miembros de la Administración de Justicia, los engañados por diferentes entidades; pero, ni somos capaces de defendernos del engaño manifiesto de la Mutualidad, ni nadie de la Administración de Justicia nos apoya de forma sincera y leal... recordar que en pleno covid, cuando lo padecí, un funcionario me dijo que mejor me muriese y así no tenían que trabajar tanto.
Somos la clave de todo sistema que se constituya en Estado de derecho, nos toca ser el "políticamente incorrecto", el que molesta al fiscal, al juez e incluso al compañero de adverso, pues nos corresponde defender los intereses de terceros que luego tampoco te lo agradecen... el pepito grillo o el pitufo gruñón del que todos se mofan, pero que sin él la música no sonaría, el coche griparía, el sistema no funcionaría, para cuando termina su carrera no lucra, por más que todos piensan que gana mucho dinero, ni la mitad de lo que podría lucrar una pensión mínima de cualquier otro ciudadano.
El evangelio de esta semana nos dice "dad gratis pues lo recibís gratis"; pues bien, cuántos pleitos, gestiones, actuaciones, hacemos gratis y damos gratis para, al final, nosotros ni recibir gratis, ni sentir el calor ajeno, pues ni siquiera equipararnos a la pensión más mísera que cualquier español pueda percibir.