El 23-J dio lugar a un resultado electoral amargo en pleno verano, porque no proporcionó una mayoría clara, salvo al PP en el Senado, no obstante el PP fue el vencedor claro de las últimas Elecciones Generales en España. Con VOX suman más de 11.000.000 millones de votos. Sin embargo, se habla demasiado de Sánchez y su posibilidad de gobernar sin que haya sido nombrado para ese encargo por el Rey Felipe VI. Y lo más grave, de hacerlo a cualquier precio de la mano de los golpistas de ERC y Junts del prófugo Puigdemont que huyó en un maletero, y también de los proetarras de Bildu con concesiones aún más graves e históricas que las que ya ha concedido el actual gobierno socialcomunista, porque pondrían ya fin al régimen del 78 que tanto costó crear con consenso a los padres de la Constitución Española.
La amnistía que el separatismo catalán exige al PSOE autocrático de Sánchez es sin la menor duda uno de esos puntos rojos, porque dejaría entrever que todos los españoles no son iguales ante la ley y a algunos hasta se les borran los delitos graves que dictó un alto tribunal español por dar un golpe un Estado secesionista como el de 2017. Y peor aún, con ello se pone a España como la mala de la película y da alas al falso discurso de presos políticos secesionistas. Y no hablemos de la preocupante imagen que estamos dando a nivel internacional.
Si pregunto a cualquier español que viva en Castilla y León, Andalucía o Madrid, estoy convencido que la gran mayoría verán injusto este auténtico despropósito, y así lo reflejan muchas encuestas demoscópicas. Pero no es de extrañar, porque es todo un esperpento, que conviene arreglar con urgencia.