Una vez más me veo en la obligación de elegir entre un tema de profunda raíz vallisoletana, aunque con repercusión nacional e incluso internacional, como es la concentración motera de pingüinos, y el caos político que se ha vivido en el pleno del Congreso de los Diputados reunido en el Palacio del Senado, con motivo de la presentación, debate y votación de tres decretos-ley presentados por el Gobierno del Presimiente Sánchez, y que han sido una prueba de fuego para lo que le espera al gobierno Sanchezstein en la legislatura que comienza.
Y como este tema va a dar mucho juego y durante mucho tiempo, prefiero dar prioridad a la concentración pingüinera.
Y es que hoy, viernes, comienza un año más, la concentración invernal motera más numerosa de cuantas se celebran en Europa, y es sin duda, junto a nuestra Semana Santa, la Seminci, y las ferias de Nuestra Señora la Virgen de San Lorenzo, uno de los acontecimientos que trae más visitantes a nuestra ciudad.
La concentración de Pingüinos se inició en 1.982, reuniendo a 320 motoristas en Herrera de Duero, pequeña localidad limítrofe con Valladolid, repitiendo en aquel municipio dos años más, para pasar a celebrarse en Fuensaldaña, también limítrofe con la capital, donde se mantuvo dos años más, pasando después a Tordesillas que celebró doce convocatorias, y de allí a Boecillo durante siete ediciones, una más en Simancas que batió récords de asistencia.
Entre los años 2.009 y 2.013 se celebró en la playa y pinares de Puente Duero, la mejor sede hasta ese momento, pero que hubo que abandonar por la denuncia presentada por ecologistas en acción en los tribunales, que anularon la orden de la Junta de Castilla y León que lo autorizaba.
En el año 2.015 no se pudo celebrar por no encontrar una ubicación adecuada y los problemas surgidos entre los responsables del Club Turismoto que terminaron en los tribunales con la expulsión de parte de los directivos.
En el año 2.016, ante el retraso de las obras en la antigua hípica militar, el Ayuntamiento de Valladolid organizó la Fiesta de la Moto, con una asistencia inferior a la habitual, y desde 2.017 a 2.023 de nuevo en la antigua hípica militar, con la excepción del año 2.021 que se suspendió con motivo del COVID. Por cierto, la antigua hípica militar y el acuartelamiento Teniente Galiana que estaban en posesión del Ejército, la recuperamos para el Ayuntamiento después de una entrevista que mantuve con Pedro Morenés en el Ministerio de Defensa, a coste cero para el Ayuntamiento.
Al abandonar la concentración la villa de Tordesillas, el ayuntamiento de la localidad con la colaboración del club motorista local organizó la concentración Motauros, que suele celebrarse con una semana de Pingüinos y de otra parte, los escindidos de Turismoto convocan “ La Leyenda Continúa” en la localidad segoviana de Cantalejo, que siguen convocando año tras año.
Me atrevería a calificar de modélica la concentración pingüinera que mejora año tras año, hasta el punto de que comenzando formalmente hoy viernes, muchos de los motoristas estaban ayer jueves acampados y los organizadores están decididos a ampliar la duración de la concentración a una semana y el próximo año se iniciará el jueves. Por cierto los inscritos ayer superaban los 17.000.
Curiosamente los concentrados son escrupulosamente respetuosos con el medio ambiente y no hacen hogueras donde no está permitido hacerlas, y depositan la basura en los contenedores repartidos por el recinto.
Ayer por la mañana, el alcalde vallisoletano, Jesús Julio Carnero, anunciaba que el gobierno municipal había iniciado el expediente para solicitar la calificación de Interés Turístico Nacional, para la concentración pingüinera, lo que sin duda es un acierto, como también lo es el facilitar el traslado desde el centro de la ciudad de forma gratuita en los autobuses urbanos.
A lo largo de estos días, además de la camaradería propia de los aficionados a la moto, tanto españoles como de países próximos y no tan próximos, que suelen repetir año tras año y que arrancan cada mañana con el desayuno pingüinero.
Por supuesto, los atractivos gastronómicos, expositivos y musicales que ofrecen en el recinto mejoran de año en año. Se hacen excursiones por distintas rutas de la provincia y tiene especial interés la marcha de las antorchas, en las que se rinde homenaje póstumo a los motoristas fallecidos en el último año, y la marcha de las banderas y entra en el Paseo Central del Campo Grande, donde suelen celebrarse exhibiciones a bordo de la moto, constituyéndose en un atractivo más para los aficionados al mundo de la moto.
En el acto de clausura se entregan los “Pingüinos de Oro” a figuras del mundo de la moto y a las Instituciones que colaboran con la organización. En el año 2.009 tuve el honor de recoger el Pingüino de Oro concedido al Ayuntamiento de Valladolid, como en su día lo recibió la Guardia Civil de Tráfico.
Por cierto, hace tres días nos enteramos del fallecimiento del vallisoletano que dirigió el Instituto Armado durante 8 años, Santiago López Valdivielso y que apoyó desde su cargo esta concentración. De su mano entré yo en AP. Era un hombre muy querido por los guardias civiles. D. E. P.
P.D: no puedo resistirme a exponer la sensación de ridículo que tuve el miércoles con en el debate, más bien esperpento de la discusión en el Congreso de los Diputados de los Decretos-Ley presentados por el Presimiente Sánchez, una vez más dispuesto a vender lo que haga falta para mantenerse en la Moncloa,
Pero de esto hablaremos la semana que viene.