La era de Sánchez es dramática para la economía española: destruye 55.000 empresas, genera menos empleo privado, y consolida la precariedad y la estacionalidad laboral.
El Gobierno extremista de Pedro Sánchez, envuelto en varios escándalos de corrupción desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa con unos socios que claramente no creen en España, ha sumido al país en una gran inestabilidad política, social y económica, provocando un enorme descontento popular que a la economía ha salpicado de lleno.
La era de Sánchez es dramática para la economía española: destruye 55.000 empresas, genera menos empleo privado, y consolida la precariedad y la estacionalidad laboral. Además, dispara constantemente la deuda pública al nivel más alto de la historia de España, debido a que Sánchez lo único que está creando de manera notoria es el empleo público, a la vez que aumenta las cargas fiscales a los ciudadanos.
Sin embargo, el ejecutivo y sus medios de comunicación afines utilizan esos datos para manipular a la opinión pública y vender una supuesta aceleración económica, que queda muy lejos de la realidad que viven una inmensa parte de españoles, que cada vez tienen más complicado llegar a final de mes, y que no en pocos casos se ven obligados a tener dos trabajos para mantener a sus familias.
Para que se hagan una idea nítida de lo que ocurre en España, es alarmante y revelador el aumento de la pobreza, porque casi el 27% de los españoles se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que demuestra que el Gobierno radical de Sánchez miente descaradamente y no toma ninguna medida adecuada para frenar esta grave situación.
Las recetas izquierdistas que se han utilizado en países como Argentina o Venezuela están siendo un auténtico fracaso y están suponiendo un claro retroceso para España, provocando que el país sufra la mayor pérdida de PIB per cápita de la UE, pese a los fondos europeos de la pandemia.
Esta deriva izquierdista ahuyenta también inversiones y conduce a toda velocidad a la nación a una fuerte recesión, unida al incremento de la inflación que se hace notar seriamente además en toda la eurozona. Pero Sánchez y su gobierno viven en una realidad paralela que quieren imponer en la sociedad española.