Celebradas las elecciones europeas, la lectura de lo sucedido no resulta fácil aparte del avance de la ultraderecha en los cinco países más poblados de la Unión Europea: Alemania, Francia, Italia, España y Polonia, donde las causas tienen también diferente índole, pero parece haber un denominador común. Son los jóvenes y fundamentalmente de sexo masculino los que votan a la derecha.
Los problemas que antes eran más apreciados por los jóvenes, como el cambio climático, han dejado de serlo, como demuestra la importante caída que ha tenido el voto a Los Verdes en Alemania. A los jóvenes les preocupa ahora más la vivienda o el acceso a un empleo de calidad. Sería interesante saber por qué los jóvenes en Alemania han preferido votar a un partido como AfD, de extrema derecha, en el que uno de sus candidatos tuvo que ser expulsado por defender que los nazis no habían tenido responsabilidad en el Holocausto.
El denominador común de los partidos que han conseguido ganar votos con respecto a las europeas de 2019 ha sido la presencia de todos estos partidos en las redes sociales con mensajes extremistas. Son los jóvenes de menos de 30 años los que han hecho crecer el número de votos para estos partidos.
Ya lo vimos en Argentina, Milei ganó a Massa por su éxito arrollador en las redes sociales. Cuando Kirchner autorizó el voto a partir de los 16 años, pensó que iba a verse favorecida y resulta que el beneficiado fue Milei, cuyo éxito en las redes sociales, fundamentalmente en TikTok, le condujo hasta la presidencia de Argentina, y la tecla del éxito la alcanzó captando el voto de los jóvenes entre 16 y 30 años.
Ahora ha tocado en Europa y si miramos a España es lo mismo que le ha ocurrido a Alvise Pérez y su rocambolesco partido Se Acabó la Fiesta. En la noche electoral había mucha gente buscando en Google qué partido era este. Sinceramente, que una persona sin programa electoral y simplemente con cuenta en varias redes sociales, las de mayor afluencia de seguidores, de hecho, cuenta con 1.800.000 en Instagram, Facebook y en Telegram, donde ha lanzado todo tipo de mensajes que, cuantos más comentarios generan, más se divulgan. Ahora bien, resulta que tiene muchísimos más seguidores que PP o PSOE. Por citar un ejemplo, en Instagram, que es la red social más utilizada en España, tiene 849.000 seguidores más que cualquier otro partido; el PP y el PSOE no llegan a 200.000. Los partidos tradicionales por alguna inexplicable razón no se trabajan las redes sociales cuando resulta que, según el CIS, el 54% de los españoles se informa a través de las redes sociales. Pues esta ha sido su 'magia', ha conseguido atraer el voto de 800.000 ciudadanos y alzarse con tres eurodiputados.
Tampoco acabo de entender por qué lo catalogan de extrema derecha. En 2017 se afilió a Ciudadanos, según la información que aparece acerca de él en los medios de comunicación, y antes había estado en UPD y estuvo con Toni Cantó en las Cortes Valencianas en su gabinete.
¿Se puede decir que es de extrema derecha alguien que ni siquiera ha presentado un programa electoral para concurrir a las elecciones? O simplemente es que como sale atacando a Pedro Sánchez siempre que habla, eso le sitúa ya en la extrema derecha. No he encontrado nada que de manera objetiva me permita catalogar la formación política con la que se ha presentado a las elecciones.
Probablemente, y esto es también un “facto”, como dicen los chicos ahora, una de las razones por las que muchos votantes han elegido esta opción es porque no creen en nada de lo que les ofrecen los partidos tradicionales. No conectan con el electorado, no les ofrecen lo que daría respuesta a sus preocupaciones. Este fenómeno ya lo hemos vivido antes, partidos que emergieron como Ciudadanos y que en poco menos de ocho años han desaparecido de la escena. Dilapidaron su crédito y tiraron por la borda la confianza de la gente.
Si analizamos por Comunidades Autónomas el éxito de Se Acabó La Fiesta, vemos que donde más ha tenido es en las Comunidades más populosas: Madrid, Andalucía y Valencia.
Ahora bien, ¿por qué en Castilla y León ha conseguido 43.000 votos? Estamos en un entorno en el que el medio rural tiene predominancia; si bien es cierto que la población se concentra en las ciudades y grandes municipios, es donde claramente Alvise ha cosechado los votos. También el descontento es la causa y que está demostrado que en unas europeas no se medita demasiado el voto.
Aquí también los jóvenes están hartos de no encontrar respuesta a sus problemas y han decidido dar su voto a una opción nueva.
Vivimos un tiempo en que todo es mucho más efímero, cada vez partidos que irrumpen con fuerza y que incluso inclinan la balanza de un gobierno en muy poco tiempo pasan a la intrascendencia sin transición. Ha sido el caso en esta Comunidad de Ciudadanos, que gobernó con el PP durante la pandemia, dejando la peor herencia de gestión que se recuerda desde la democracia. Ahora irrumpe en el Parlamento Europeo Alvise entre 720 eurodiputados, harán un Erasmus en Europa y completarán su Curriculum Vitae los tres que han salido de este nuevo partido. La política avanza por unos derroteros desconocidos e imposibles de hacer lecturas o previsiones más allá de lo que puede suceder la próxima semana o el próximo mes.