congreso mourinho miranda (10)

congreso mourinho miranda (10)

Portugal

António Maria Mourinho: pasado, presente y futuro de la cultura mirandesa

27 marzo, 2017 14:37

Miranda do Douro y todo el vasto territorio mirandés tributan recuerdo y homenaje al que fuera/es el principal precursor, dinamizador y divulgador de la cultura de las Tierras de Miranda y, por qué no decirlo, de Trás-os-Montes, en cuanto que incluso se llega a identificar la cultura transmontana con los ‘iconos’ de la cultura mirandesa –valga la redundancia-. Es el padre António Maria Mourinho, un sendinés del que ahora se cumplen 100 años de su nacimiento.

Ante esta efeméride, la Câmara Municipal de Miranda, el Museo Terras de Miranda y Sons da Terra recuerdan el trabajo, la obra y el legado del que diera el mayor conocimiento nacional e internacional de la tierra de Miranda. Una apuesta, la de este Congreso, para dar continuidad al trabajo de este gran estudioso, investigador y escritor mirandés. Desde esta perspectiva, se puede afirmar que la cultura de la Tierra de Miranda es el alma del hombre transmontano. Ese espíritu, vestido con danzas, cánticos o lenguajes autóctonos, es el que António Maria Mourinho llevó a todos los rincones de Portugal y allende las fronteras. Una cultura primitiva, ancestral y, por qué no, única de un espacio físico y humano que se extiende por las aldeas del Planalto Mirándés.

Todas las personas con las que ha hablado este viajero no dudan en calificar a Mourinho como “un apasionado por su tierra, por su cultura y por sus gentes”. Por ello, como justifica la ingente cantidad de documentos y escritos, trabajó intensamente en el fortalecimiento y reconocimiento identitario de la Tierra de Miranda, sobre todo en campos como la etnografía y la antropología. Una persona que, para aquellos años de mediados del siglo XX, tenía una visión abierta y avanzada para la época, siempre con la idea inexorable de comprender a las gentes de su época. Aunque, no es menos cierto, pasados los años, algunas de aquellas primeras ideas bien fueron corregidas por él mismo en sus últimos años de vida, bien una vez fallecido sufrieron una revisión por investigadores posteriores.

Hombre de cultura y espiritualidad –fue cura que al cabo de los años colgó los hábitos-. Un hombre de un tiempo convulso anclado en el pasado. El ‘padre’ Mourinho nace y se desarrolla, tanto en vida como en su trabajo, en los vestigios que aún perduran de una sociedad medieval. Pero también, a pesar de ello y sus costumbres –pauliteiros, capas de honras, pastoradas, vías sacras, ranchos…- sale al exterior y tiene un conocimiento perfecto de la etnografía –en su espectro más amplio- de otras zonas de Portugal como también de España y Francia.

El yo y las circunstancias do Pe. Doutor Mourinho

No es misión de este artículo entrar en cuestiones antropológicas, ni históricas, ni menos lingüísticas –para eso acudió todo un primer elenco de doctores, profesores e investigadores-, pero sí lo es en cuanto fue un padre ejemplar -42 años de sacerdocio, hasta 1983-, como también el personaje que se embriagó de las gentes de estas tierras y de la cultura mirandesa. Ese hombre que desde bien pronto percibió que estas cuestiones ancestrales eran un recurso precioso pero frágil a la vez, que era necesario apreciar y preservar para construir un futuro mejor. Ese hombre que no nació erudito, pero que se apegó a la tierra que lo vio nacer y crecer de la que tan sólo tenía curiosidad pero mucho coraje. Como dijo José Ortega y Gasset, “yo soy yo y mi circunstancia”. Ese yo era el hombre/el cura y su circunstancia, su tierra, sus costumbres, su historia y su gente. António Maria Mourinho no fue solo un guardián de esas circunstancias, sino también un pionero, en cuanto que pretendió preservar determinadas prácticas sociales de la globalización y homogenización de la cultura que comenzaba a vislumbrarse en la sociedad de mediados del siglo XX, donde proteger la lengua mirandesa quizás sea su mayor legado, transladar el lenguaje oral a la palabra escrita.

António Maria Mourinho fue un hombre totalmente dedicado a la causa de la defensa de la cultura mirandesa, que conocía como nadie. Además, tuvo el mérito de dejar testimonio gráfico por la gran cantidad de escritos sobre sus hallazgos, como esos mismos hallazgos. Más allá de estudios eruditos o de divulgación, publicó recopilaciones de narraciones orales en mirandés y sus propios textos literarios y poéticos. La música, la danza y el teatro también merecieron su atención, bien como estudioso, bien como organizador, bien como director.

No voy a entrar en el amplio trabajo literario y de investigación que legó a la Tierra de Miranda, como también el ingente trabajo para que la Cultura de la Tierra de Miranda fuese conocida en todo el mundo. Sino interesa que el padre Mourinho consumió su vida al servicio de la Cultura de un pueblo que amó y con el que se identificó.

Estas dos fueron las líneas maestras de un Congreso que contó con presencia tan destacable como destacada, coordinada por Mario Correia y Zelia Fernandes (de la Câmara Municipal), y bajo el auspicio de la Câmara Municipal de Miranda do Douro, que preside Artur Nunes, del conego Silvério Benigno Pires, el profesor y doctor en la Universidad de Porto Eugénio dos Santos, la profesora y doctora en la Universidad de Lisboa Paula Godinho, los estudiantes de doctorado Celina Bárbaro y Sergio Gorjão, los profesores y doctores Armando Redentor, F. Javier Sánchez-Palencia Ramos y António Bárbolo, el doctor Herminio Bernardo, el profesor Alfredo Cameirão y el doctor Carlos Ferreira.

Tan solo recordar, ahora que están de moda y son dos de los iconos más representativos de las Tierras de Miranda, e incluso de Trás-os-Montes, lo que supuso para la supervivencia de la danza de pauliteiros y de la música de la gaita de foles la refundación en 1945 del Grupo de Pauliteiros de Miranda (Duas Igrejas y Cércio). Tal fue el impacto que, después de la desaparición de la dictadura en Portugal, el interés de los mirandeses por su propia cultura creció hasta tal dimensión que hoy en día no existe ninguna aldea del concejo de Miranda que no tenga su propio grupo de pauliteiros y, repite el viajero, la principal seña de identidad -junto a los gaiteiros- de estas tierras.

El recuerdo que deja António Maria Mourinho puede resumirse en una frase, simple y completa al mismo tiempo, una sociedad que no tenga valores y no los pueda transmitir, deja de tener identidad.

Ah! Fála nôssa i siempre biba,

Falada i nunca screbida!...

Tu sós

La mais rica, eiterna i nobre hardança