Miranda do Douro recibió este fin de semana visitantes de todo el país, desde Porto a Faro, pero también muchos españoles, para participar en la 1ª edición de ObservArribas. El deseo de observar aves, de conocer más la cultura mirandesa y de intercambiar experiencias en el área del turismo, de la biodiversidad y de la conservación de la naturaleza, tuvo más importancia que el calor y la interioridad de Miranda do Douro.

Fueron tres días de actividades para todas las edades. El proyecto Life Rupis recibió más de 250 niños en el espaciio 'Espaó Criança' que ahora ya distinguen el alimoche o buitre pequeño sin dificultad. Además, más de 250 observadores de aves participaron en las actividades organizadas por 25 entidades diferentes, y avistaron 93 especies de aves, y muchas otras especies de fauna y flora. Además, de los cientos de visitantes que se dieron una vuelta para conocer el recinto expositivo.

En el Pabellón Multiusos se instalaron 35 expositores. En el mismo existió la posibilidad de aprender danzas mixtas mirandesas, participar en talleres de aves de Portugal con Cervas y de 'matar el gusanillo' del Benny, 'perro estrella' del equipo cinotécnico SEPNA/GNR para la detección de venenos en el campo.

Ya en el auditorio municipal se programaron mesas redondas que trataron asuntos tan variados como el turismo, fotografía de naturaleza, valorización de los recursos locales, educación ambiental y conservación de las especies que habitan en los Arribes del Duero.

La cena del festival contó con más de 60 participantes en un momento de confraternización entre los visitantes y la organización y contó con una sorpresa, la presentación de la nueva cerveza 40º, una cerveza artesanal local, de la zona del Duero Internacional, de cuya parte de las ventas en la edición especial 'Life Rupis' revertirá para el apoyo del proyecto.

Joaquim Teodósio, coordinador del Proyecto Life Rupis, co-organizador del festival, asegura que "esta primera edición del ObservArribes fue un excelente ejemplo de como la conservación sostenible de las especies salvajes puede ser integrada con el desarrollo local, que al beneficiar los valores naturales existentes estará también en la línea de frente para su preservación. Sea para el turismo, la cultura o la agricultura, la naturaleza en buen estado es esencial. La presentación de una cerveza artesanal del territorio del Duero que apoya la conservación de las aves y los valores asumidos por los socios implicados -entre ellos la Junta de Castilla y León- es un ejemplo de como se puede integrar la naturaleza y los productos autóctonos locales".