Festival Burros y Gaiteiros, Miranda do Douro valoriza la cultura rural

Si algo caracteriza, entre otras muchas facetas económicas, sociales y culturales, a Miranda do Douro es su decidida apuesta por la Cultura. Y más, por la cultura mirandesa, en la que tienen un lugar destacado el burro mirandés y la gaita de foles. Bajo estos dos elementos, y en su fusión, se desarrolla el Festival Itinerante de Cultura Tradicional El Burro y el Gaiteiro, que se celebra del 25 al 29 de julio, por las aldeas de Ífanes y Paradela, dentro del concejo de Miranda do Douro. Un evento que surge para destacar la relación tradicional existente entre el burro y el gaiteiro– era el primero quien transportaba al segundo hasta las fiestas populares que este iba a animar por las diferentes aldeas del Planalto Mirandês. Así, este Festival toma forma en 5 días de movimiento por las aldeas de Miranda, llevando burros, gaiteiros, teatro, danza y música al encuentro de las poblaciones locales, generalmente desprovistas de este tipo de evento cultural durante el resto del año.-

Este Festival se caracteriza por tener una doble misión: mostrar lo mejor del Planalto Mirandês y romper, al mismo tiempo, el estereotipo de una cultura anclada en el pasado, por eso mismo, la responsabilidad de contribuir con actividades culturales creativas y de calidad que estimulen. Eso significa traer pequeños trozos de otras culturas, pero también repensar el contacto con lo que es de aquí, y que continua prevalenciendo.

Es un evento pensado para todos -pequeños y mayores- los que gustan de paseos por paisajes bonitos, de comidas apetitosas, de siestas burriqueiras, de oficians instructivas, de buena música y de mucha fiesta. Un evento que contó con la presencia del presidente de la Câmara Municipal de Miranda do Douro, Artur Nunes, quien acompaña en diversos actos del programa a los cerca de 400 inscritos en su mayor parte niños, lo que dice mucho y bien de este evento que cada año crece y tiene mayor proyección.

Una proyección que va más allá de las fronteras, ya que los participantes provienen de Portugal, España, Italia, Francia... y músicos de Angola, Brasil, España y Portugal. Una actividad que merece la pena conocer en cuanto a la convivencia de los asistentes, el intercambio de ideas y artes y, sobre todo, conocer la cultura rural. Es el caso de la visita a una cocina tradicional de Paradela, sita en la calle de las Huertas, y que en su día fue cantina o taberna.

En el lugar, enfrentadas físicamente -de lo otro lo desconocemos- que compartían faenas comunes, no solo servir chatos, chochos o aguardiente, sino el contrabando. Eran los taberneros Ti Bispo y Ti Maneca, que hasta entrados los años 80 se dedicaban al contrabando. Eran tiempos de cambiar café por pana a los españoles de Castro de Alcañices, surcando el Duero o bien el nuevo Puente Pino, intentado evitar a guardinhas y carabineros. Son las historias que se aprenden y viven en estos parajes de Paradela, el territorio más oriental de Portugal. Lugar sobre el que el viajero volverá.

Decía San Agustín que "El mundo es un libro y aquellos que no viajan solo leen una página", pues eso, cachis!

REPORTAJE GRÁFICO LUIS FALCÃO