El emotivo testimonio de una palentina transexual en tratamiento hormonal
Está a plena orden del día tras las últimas polémicas y una de las diez personas transexuales en tratamiento hormonal en Castilla y León ha hablado para asegurar que la gente tiende a "rechazar lo que no conoce" y que por eso es necesario "normalizar" la situación y dar a entender que la transexualidad es algo "natural".
En este sentido, ha expresado, en declaraciones a Europa Press, su opinión acerca de la campaña autobús transfóbico de la asociación ultracatólica 'Hazte Oir', algo que ha calificado como una "falta de respeto" porque "nadie" debería decirle al mundo que los transexuales están "equivocados y enfermos".
A pesar de que su DNI aún no se corresponde con el nuevo sexo de esta palentina de 23 años, un trámite que depende de su endocrina, ya han pasado seis meses desde que comenzase un tratamiento hormonal que se prolongará un año y medio más y ha logrado que su entorno ya sólo se refiera a ella como Valentina, un nombre que escogió porque le "identifica" y por ser "femenino y elegante".
Sin embargo, ha confesado que aunque "trabaja" su aspecto "a diario" le resulta "decepcionante" que le llamen por su anterior nombre o utilicen pronombres masculinos para referirse a ella.
También ha explicado que no supo interpretar qué le ocurría hasta que cumplió la mayoría de edad y que no fue hasta los 21 cuando se dio un "ultimátum" para convertirse en lo que siempre había sido: una mujer.
Tras tomar esta determinación, informó de su decisión a su entorno, empezando por sus amigos, su madre, su hermana y, por último su padre. En este sentido ha reconocido que es consciente de su suerte porque "en todo momento" ha sentido el respaldo de su familia.
Además, ha admitido que no advirtió a su pareja de su decisión hasta tres meses después de empezar la relación, pero lejos de "salir corriendo" también le prestó su apoyo.
Valentina aún desconoce cuánto tiempo tendrá que esperar para poder operarse al terminar el tratamiento, pues está previsto que los casos de transexuales en Castilla y León se deriven a Málaga, donde la lista de espera para realizar intervenciones quirúrgicas de cambio de sexo asciende a los seis años.
En este sentido, ha explicado que verse con genitales que no corresponden con su identidad de género le causa problemas emocionales y compara su caso con los defectos físicos que causan traumas a ciertas personas y sienten la "necesidad" de operarse.
Ser transexual en Castilla y León
Según el protocolo de Sacyl, la población transexual en Castilla y León podría variar entre las 142 (101 varones y 41 mujeres), acorde a estimaciones europeas, y 83 (57 varones y 26 mujeres), en función de la población estimada a partir de la demanda asistencial en Cataluña.
Por su parte, el presidente de la Federación Castellana y Leonesa de Lesbianas, gays, Transexuales, Bisexuales y más (FeCyLGTB+), Ignacio Paredero, ya indicó el pasado mes de febrero que Castilla y León es una comunidad "durísima" con la diversidad sexual y que es "difícil" obetener cifras oficiales porque los estudios son prácticamente "nulos".
Paredero también destacó que aunque España esté considerado como un país "puntero" en cuanto a la aceptación de la diversidad sexual, a su juicio, la situación "particularmente difícil" de Castilla y León provoca que los jóvenes transexuales se "exilien" a otras comunidades.
Sin embargo, Valentina ha afirmado que la discriminación no depende del lugar, sino de las personas, razón por la que también muestra cierto recelo hacia la futura Ley de Igualdad Social de la Diversidad Sexual porque, a su juicio, un cambio en la legislación "no servirá de nada" si la sociedad sigue "estancada". Con todo, ha zanjado que ella no se bajaría de los tacones "por nadie".
Ni "valiente" ni "activista"
A pesar de ser una pionera al recibir el tratamiento hormonal en la provincia de Palencia, no se considera una persona "valiente" porque sólo quiere ser "feliz" y vivir su vida a su manera sin hacer caso de lo que la gente opine.
Asimismo, ha apuntado que prefiere mantenerse "al margen" del activismo pero le preocupa parecer "egoísta", aunque se enorgullece de haber sido una de las precursoras y de "abrir las puertas" a las futuras generaciones.
Acerca del tratamiento, ha lamentado que nadie le haya asesorado pero reconoce que tampoco ha preguntado "todo lo que debería". Por esta razón, comparte su experiencia con otras personas a través de un grupo de Facebook donde ofrece la ayuda que a ella le hubiese gustado recibir.
En este espacio responde a las dudas de otras personas, especialmente sobre el proceso hormonal, cuya peor parte, a su juicio, es la psicológica, pero ha admitido que "merece la pena" porque se traduce en una serie de cambios físicos que acentúan las zonas femeninas, una transformación que resulta "gratificante".
De cara al futuro
Asimismo, ha señalado que el tema laboral le "asusta" porque no sabe qué opciones tiene si es "rechazada", pero si pudiese elegir se decantaría por la moda.
De pequeña ha admitido que siempre pedía el mismo deseo: quería "ser niña" y ha animado a todos aquellos que estén pasando por lo mismo a contarlo, "tengan la edad que tengan", porque si están seguros de ello "deben compartirlo".