La inspiración de Salvador Dalí en el Patio Herreriano
El Museo Patio Herreriano expone desde hoy "Salvador Dalí. Los sueños caprichosos de Pantagruel", una serie que recrea las ilustraciones que François Desprez realizó sobre el ciclo Pantagruel, de François Rabelais, para la edición de Richard Breton de 1565, Les Songes Drolatiques de Pantagruel.
Rabelais alcanzó gran notoriedad a través de las composiciones literarias que fueron fiel ejemplo de su incomparable personalidad, de su carácter burlón e independiente. Su obra Gargantúa y Pantagruel se compone de cinco libros que fueron condenados tanto por la Sorbona como por el Parlamento francés al considerarlos inmorales y obscenos, lo que ya desde su origen confirió una singular popularidad a las novelas de Rabelais.
Los libros de Rabelais constituyen una sátira feroz contra las instituciones más respetadas de su tiempo, todo ello a través de un aire despreocupado, reflejo de su manera personal de entender y de comportarse en la vida. Aunque la obra a primera vista se presenta como una enorme bufonada, una sucesión de episodios típicos de la farsa que nacen de otros bajo el impulso de una fantasía caprichosa e inagotable, podemos precisar que en su personalidad se convierte en un claro ejemplo doctrinal.
Las veinticinco láminas que componen esta serie de grabados que gestara el artista catalán remiten, a manera de seres monstruosos, a las aventuras burlescas de Pantagruel. Los modelos, por muy extraños que nos parezcan, tienen su precedente en las llamadas droleries, es decir, caprichos del artista, argumentos novedosos que se configuran en la imaginación del propio genio creador y que podemos observar en la peculiar iconografía del Bosco, de Pieter Bruegel el Viejo, de Jacques Callot, de Goya y de tantos genios del arte que a partir de estos caprichos manifiestan su individual y creativa visión del mundo.
Dalí y su inspiración
Salvador Dalí nada dijo de las fuentes que pudo consultar para la elaboración de estas láminas –si lo hizo con los Caprichos de Goya donde en cada lámina pone el nombre del inventor– y se han considerado una creación propia del artista. Tampoco estableció orden alguno para las mismas. En consecuencia, cabría preguntarse si el genio catalán inventó o tomó como modelo grabados antiguos para la composición de sus litografías.
La respuesta tiene sin duda una clara y precisa solución. Las fuentes de Dalí son más concretas y se pueden encontrar en la edición citada que en 1565 publicó Richard Breton en París con 120 entalladuras siguiendo presumiblemente los dibujos del propio François Rabelais y que fueron abiertas por la gubia del maestro grabador François Desprez. El texto de Rabelais fue ilustrado con el título Les songes drolatiques de Pantagruel, curiosamente el mismo que ocupa la edición de Dalí y al que se añade como explicación: …ou sont contenues plusieurs figures de l’invention de maistre Francois Rabelais: & derniere oeuvre d’iceluy, pour la recreation des bons esprits.
En el propio título que citamos y que acompañó a la edición de 1565 se desprende el sentido didáctico y doctrinal de la obra ilustrada, por ello no extraña que las láminas fueran interpretadas ya en el siglo XIX con un contenido plenamente alegórico en relación con personajes destacados del siglo XVI. Este mismo sentido doctrinal se desprende del prólogo que en el año 1565 ofrece Richard Breton a su edición.
El artista, François Desprez ejerció como grabador y editor en el siglo XVI parisino. Entre los años 1562 a 1565 trabajó para el librero Richard Breton destacando entre sus obras la presente que referimos ya que actuó como ilustrador para Les sognes drolatiques de Pantagruel. Sobre su figura hemos de precisar los estudios de Jean Porcher. Entre sus estampas podemos señalar argumentos sobre la Guerra de Troya o la Historia de Jonás. Como se ha precisado y así lo señalan los estudiosos, la obra de Desprez tiene claras influencias del Bosco y esencialmente de estampas editadas por Cock en su editorial Aux Quatre Vents en base a los citados diseños de Bruegel.
La exposición podrá contemplarse hasta el día 20 de agosto, siendo el horario de martes a viernes de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas. Sábados de 11:00 a 20:00 horas (ininterrumpido). Domingos de 11:00 a 15:00 horas. La sala permanece cerrada los lunes (excepto festivos), y domingos tarde