La lluvia podría llegar a CyL a partir del Jueves santo
Un frente atlántico traerá "incertidumbre" a partir de Jueves Santo en Castilla y León, si bien no se esperan precipitaciones "muy abundantes", tal como ha explicado este martes el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Juan Pablo Álvarez, quien ha precisado que las temperaturas se situarán dentro o ligeramente por encima de lo normal.
Álvarez ha señalado que a partir de este viernes, 23 de marzo, y hasta el Domingo de Ramos, día 25, se esperan lluvias en la Comunidad, después de lo cual habrá tiempo estable con nubes que no descargarán y temperaturas "agradables" hasta el Miércoles Santo. Posteriormente, entrará en la Península un frente atlántico que traerá inestabilidad y un aumento de la nubosidad, que podría dejar precipitaciones a partir del Jueves o Viernes Santo, las cuales, en cualquier caso, "no serían muy abundantes".
Por lo que se refiere al conjunto de la primavera, ha vaticinado que se moverá en valores "normales", si bien ha advertido de la complejidad de estas predicciones, lo cual ha ejemplificado con las previstas para el invierno, que apuntaban también a registros normales y, sin embargo, "ha sido más frío y húmero de lo normal".
El delegado territorial de la Aemet ha realizado estos apuntes durante una rueda de prensa en la que ha hecho balance del invierno que concluye este martes, el cual ha sido el séptimo más frío de lo que va de siglo XXI, con una temperatura media de 0,4 grados por debajo de lo habitual, especialmente debido al mes de febrero, que ha sido el tercero más frío de lo que va de centuria.
En cuanto a las precipitaciones, la estación que concluye ha sido en la Comunidad un 15 por ciento más lluviosa de lo normal, con una media de 138 litros por metro cuadrado frente a los 125 habituales. De hecho, la sucesión de borrascas en la primera quincena de marzo hace que en el conjunto de España ya se registre un superávit hídrico del dos por ciento.
RUPTURA DEL VÓRTICE POLAR
El incremento de precipitaciones en la segunda mitad de febrero ha respondido, según ha apuntado Álvarez, a la ruptura del denominado vórtice polar, ocurrida en torno al 10 de febrero, un fenómeno que se repite cada varios años, y que se debe a un calentamiento repentino de la estratosfera, lo que genera una bajada de la circulación de aire en chorro y genera temperaturas más bajas en el norte de Europa y mayores precipitaciones en el sur del continente.
Así, el trimestre invernal fue frío en Castilla y León, aunque normal en áreas del noroeste y este de la Comunidad y muy frío en el sur y sureste. El número de días de helada ha sido superior a su promedio, con 58 días y las mínimas han superado en muchos casos los valores históricos.
Diciembre fue normal o ligeramente frío en el sur, con la máxima más alta registrada el día 22 en Sotillo de la Adrada (Ávila), con 17,9 grados, y la mínima más extrema el día 6 en Boca de Huérgano (León), con -15 grados. De media, hubo 19 días de helada ese mes.
Enero fue, sin embargo, un mes cálido en la mayor parte de la región y muy cálido en el Bierzo, mientras que en el sur de Castilla y León fue normal. La temperatura más alta se registró el día 23 en Cebreros (Ávila), con 18,3 grados, y la más baja, en Radona (Soria), con -17 grados. De promedio se constataron 18 días de helada.
Febrero, por su parte, fue muy frío, aunque en el Bierzo y otras zonas del noroeste de la Comunidad fue frío. La temperatura más alta se registró el día 26 en Ponferrada (León), con 20,1 grados, y la más baja el día 24 en El Puente de Sanabria (Zamora), con -12,5. El promedio fue de 21 días de helada.
PRECIPITACIONES
El número de precipitaciones a lo largo del invierno se situó próximo a su valor normal, pero el número de días de nieve es algo más del doble de su promedio, principalmente debido a la acumulación en febrero. De hecho, en Soria se llegaron a alcanzar 31 días de nieve, cifra sólo superada por el invierno 1985-1986, que tuvo una jornada más con nevada.
Ante esto, se ha tratado de un invierno húmero o muy húmedo en la mayor parte del este y sureste de la Comunidad, así como en zonas del norte y noroeste, en tanto que en el extremo norte de la provincia de Burgos llegó a ser extremadamente húmedo y, en zonas del norte y oeste de la meseta ha sido normal.
A pesar de ello, el reparto de precipitaciones ha sido desigual, con un diciembre que ha presentado un déficit de promedio del 19 por ciento, seco en gran parte del centro de la región, mientras que en el norte y el noroeste, así como en áreas del Sistema Ibérico fue húmedo, y muy húmedo en el noroeste de Burgos y de León. El valor acumulado más alto se registró cerca del valle cántabro del Valle del Pas, con 588 litros por metro cuadrado, y el más bajo en el sur de Palencia y Burgos con 17. Los días de precipitación apreciable fueron doce.
Enero fue normal o seco en gran parte de León, Palencia y Zamora, así como en el oeste de Salamanca, mientras que en el resto de la región fue húmedo o muy húmedo. Se trata del primer mes desde septiembre en el que no se ha acumulado déficit de precipitación, con una anomalía positiva del 18 por ciento y un promedio de once días de precipitación. Destacan las nevadas entre los días 5 y 7 en zonas del Sistema Ibérico, Central y norte de Burgos, con espesores que llegaron a superar los 40 centímetros y un gran caos circulatorio en torno a las autopistas AP-6, AP-61 y AP-51.
Por lo que se refiere a febrero, fue húmedo en la mayor parte de Castilla y León, con la excepción de algunas zonas del oeste donde el valor acumulado fue normal y en gran parte del este y el sureste y lugares de la Cordillera Cantábrica, donde fue muy húmedo. En los observatorios de Valladolid, Villanubla (Valladolid) y Soria se superaron los valores históricos y en áreas próximas a Gredos (Ávila) se rebasaron los 100 litros por metro cuadrado.
Asimismo, en torno al cántabro Valle del Pas se superaron los 530 litros por metro cuadrado, mientras que en zonas de la meseta los valores se quedaron por debajo de los 40. De media se registraron diez días de precipitación apreciable, algo muy próximo a lo normal, con un promedio de ocho días de nevada que se elevan hasta los 14 en el observatorio de Burgos y a los 17 en el de Soria.