Falcão, uma merda!
Perdonen ustedes por el titular, no hace falta su traducción al castellano, o español, como gusten por eso de las lenguas oficiales y sus 'sensibilidades', pero esa fue la impresión que se llevaron nuestros colegas, la prensa de Portugal, en la visita del Rey de España y el Presidente de la República de Portugal a Salamanca en esta mañana de miércoles.
Un acontecimiento que llegaba para ser marcado en oro en cuanto a las relaciones de España y Portugal y, sobre todo, Salamanca con su Universidad hermanada con Coimbra y centro de estudios para miles de alumnos portugueses y que, en lo mejor de los hechos históricos, también presume de un 'Vítor' a Jorge Sampaio, presidente de Portugal entre 1996 y 2006, así como Doctor Honoris Causa a otros ilustres portugueses tales como José Saramago y Mario Soares.
A todo se ello se suma que el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, entregó el Grado Honorífico de la Orden de Santiago de la Espada a la Universidad de Salamanca en el Paraninfo del Edificio Histórico. Donde el presidente y también colega periodista portugués -ejerció como director del diario Expresso y el Semanário- dijo "Debemos tener el coraje de defender las ideas de la libertad y la democracia, que forman parte de la identidad cultural de Europa y que la Universidad de Salamanca y la Universidad de Coimbra tan bien representan". Es el presidente Marcelo, un hombre desesperado por vivir tres vidas a la vez: la de un jurista, la de un político y la de un periodista. Es un personaje definido por las profundas contradicciones que le hacen tan único dentro del panorama político luso. “Es un camaleón, una persona que se ajusta a cualquier situación”, explica el periodista Daniel Oliveira, columnista político del diario Expresso. “Tiene un talento para caer bien dónde sea que vaya”.
Pero no! Alguien tuvo que llegar y 'fastidiar la marrana' -en el argot popular- o estropear el acto con un protocolo casposo, pasado de moda, no acorde con los tiempos que se viven y, además, que recuerdan aquellos años del autoritarismo y las visitas del difunto general. Del mismo salvamos, obviamente, al servicio de prensa/Medios de Comunicación de la Universidad de Salamanca, siempre atento, comprensivo y, quizás, también desbordado por tanto déspota.
Casa Real, o Zarzuela, o Casa de Su Majestad el Rey, o Ministerio del Interior. Así no! Los medios de comunicación han tenido que trabajar en condiciones infrahumanas, bochornosas. En muchos momentos han sido tratados como perros y borregos -en el más estricto sentido de la palabra-. A empujones, a codazos. Se le ha impedido, en muchos momentos, realizar el más mínimo trabajo necesario para una información como merecía el acontecimiento. Este servicio de seguridad de La Zarzuela, como decía Buffon del árbitro inglés, "Si tienes el cinismo de pitar un décimo de penalti en el minuto 93 no eres un hombre; eres un animal por falta de sensibilidad ante lo sucedido antes y el sacrificio de todos"... Cambien ustedes los números singular por plural, y el penalti por una fotografía y entenderán lo que aconteció en el Palacio Fonseca.
Además, también merecen destacar los comportamientos de ciertos compañeros que llegan de la capital y que se sienten por encima del bien y del mal. Con sus equipos de 5.000 euros y, además, avasallando... Un cúmulo de despropósitos. Como tener que soportar un protocolo absurdo con más de una hora de espera y con medidas también más que disparatadas... Si exigen acreditarse con una semana de antelación con nombre, apellidos y número de identificación, ¿a qué tanta seguridad ante los medios? Para echar a correr y no volver más a estos actos que parecen proceden de los años del 'abuelo'. Quien escribe ha vivido actos oficiales de estas caracerísticas en otros países y, vaya por Dios, aquello parece un paraíso ante el absurdo, contrasentido, desatino, temeridad, despropósito, dislate, enormidad, exceso, extravagancia, insensatez, desvarío, locura, monstruosidad, necedad, paradoja, burrada y contradicción, que se vive en este país.
Por cierto, llamó también la atención que desde la Casa Real -protocolo o seguridad- hicieran
Por lo demás, nuevamente Salamanca, de la mano de su Universidad pública, se pone en el centro de la noticia y de la promoción internacional. No es para menos que el Jefe del Estado, Felipe de Borbón, se haya convertido en un asiduo de visitar la Universidad de Salamanca. Aquí nació el Derecho de Gentes en defensa de los indígenas, germen del Derecho Internacional.
La Escuela de Salamanca y el ius gentium, precursores del Derecho Internacional
Desde la finalización del medievo la cultura occidental sufrió una serie de cambios radicales en su manera de ver el mundo. El Humanismo, el Renacimiento y posteriormente la Ilustración y todos los concilios, reformas y escisiones de la Iglesia Católica tienen su base en un cambio muy concreto: el paso del teocentrismo, en el que Dios es el centro y motor del Universo, al antropocentrismo. Ahora el propio hombre es la medida de todas las cosas y por lo tanto toda norma o justicia debería de adaptarse al bienestar del ser humano.
En esta “revolución cultural” uno de los representantes más importantes es España, quien se encuentra en los siglos XVI y XVII en pleno Siglo de Oro. Y durante esta época la ciudad de Salamanca tendría un peso especial gracias a su Universidad, una de las más importantes del momento. En 1526 el dominico Francisco de Vitoria obtiene la cátedra de Teología y con él daría comienzo la Escuela de Salamanca. Como humanista convencido, su inquietud iba más allá de lo celestial y poseía una preocupación y un espíritu crítico muy volcado con los derechos de los hombres. Buena muestra de las inquietudes de esta Escuela es la innovadora “Deliberación de la causa de los pobres”, de Domingo de Soto, en la que ya se defiende la libertad de movimientos de los pobres frente a los poderosos que pretendían aislarlos.
El convento dominico de San Esteban nutrió a la Escuela de Salamanca de sus pensadores más influyentes con Francisco de Vitoria a la cabeza, que sentarían las bases del Derecho de Gentes o ius gentium, considerado por muchos académicos como uno de los precursores del actual Derecho Internacional.
Ya decía William Shakespeare, "No hay nada bueno o malo, el pensamiento lo hace así", cachis!