Ocho de cada diez personas tendrán dolor lumbar alguna vez a lo largo de su vida. A veces se trata de casos aislados, pero con frecuencia hay una reincidencia que afecta negativamente no sólo a la propia salud, sino al desarrollo del día a día laboral, familiar y social. Para revertirlo o mitigarlo, el hospital de Salamanca dispone de una Escuela de Espalda, donde se enseña a los pacientes cómo determinados hábitos pueden contribuir a mejorar su salud y reducir el molesto dolor lumbar.

Esta iniciativa se puso en marcha en el año 2013, con grupos de cuarenta a cincuenta personas, tres o cuatro al año, con pacientes valorados por médicos, a quienes se ofrece la posibilidad de participar en un programa que está cosechando importantes resultados. “Tenemos la percepción de que mejoran y vuelven menos a la consulta”, explica Javier Nieto, jefe del Servicio de Rehabilitación del hospital de Salamanca. Con lo cual supone beneficio para el paciente pero también para el beneficio sanitario al gastar menos recursos.

Cada grupo acude a dos charlas teóricas y dos prácticas, bien la misma semana o en un periodo no superior a ese tiempo de diferencia. “Se trata de que el paciente adquiera el hábito y la responsabilidad de cuidarse. No hay que tener miedo al dolor de espalda, podemos enseñarles a proteger su columna y que esos dolores o no se produzcan o sea con la menor frecuencia posible. No se trata de que les mejoremos la espalda, no, el paciente puede mejorarla él mismo y les ofrecemos las herramientas para ello”, argumenta Javier Nieto.

En primer lugar está la parte teórica, impartida por Jesús Tuda Flores, médico del Servicio de Rehabilitación, quien “hace un gran esfuerzo para realizar este programa a mayores de lo que es su actividad asistencial diaria”. Se trata de consejos estándar durante unos sesenta minutos en cada sesión, a los que prosiguen la resolución de preguntas y dudas, porque cada caso es particular y esos consejos estándar pueden tener una adaptación y evolución en cada paciente en función de sus características físicas, entorno y gustos.

En la primera charla se aborda ‘Por qué me duele la espalda’, mostrando la anatomía y causas de las molestias, además de ‘Normas de higiene postural’, cómo actual en el día a día. Y es que, por ejemplo, una acción tan simple como saber entrar al coche o colocar un utensilio en la cocina puede marcar la diferencia sobre la frecuencia del dolor lumbar. En la segunda charla, ‘Combatiendo el dolor de espalda’ y ‘Ejercicios del dolor de espalda’, se muestran herramientas terapéuticas. Por ejemplo, cómo combatir el círculo vicioso del dolor, pues cuando duele la espalda disminuye la actividad física, y esto conlleva una pérdida de forma física, que a su vez redunda en el dolor, es decir, la pescadilla que se muerde la cola. Este círculo se rompe evitando al vida sedentaria, con actividad física que ayuda a reducir el dolor en función de la edad, antecedentes y preferencias. “El reposo absoluto está contraindicado”, apostilla Javier Nieto.

Concluidas las conferencias y aclaradas las dudas, se pasa a la parte práctica de la Escuela de Espalda con dos fisioterapeutas, que muestran ejercicios sencillos y que no llevan excesivo tiempo en el día a día. “No sólo hay que hacerlos cuando duele la espalda, el objetivo es que cojan hábitos que se adecuen a su día a día. Lo que se trata es de motivar a los pacientes, que se habitúen a hacerlos para siempre”, lo que se denomina empoderamiento del paciente.

A mayores, para facilitar ese día a día, se ofrece a todos los pacientes un folleto, un manual a modo de resumen con todo lo explicado en las conferencias y ejercicios prácticos. Así, cuando los pacientes tengan alguna duda en su casa o puesto de trabajo pueden consultarlo si tienen alguna duda o han olvidado algún detalle de lo explicado. Porque cuanto más grande es la voluntad, más pequeño se puede hacer el dolor.