Región

Junta, Seiasa y regantes del Canal de Pollos comprometen 17 millones

24 abril, 2018 14:00

La consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, ha firmado esta mañana un convenio de colaboración con el presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), Joaquín Rodríguez, y el presidente de la Comunidad de Regantes del Canal de Pollos, Rafael Santos, para llevar a cabo las obras de modernización y consolidación de los regadíos en esta zona, lo que supondrá una inversión total de 17,2 millones de euros, de los que la Junta aportará 7,1 millones y Seiasa, junto con la Comunidad de Regantes, los 10,1 millones restantes.

Por un lado, las actuaciones de concentración parcelaria, con una inversión de 3,1 millones de euros y financiadas totalmente por la Junta de Castilla y León, permitirán hacer más competitivas las fincas de 381 agricultores de la zona, de forma que en las 4.351 hectáreas concentradas se triplicará el tamaño de las parcelas. De hecho, las 2.356 parcelas actuales, de 1,85 hectáreas cada una, pasarán a convertirse en 773 fincas de más de 5,5 hectáreas por unidad.

En este momento, se están ejecutando las obras de infraestructura rural (caminos y desagües) en la zona de secano con una inversión de 1,4 millones de euros y, en breve, se ejecutarán las de la zona de regadío, incluidas en la modernización de la zona regable, por importe de 1,7 millones de euros.

En el marco del acuerdo suscrito hoy, por importe de 14,1 millones de euros, se llevarán a cabo obras en 1.272 hectáreas pertenecientes a 254 regantes y se incluyen además la construcción de una infraestructura de regadío moderna, sustituyendo el riego por gravedad por aspersión, con instalaciones competitivas que mejoren la distribución del agua a los cultivos.

Según consta en el convenio, la Consejería de Agricultura y Ganadería se encargará de construir las estaciones de bombeo y la regulación del agua, y Seiasa de la red de distribución de riego y otras instalaciones y automatismos.

En ambos casos, se tendrá como consideración prioritaria el ahorro de agua y de energía, incorporando el riego presurizado, la gestión de la red de riego por telecontrol y el correspondiente sistema de comunicaciones y de software.

Esta actuación es un ejemplo de integración ambiental donde se han tenido en cuenta los condicionantes por estar en la zona de la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño.

Entre otras medidas, se ha realizado el tratamiento acústico a la estación de bombeo, de manera que se reduzca el ruido que puede salir para no perturbar a la avifauna; se han tratado las construcciones para integrarlas en el entorno y se ha llevado a cabo la plantación de especies arbóreas en la ribera.

El acuerdo, que beneficiará a los términos municipales de Pollos y Tordesillas, se suscribe al amparo del convenio marco firmado el 5 de mayo del pasado año entre la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, y la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, para realizar actuaciones de regadíos en Castilla y León con la participación de la Administración General de Estado.

Ejecutado el 39% comprometido 

Con esta actuación, la Junta de Castilla y León ejecutará cerca del 39 % del compromiso adquirido por el presidente Juan Vicente Herrera al inicio de legislatura de modernizar los regadíos en 40.000 hectáreas de la Comunidad, como se recoge en el Mapa de Infraestructuras Agrarias elaborado por la Consejería de Agricultura y Ganadería.

Este innovador Mapa nacía con tres objetivos claros: crear riqueza en el sistema agrario y agroalimentario y mejorar tanto el desarrollo socioeconómico como el medioambiental de las zonas rurales. Para desarrollar el regadío y la concentración parcelaria en la Comunidad, este instrumento cuenta con una inversión superior a los 610 millones de euros.

Entre los principales beneficios que conlleva la modernización del regadío de una zona están los demográficos ya que las incorporaciones de jóvenes en las zonas modernizadas son un 80 % superiores que las que se producen en las zonas sin modernizar.

En el ámbito económico, el valor añadido bruto de una hectárea modernizada es un 30 % superior a una que no lo está y, además, en las zonas modernizadas se reducen los costes para el riego por aspersión un 35 % respecto a las zonas sin modernizar.

Los beneficios medioambientales también son considerables ya que la modernización permite la optimización del uso del agua, se estiman ahorros medios en el uso de recursos de un 20 %, y permite también una reducción de la contaminación difusa que puede cifrarse, por ejemplo, en una disminución del abonado nitrogenado de entre un 25 y un 30 %, que además de ser un ahorro de costes importante, reduce la carga contaminante que llega a las masas de agua.

Por estos motivos, la modernización de los regadíos se configura como una de las medidas imprescindibles para el desarrollo rural, no solo porque permite garantizar la viabilidad de las explotaciones para el futuro, sino porque además tiene un efecto de interacción con otras actividades, como la industria agroalimentaria, lo que permite generar empleo y actividad económica y fijar población en estos entornos.