Teléfono de la Esperanza, salud emocional en momentos de crisis
Hay momentos en la vida en que el ser humano pierde la fe en sí mismo, en sus objetivos, sus sueños e ilusiones. Pero siempre queda la esperanza, esa que nunca debe perderse. Para recordarlo existe el Teléfono de la Esperanza, es una asociación de voluntariado dedicada a promover la salud emocional de las personas, y especialmente de aquellas que se encuentran en situación de crisis, protagonista hoy de esta serie dominical sobre los colectivos sociales de la provincia de Salamanca.
En el año 2001 se implanta en territorio charro, a través del número 923 22 11 11, actualmente con sede en el paseo de San Vicente 81, de reciente remodelación gracias a una aportación económica de la Diputación. El año pasado atendió más de dos mil llamadas gracias a la participación de cerca de medio centenar de voluntarios.
El Teléfono de la Esperanza, funciona las 24 horas del día durante los 365 días del año, atendido por voluntarios especializados en la escucha y formados para activar las capacidades de las propias personas para superar sus problemas. También ofrece asesoramiento e intervención profesional en entrevista personal gracias a un servicio multidisciplinar atendido por psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y abogados. Además, dispone de un servicio de orientación familiar, prestado por terapeutas, y talleres para crisis específicas.
“Hemos creado unas redes de ayuda preventiva que promuevan el cuidado de la salud emocional a través de cursos, talleres, grupos de formación y autoayuda, seminarios, conferencias… y que fomenten en las personas una relación satisfactoria consigo mismas y con las que les rodean”, explica Carmen Igea, coordinadora del Teléfono de la Esperanza de Salamanca.
Su fin principal es ofrecer ayuda de urgencia a cuantas personas, familias o colectivos lo soliciten, de modo gratuito, anónimo y cualificado. Son de atención primaria las crisis en las que peligra la vida y la salud mental o emocional de las personas, así como aquellos colectivos con riesgo de exclusión social, inmigrantes, víctimas de maltrato, de agresiones sexuales, de accidentes de tráfico o todo tipo de catástrofes. También personas con problemas familiares, riesgo suicida o que sufren algún tipo de discriminación.
Así, el Teléfono de la Esperanza busca promover la salud emocional y la calidad de vida de las personas como medio eficaz de prevenir las crisis y los conflictos interpersonales. Todo ello fomentando la solidaridad y la cooperación. Además de la atención telefónica, realiza diversas actividades, como la publicación de la revista ‘Avivir’ y libros divulgativos, la celebración del Día de la Escucha el 15 de noviembre, el día de la prevención del suicidio el 10 de septiembre y otros programas de prevención para promover el bienestar emocional y el voluntariado.
Esta parte, el voluntariado es fundamental. La ayuda más eficaz es la que proviene de las personas del entorno. Por ello, el Teléfono de la Esperanza ofrece una formación específica a todos aquellos que desean desarrollar sus cualidades para la ayuda con programas para orientadores telefónicos, coordinadores de cursos y talleres, padres y educadores o profesionales de la salud mental. Porque como decía el economista Louis Joseph Lebret, “la inteligencia sola aplasta, el amor solo es ineficaz, el amor de los hombres debe ser inteligente, laborioso y técnico".