Las sectas aumentan su penetración en redes sociales y teléfonos móviles
Las nuevas tecnologías han cambiado radicalmente la forma de comunicarnos, pero también las costumbres, sobre todo entre los jóvenes. Cada es más frecuente ver a adolescentes con el teléfono móvil, que se ha convertido en un apéndice más para escuchar música, hablar en grupo a través de la aplicación de mensajes WhatsApp o compartir su vida a través de las redes sociales. Pero los delincuentes también saben sacar provecho a las nuevas tecnologías.
Una de las últimas alertas que ha saltado está relacionada con las sectas, que cada vez intentan penetrar más a través de redes sociales y teléfonos móviles para captar nuevos adeptos. “Las sectas han encontrado en internet no sólo un escaparate publicitario en el que mostrar una cara amable y muy elaborada de su organización, doctrina y líder, sino que han encontrado un modo de captación a coste cero y con el que entablar contacto con un número infinito de posibles nuevos adeptos”, Alejandra Sánchez Acosta, licenciada en Psicología que actualmente realiza su tesis doctoral sobre la acción de las sectas en el ciberespacio.
Las búsquedas que una persona realiza a través de internet sobre determinados temas y sus me gusta en las redes sociales facilitan a estas sectas un perfil sobre gustos y aficiones. Es su puerta de entrada para captar personas vulnerables a las que poder seducir para acceder a la secta. “Podemos encontrar estos grupos en cualquier formato digital que imaginemos y en muchas ocasiones, no será necesario ni siquiera salir a buscarlo: a través de la aceptación de las cookies y nuestras búsquedas, internet se encargará de mostrarnos los grupos que pueden dar una respuesta a nuestras inquietudes”, explica la experta.
De esta forma, recientemente una joven de Elche que comenzó a tener contacto con una secta gnóstica peruana al cumplir 18 años huyó de su casa para unirse a ellos. “Internet es un método muy eficaz para el proceso de captación, mientras que el proceso de adoctrinamiento, en algunos grupos podrá hacerse a través de internet, redes sociales, donde compartir experiencias con otros miembros, donde compartir inquietudes, es probable que otros grupos, por sus doctrinas o características requieran de un contacto más personal o la participación en un lugar concreto”, añade Alejandra Sánchez.
Así, cualquier persona que tenga ciertas inquietudes y un ordenador podrá buscar respuestas y, por desgracia, en ocasiones hay quien cree encontrarlas en este tipo de grupos de manipulación. Y viceversa, los grupos saben cómo manejar las redes sociales, cómo posicionarse en internet y qué imagen quieren dar sobre sí mismos. “Es fundamental que se comience a educar a los menores en el conocimiento de que estos grupos existen, están más cerca de lo que creen y se interesan por ellos”, concluye la experta.