Un mes de julio marcado por la inestabilidad climatológica
La comunidad autónoma de Castilla y León registró un mes de julio normal con temperaturas que se situaron 0,1 grados por encima de su promedio aunque en el caso concreto de las máximas quedaron por debajo del promedio, una circunstancia compensada por la evolución de las mínimas, según consta en el Avance climatológico elaborado por la Aemet y recogido por Europa Press.
Según este informe, las bajas presiones relativas y la inestabilidad fueron predominantes en la mayor parte del mes con un periodo de estabilidad en la última decena.
En el caso concreto del norte de Burgos julio fue un mes cálido e, incluso, muy cálido en zonas del Valle del Ebro mientras que en áreas del suroeste fue ligeramente frío. Como en el mes anterior, el carácter de las temperaturas máximas y mínimas fue contrario, con un balance positivo para las temperaturas nocturnas y negativo para las
diurnas.
El mes comenzó con temperaturas máximas por debajo de lo esperado, con continuos ascensos y descensos a lo largo de las dos primeras decenas. El descenso más importante se registró el día 21, el más frío del mes, con máximas que no superan los 20 grados en gran parte del tercio noroeste. A partir del siguiente día, tras un ascenso generalizado, las temperaturas se mantuvieron estables hasta finalizar el mes.
La temperatura más alta se registró el día 31 en el Valle del Tiétar, con 37,7 grados, aunque, de manera global, fue entre los días 23 y 26 cuando se alcanzó un mayor valor medio.
Por su parte, la mínima más baja correspondió a la zona de Sanabria el día 29, con 4,2 grados, con el día 21 con los valores más bajos.
En cuanto a las precipitaciones, julio tuvo un carácter muy heterogéneo ya que la mayor parte de las precipitaciones fueron en forma de chubasco, "algunos de ellos registrados de manera intensa y, ocasionalmente, con granizo". No obstante, en la mayor parte del tercio
norte el balance fue de mes "húmedo" o "muy húmedo" mientras que en una amplia zona del cuadrante suroeste fue "seco" o "muy seco".
La precipitación más alta se registró en Villapún (Palencia) con 107 litros por metro cuadrado mientras que en la mayor parte de la meseta de Salamanca las precipitaciones fueron nulas o inapreciables. Las precipitaciones se acumularon en las dos primeras decenas del mes y se mantuvieron sin registros, salvo de manera ligera y dispersa en el extremo norte, en la última decena.
El dato diario más destacado de precipitación correspondió al 8 de julio en Briviesca (Burgos) con una precipitación acumulada en veinte minutos de 34 litros/metro cuadrado y una intensidad de 142,8 l/m*-h.