Vox toca poder por primera vez en España. Poco más de tres años después de su fulgurante irrupción tras las elecciones andaluzas de diciembre de 2018, el partido de Santiago Abascal se estrena en un Gobierno autonómico y tendrá su primera experiencia de gestión, tras el acuerdo alcanzado este jueves entre PP y Vox en Castilla y León.
Feijóo da luz verde a la primera entrada de Vox en un Gobierno
El pacto se produce pocas semanas después del encumbramiento del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, como nuevo líder de los populares. El historial de defensa de la "moderación" y del alejamiento de la formación de Abascal de Feijóo no se ha cumplido en este caso, y el flamante nuevo dirigente del PP ha dado luz verde a la primera entrada de Vox en un Gobierno.
Después de semanas de incertidumbre, en las que las posiciones de ambos partidos parecían continuar estancadas -el presidente en funciones, Alfonso Fernández Mañueco, insistía en gobernar en solitario y los de Juan García-Gallardo exigían entrar en el Ejecutivo- los populares han cedido a las pretensiones de Vox y les integrarán en el futuro Gobierno, además de concederles la presidencia de las Cortes, que ha recaído en la figura del líder del partido en León, Carlos Pollán.
Vox culmina así su primera fase de implantación como partido político a nivel nacional, en la que basó su estrategia en apoyar desde fuera a gobiernos autonómicos del Partido Popular, como fue el caso de la Comunidad de Madrid, Murcia y Andalucía tras las elecciones autonómicas de mayo de 2019.
Aupados por los resultados en la repetición electoral de noviembre de ese año -en la que obtuvieron 52 escaños y se convirtieron en la tercera fuerza nacional- comenzaron a replantear esta estrategia, algo que se incrementó tras su fuerte subida en las encuestas durante el último año y sus resultados en Cataluña y más recientemente en Castilla y León, donde multiplicaron por más de diez su representación.
Una experiencia de gestión que Vox tratará de utilizar de cara a las generales
Desde que se convocaran de forma anticipada los comicios autonómicos en Castilla y León, tanto Santiago Abascal como García-Gallardo insistieron en que estas elecciones suponían "un antes y un después" para Vox y que solicitarían entrar en el futuro Gobierno. Para el líder del partido, los pactos apoyando desde fuera al PP habían resultado "insatisfactorios" ya que, a su juicio, los populares "no cumplían los acuerdos" y necesitaban de su "vigilancia" desde dentro para hacerlo.
Tras este acuerdo, Vox tendrá por primera vez un legado de gestión que, previsiblemente, tratará de utilizar para impulsar al partido de cara a las futuras elecciones generales, previstas para diciembre de 2023. El PP, por su parte, da un paso más en la normalización de los acuerdos con los de Abascal, incluyéndolos por primera vez en un Ejecutivo, y tendrá que gestionar una compleja relación que está detrás de muchas de las tensiones internas que han llevado a la grave crisis de liderazgo en el partido.