Incendios como el del año pasado en la Sierra de Gredos, en Navalacruz, sigue en la memoria de muchas personas. Desde el sindicato UGT se intenta evitar que se repita esta catástrofe, por eso, ha advertido de que si la Junta de Castilla y León “no se toma en serio” el problema de los incendios, este verano se podría repetir “las terribles” imágenes del pasado verano. Así lo han reconocido en rueda de prensa el secretario general de UGT Servicios Públicos en Castilla y León, Tomás Pérez Urueña, el secretario de Acción Sindical y del Sector Autonómico de UGT-SP de Castilla y León, Carlos Arenas, y la secretaria del Sector Autonómico de Zamora, Visitación Peral, que han informado sobre la política de la Junta en la lucha contra incendios forestales.
“Es como el día de la Marmota”, ha apuntado Pérez Urueña, al reconocer que “la normativa vigente de la Junta es la misma desde 1998. Sin apenas modificaciones. No se dan cuenta de que los incendios se apagan durante 12 meses al año y quienes lo apagan se llaman bomberos”, ha afirmado. “La Consejería de Fomento presenta cada año su rueda de prensa con sus helicópteros, drones y sus supuestos medios y piensa que ya tiene la campaña hecha, pero es tan importante el cuidado en invierno como en verano”, en alusión al consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones, al que han calificado de "mismo consejero, mismos problemas" que pasados años.
Han pedido que los medios privados a los que acude la Junta para sofocar incendios en determinados periodos del año o ante la alta virulencia de algunos fuegos, como el del pasado año en Navalacruz (Ávila), se internalicen. Ello, unido a la extensión de la campaña a los 12 meses y la inclusión de los agentes medioambientales dentro del servicio de emergencias, “sería suficiente para el sistema ordinario”.
Así, en el trágico del territorio abulense, en el que se quemaron más de 22.000 hectáreas, apenas el 20% del personal participante en las tareas de extinción de incendios era de la Junta, frente a un 30% aproximado procedente de empresas privadas y otro 50% Comunidades o del operativo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Bombero forestal
Así, UGT ha criticado el operativo de incendios puesto en marcha por la Junta de Castilla y León haciendo hincapié en la no existencia de la figura del “bombero forestal”, y denuncian las malas condiciones laborales de los trabajadores. Carlos Arenas ha exigido una campaña anual que no se limite exclusivamente a la extinción estival de los incendios, y que permita el mantenimiento y la prevención de montes y campo, lo que, por otra parte, “permitiría fijar población y crear empleo de calidad”. Además, ha anunciado próximas manifestaciones.
“La Junta no entiende la importancia de un servicio permanente, que evite y disminuya los incendios, sobre todo en los denominados de sexta generación, que ya comenzamos a tener”, ha comentado Arenas, quien ha lamentado que la campaña de la Junta se ponga en funcionamiento el 1 de junio y acaba el 30 de septiembre, “independientemente de la canícula que hay en el ambiente”, ha apuntado.
También se habló de la categoría de bombero forestal, una reivindicación de más de una década, recogida en el Catálogo Nacional de Ocupaciones. «No comprendemos que, año tras año sea lo mismo, se queman más hectáreas por no hacer prevención. Les da exactamente igual», criticó.
En el mismo sentido, desde UGT han querido defender “un operativo de prevención y extinción de incendios 100% público”. Y es que, actualmente, la alta tasa de interinidad impide que se renueve o consoliden las plazas “para trabajar, en muchos casos, apenas tres meses al año”, según ha anotado la secretaria del Sector Autonómico de Zamora, Visitación Peral. “De los 821 trabajadores de estas tres categorías, solo 50 conductores, 79 peones y 80 escuchas son fijos”, explicó, dejando 612 personas restantes en situación de interinidad cuando en invierno “hay multitud de pequeños incendios sin el operativo en funcionamiento”, lo que ha provocado, a juicio de UGT, que estos últimos meses Castilla y León haya vivido los dos incendios más grandes de España en lo que va de año: el de Hermisende, que quemó 230 hectáreas, y el de Lubián, con 510 hectáreas arrasadas por el fuego, ambos en la provincia de Zamora.