Las negociaciones contrarreloj para salvar a Cerealto Siro se han convertido en un guion perfecto para que el recordado maestro José Luis Cuerda hubiera hecho otra de sus obras maestras. Y es que no hay nada 'más loco' que ver a toda una ministra del Gobierno, Reyes Marotó, pagando sándwiches de su propio bolsillo a los miembros del Comité de Empresa para cerrar un acuerdo que permita garantizar el futuro de 1.500 familias.
Es lo que ocurrió la noche del pasado jueves cuando la ministra de Industria llamó a última hora de la tarde a los representantes de los trabajadores. Una llamada urgente para que acudieran de Valladolid a Madrid con un objetivo: estudiar una nueva propuesta que permitiera rescatar a los dos fondos de inversión que, horas antes, se habían negado a salvar a Cerealto Siro por la falta de acuerdo con sus empleados.
Una cita inesperada, no programada, que se alargó hasta la madrugada. Eso fue lo que hizo que en el Ministerio no hubiera nada programado. Ni siquiera un pequeño piscolabis para calmar el hambre en una jornada de trabajo que ya antes de empezar se antojaba maratoniana.
Así que entrados en materia y a la vista de que lo mejor era evitar interrupciones, la propia ministra Reyes Maroto, vallisoletana de nacimiento, decidió pagar de su bolsillo. Todo con un objetivo: salvar una empresa clave para el tejido productivo de Castilla y León.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León fueron 33 sándwiches y sus bebidas que se extrajeron de las máquinas expendedoras que hay en el propio Ministerio.
Hasta las tres de la mañana
La reunión de Madrid, celebrada en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, comenzó con la exposición de la ministra de los cambios en la oferta realizados por el grupo inversor con respecto al plan de competitividad votado hace unos días.
Luego fue el turno de los representantes de los trabajadores que intervinieron para proponer diversas mejoras que se trasladaron al inversor por parte de la ministra de forma telefónica, con lo que continuaban las negociaciones.
A las 23.30 horas llegó el momento de darle al bocata. Por lo que cuentan quienes estaban allí presentes, aquello debió servir de inspiración porque tres horas más tarde se anunció un principio de acuerdo. No se llegó a brindar con las latas de refresco y las botellas de agua, pero casi.
Una situación nocturna curiosa y que se suma a lo que ocurrió en Valladolid horas antes. Cuando el Gobierno decidió llevarse al Comité de Empresa de Siro para seguir negociando después del intento fallido en Valladolid.
Cincuenta metros separan la Consejería de Economía y Empleo de la Junta de la Delegación del Gobierno. Cincuenta metros que los trabajadores recorrieron para subirse a un autobús y viajar a la capital.
Un autobús, que fue pagado por la Delegación del Gobierno, y que contaba con 18 plazas destinadas a cada miembro de la sección sindical de cada fábrica de Siro. Una ‘excursión’ que, además de viaje, terminó incluyendo sandwich y bebida pagados por Reyes Maroto.
Noticias relacionadas
- Cerealto Siro: historia de un imperio galletero que llegó a los cielos y bajó a los infiernos
- Maroto tiene una oferta para salvar Siro: fue la ministra quien consiguió el inversor
- La ministra Maroto consigue un principio de acuerdo y evita el cierre de Siro
- 100 millones de euros: la inversión para garantizar el futuro de las plantas de Siro