Los ganaderos alertan de los problemas que conlleva el vaciado de las charcas por las olas de calor
Las opas solicitan ayudas para infraestructuras de agua y para el dimensionamiento de abrevaderos, así como el fomento de sondeos y de acometidas de agua de la red pública ante un problema “serio” porque las charcas llevan vacías “casi dos meses”
23 julio, 2022 16:06Los ganaderos de extensivo de Castilla y León, especialmente de las provincias del sur de la Comunidad, alertan de los problemas de sanidad animal que puede conllevar la ausencia de agua en las charcas tras “casi dos meses vacías” por la sequía, en una situación que puede continuar agravándose ante el calor previsto, cuando en otros periodos estivales “no se empezaban a vaciar hasta agosto”.
Así lo asegura, en declaraciones a Ical, el ganadero de la comarca de Vitigudino y presidente de Asaja Salamanca, Juan Luis Delgado, que afirma que la campaña ya comenzó “torcida” ante un invierno seco que impidió que los abrevaderos naturales de las explotaciones de ganadería extensiva se recargaran “de manera natural” para proporcionar la reserva habitual de agua para el verano.
“Así que no hemos tenido agua ni para empezar el verano”, señala Delgado, que alerta de un problema “serio” para el que “apenas hay alternativa posible” más allá de la recarga por cubas o la puesta en marcha de sondeos que, en todo caso, suponen una inversión que, en muchos casos, por falta de disponibilidad monetaria o, principalmente, por ser las fincas de arrendamiento, los ganaderos no pueden llevar a cabo.
Ante esta situación, la tendencia está siendo concentrar el ganado “donde hay agua, bien porque hay un sondeo, una captación o porque cuenta con una acometida de agua de la red pública” con la que llenar las charcas y abrevaderos. Sin embargo, el estrés hídrico que está suponiendo la ola de calor de estos últimos días, y el peligro de que se prolongue, está agravando “muchísimo” la situación al llevar a los animales a una mayor necesidad de agua cuando menos disponibilidad hay por la evaporación.
“Una vaca puede consumir 80 litros al día y eso hay que multiplicarlo por todas las que cada explotación tenga”, que cada vez suele ser un número mayor porque “solo las cabañas grandes hacen viables las explotaciones”. “Eso son muchos litros al día”, recuerda Delgado, que apunta en ese sentido hacia la existencia de un círculo vicioso que puede llegar a afectar a la salud de los animales.
“Como los animales tienen calor, beben más cuando hay menos, y al estar concentrados en torno a las charcas, acaban consumiendo el último agua que queda que es malísima para la salud porque, al estar en contacto con la tierra, genera una toxicidad que fomenta enfermedades como la tuberculosis y propicia focos de contagio mayores porque es donde se concentran los animales porque hay agua, incluida la fauna silvestre”, comenta el ganadero salmantino.
En la misma línea se manifiesta el ganadero de Sieteiglesias de Tormes, perteneciente a la organización profesional agraria COAG, Fernando Corrionero, que apunta que “todo lo que sea que los animales no tengan agua limpia en condiciones suficientes, deviene en problemas de diarreas y posibles enfermedades”. No obstante, Corrionero recuerda que los ganaderos “suelen esmerarse bastante para tener agua limpia, porque con este calor, es casi más importante tener al animal surtido de agua que de comida”.
Y es que la ola de calor está multiplicando la necesidad de agua y, con ello, los costes adheridos a su obtención, porque “si en una semana normal hay que hacer entre ocho y nueve viajes con el tanque de agua para recargar las charcas, esta semana está siendo el doble por la mayor evaporación y consumo de los animales”. Todo ello repercute en la rentabilidad de la explotación, ya que “no solo es un mayor coste por tener que obtener el agua, es que supone un mayor gasto por el gasóleo de los tractores y un mayor tiempo invertido que hay que sacar de alguna parte”, manifiesta Corrionero.
“Todo es un suma y sigue en una campaña donde todos los costes están desorbitados, y esa suma supone una resta en la rentabilidad de la explotación”, concluye ante Ical este ganadero salmantino, que afirma que esta situación no es consecuencia de esta última ola de calor sino que viene desde el invierno: “No ha habido precipitaciones copiosas a principio del año, y desde el 1 de mayo en mi zona han caído seis litros, por lo que desde finales de mayo ya ha habido que ir a recoger agua para poder llevársela al ganado”, sentencia.
Posibles soluciones
Ante estas circunstancias, desde la organización profesional agraria a la que pertenece Fernando Corrionero, en comunión con UPA, cursaron hace unos días una misiva al consejero de Agricultura y Ganadería para solicitar la puesta en marcha de ayudas “destinadas a garantizar el suministro de agua a las explotaciones ganaderas en régimen extensivo”, a través de la subvención de la compra de cubas y cisternas, la construcción de abrevaderos, la realización de obras de acometida de agua de la red pública y el fomento de sondeos y pozos.
Desde la alianza UPA-COAG también solicitaron que las inversiones subvencionables incluyan aquellos gastos que los ganaderos hayan realizado durante el mes de mayo y junio, dado que la situación de sequía se lleva viviendo “desde hace unos meses” y pueden agravarse en los próximos días ante los episodios de intenso calor previstos.
De la misma opinión son en Asaja, cuyo presidente en Salamanca, Juan Luis Delgado, solicitó a la Junta “el fomento del uso de los sondeos y la mejora de abastecimiento de agua” con medidas como canalizaciones desde los pueblos hasta las explotaciones ganaderas para “dar servicio a la ganadería igual que se hace con los regadíos”. Una iniciativa que, según Delgado, supondría un coste de cuatro millones de euros pero que se acabaría recuperando porque “nadie se niega a pagar ese agua, solo queremos el servicio”.
También solicitan desde Asaja “una ayuda auxiliar para las inversiones en infraestructuras de agua”, una posibilidad que ya se contempla en el borrador de la orden de ayudas pero que desde Asaja espera que se amplíen como en los años 2012 o 2017 cuando, ante la sequía, se habilitó por parte de la Junta una ayuda de hasta 4.000 euros por explotación, lo que suponía el 50 por ciento frente al 40 que se establece en el borrador de las de este año. “Esperamos que sean iguales que entonces y que sean con carácter retroactivo, porque para las ayudas en infraestructuras no puedes esperar a diciembre, el agua la necesitas en julio y agosto”, sentenció.
Por último, Juan Luis Delgado también pidió ayudas para hacer abrevaderos “más grandes” allí donde se produce un abastecimiento natural por cercanía con un manantial o arroyo, ya que “no puede haber charcas donde no hay agua”. En cualquier caso, Delgado recordó que “por mucho que llueva ahora, queda poca solución que no sea por ayudas” para el abastecimiento de las charcas, ya que “hasta finales de septiembre hay poca esperanza de agua y son muchos días con mucho consumo”, por lo que concluyó que la sequía de este año será “un problema serio” para la ganadería de Castilla y León.