La Junta recomienda a la ciudadanía extremar las precauciones ante posibles picaduras de garrapatas
La enfermedad de Lyme o la Fiebre de Crimea-Congo son algunas de las patologías humanas más graves transmitidas por la picadura de garrapatas
10 agosto, 2022 14:12Noticias relacionadas
La Junta de Castilla y León recomienda a los castellanos y leoneses extremar las precauciones para evitar entrar en contacto con garrapatas, que se intensifican en esta época estival. Aunque la mayoría de las picaduras de garrapata son inofensivas, algunas de ellas pueden acarrear consecuencias graves para la salud, como los últimos casos detectados en la Comunidad de Crimea-Congo.
Las garrapatas son artrópodos, parásitos de un gran número de animales silvestres. También parasitan a los animales domésticos y de forma accidental pueden picar a los humanos. Todas las garrapatas se alimentan de sangre.
Estas suelen encontrarse en el suelo, normalmente ocultas entre la hierba o los arbustos. Cada especie tiene diferentes preferencias de hábitat: unas son comunes en zonas boscosas, otras prefieren parajes abiertos, con dehesa o incluso matorrales secos, y algunas se han adaptado a vivir en el interior de las madrigueras de sus hospedadores o en construcciones humanas, como en las perreras. La mayor parte de las especies de garrapatas están activas en los meses cálidos, desde la primavera hasta el otoño, ya que las temperaturas muy bajas provocan su falta de actividad y las heladas intensas reducen mucho su población.
Algunas garrapatas pueden estar infectadas con una amplia variedad de organismos patógenos, que son transmitidos durante el proceso de ingestión de sangre, junto con su saliva. Aunque cabe recordar que solo un pequeño porcentaje de picaduras de garrapata producen complicaciones y que no todas las garrapatas transmiten enfermedades ni pican a humanos. En España, las enfermedades transmitidas por garrapatas más frecuentes son algunas rickettsiosis y la borreliosis de Lyme. Además, de forma ocasional se han descrito casos de anaplasmosis, babesiosis, tularemia y fiebre de Crimea-Congo.
Recientemente en la provincia de León se han declarado dos casos de enfermedad por virus de Crimea-Congo, dos hombres con residencia en la comarca del Bierzo. El primer caso de 49 años, cazador, con antecedentes de picadura de garrapata, inició síntomas el 12 de julio y se encuentra en situación estable. El segundo caso, de 51 años, fue diagnosticado retrospectivamente el 20 de julio, tras haber fallecido el 19 de junio por una causa desconocida con sospecha de intoxicación por compuestos de azufre.
No es la primera vez que se detectan casos de FHCC en el Bierzo. El 10 de junio de 2021 se confirmó otro caso de FHCC, una mujer residente en el Bierzo que también había estado en algunos lugares de Ourense, alrededor de la Ribera Sacra, Galicia. Este fue el primer caso en esta zona, considerada hasta ese momento zona de bajo riesgo
Estudios sobre esta enfermedad, cuyo primer caso humano en España se diagnosticó en 2013 en la provincia de Ávila y que se transmite a través de garrapatas en la mayoría de los casos del género Hyalomma, han confirmado la presencia de virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en garrapatas del oeste de la península ibérica, posiblemente introducido por aves migratorias con garrapatas infectadas procedentes de zonas endémicas de África.
Se trata de una enfermedad generalmente no muy grave, manifestándose clínicamente con fiebre, cefaleas y dolores musculares, aunque en algunos casos, la evolución de la infección puede llevar hacia formas graves con manifestaciones hemorrágicas y un fallecimiento en un 2-30% de los casos. Este virus se transmite al ser humano principalmente a través de garrapatas y del ganado, o bien una transmisión entre personas en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de los infectados.
Algunas recomendaciones
Como actualmente no se dispone de una vacuna protectora, para evitar picaduras de garrapatas, cuando se realicen salidas al campo, la Junta recomienda: usar ropa que cubra tobillos y brazos de color claro, de esta forma será más fácil comprobar si hay alguna garrapata sobre ella; calzar botas cerradas con calcetines procurando que cubran la parte inferior de los pantalones; caminar, si es posible, por la zona central de los caminos para evitar el contacto con la vegetación circundante; evitar sentarse en el suelo en las zonas con vegetación; utilizar repelentes autorizados y, en caso de salir con animales de compañía, aplicar a la mascota algún antiparasitario externo autorizado.
Al acabar la jornada, se recomienda realizar autoexamen exhaustivo del cuerpo al llegar al domicilio para localizarse la posible presencia de garrapatas y proceder a la extracción a la mayor brevedad posible, ya que la mayoría de las enfermedades transmitidas por garrapatas requieren que el parásito se adhiera y alimente durante varias horas antes de que la persona se infecte. Los profesionales aconsejan acudir al centro de salud para que la extracción de la garrapata se realice de acuerdo al protocolo y evitar prácticas que podrían favorecer el paso de microorganismos del parásito al paciente. Si en las fechas posteriores a la picadura de una garrapata se presentan síntomas de malestar general, dolores musculares, fiebre, etc es preciso acudir a la consulta del médico y advertirle de tales antecedentes. En general, no es necesario realizar tratamiento profiláctico antibiótico, aunque en zonas hiperendémicas o cuando se haya realizado una manipulación inadecuada de la garrapata puede valorarse su prescripción.
En el portal sanitario de la Junta de Castilla y León está disponible para la ciudadanía y para los profesionales sanitarios información, tanto sobre la prevención de picaduras de garrapatas, como de las enfermedades de las que son potenciales vectores de transmisión y, más concretamente, de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, ya que la mejor forma de prevenir estas enfermedades es siguiendo las recomendaciones citadas.