Ciudadanos tiene una última bala en la recámara, y le ha puesto nombre: refundación. El partido más centrista que ha habido en España desde la desaparición del CDS quiere evitar el mismo final y por ello intenta reinventarse para volver a ilusionar en las urnas. Lo ocurrido en Madrid, Castilla y León y Andalucía ha supuesto un duro mazazo para aquella fulgurante formación que hace apenas tres años tuvo la Moncloa al alcance de la mano. Tres años que hoy parecen un siglo.
La deserción generalizada de las filas naranjas que siguió a la moción de censura en Murcia y la opa hostil del Partido Popular que desangró al partido de Inés Arrimadas con la ayuda inestimable de Francisco Hervías llevó a la UCI a la formación, que entró en coma inducido en los sucesivos procesos electorales anticipados en Madrid, Castilla y León y en Andalucía para gloria del PP.
Ahora, en vísperas de las municipales de 2023, el Partido Popular pega un último embate para hacerse con la última gota de sangre que corre por las venas de Ciudadanos. En Andalucía la espantada ha sido importante, con Marín a la cabeza; y hasta a Begoña Villacís le ha llegado oferta de los populares, aunque ya ha anunciado que irá a las urnas en Madrid como “liberal”.
En Castilla y León Ciudadanos consiguió mantenerse in extremis en el parlamento autonómico: de 12 procuradores solo quedó uno, Francisco Igea, y sin grupo parlamentario forma tándem con el único superviviente de Podemos, Pablo Fernández. La política une a extraños compañeros de viaje.
Francisco Igea siempre ha sido un verso suelto en Cs: peleó en las primarias de Castilla y León contra la candidata elegida por Rivera, y tuvo que batallar en el juzgado para demostrar que en realidad había ganado; se enfrentó a Inés Arrimadas en las primarias de 2020 para disputarle la presidencia nacional y, aunque perdió, desde julio de este año forma parte, por invitación de la presidenta, de ese Comité Ejecutivo de Ciudadanos que está dando forma a la refundación.
Hace un año criticaba duramente cómo se han hecho las cosas en su partido, desde “el error político más grave de la historia desde Alfonso XIII a nuestros días”: “En Ciudadanos solo quedamos los traidores”, decía entonces con ironía. Ahora, con un tono más conciliador, analiza desde dentro el futuro que le espera a su partido. Del 13 al 15 enero el partido celebra asamblea general, pero antes, habrá primarias decisivas.
P: ¿Cómo va la refundación de Ciudadanos?
R: El partido está reviviéndose y exponiendo sus ideas sobre la organización y el programa. Es bueno que el partido hable y que llegue al congreso con una ponencia lo más consensuada posible, tanto en organización como en estrategia, como en mensaje político. El mensaje político no va a cambiar sustancialmente, porque seguimos siendo un partido de esencia liberal, moderado, reformista; cambia los asuntos que queremos que manden en la agenda. En el proceso se han asentado algunas cosas que son buenas para el partido: está claramente marcada la estrategia de no hay alianzas preferentes, sino que vamos a hablar de los temas que sean difíciles y de marcar una línea política diferente. Pero aún le queda mucho al partido para definirse, tiene que pasar la asamblea y será la que decidirá todo a ese respecto.
P: ¿Cree que se están siguiendo los pasos en el orden correcto? Hay un proceso de refundación, pero a continuación habrá unas primarias. ¿No debería ser el nuevo equipo quien llevara a cabo ese proceso de escucha?
R: Ese sería el proceso habitual y es el orden malo. Desde mi punto de vista. Estamos mucho más en el quién que en el qué. Y lo importante es el qué. Y cuando tienes un qué distinto necesitas un quién distinto. Lo que marca quién va a representar esto o cómo compensas el mensaje político programático con personas.
P: Habla de seguir una línea política diferente. ¿Cuán diferente?
R: Nosotros estamos en el espacio del partido liberal europeo, Renew. Es un espacio amplio, centrado, en el que están los liberales, los reformistas de Macron, y ese es nuestro espacio. Ahí tenemos que enmarcar nuestras políticas, que esencialmente son quién defiende el Estado de derecho, los pilares de la democracia liberal, la separación de poderes, los derechos individuales, las libertades, la regeneración, la transparencia… Y en ese espacio político tenemos que seguir en esa misma línea o incrementarla. Somos los tipos que defienden los derechos en Irán, en Guatemala, en Venezuela, en Ucrania… hemos liderado en Europa la respuesta a la crisis ucraniana. Somos esos tipos en la política exterior y en la interna también. Tenemos que apostar por los derechos, defendiendo nuestras políticas tradicionales pero por los derechos individuales en los colectivos, en los inmigrantes… somos la gente que defiende los derechos, se nos tiene que ver así. Porque forma parte de la esencia del partido liberal. Liberal en lo económico, en la fiscalidad, en un Estado controlado, pero que apuesta por la igualdad de salida. Yo siempre digo que no hay igualdad de oportunidades si no hay igualdad en la educación o en la sanidad, si dejamos que el nacimiento y la fatalidad marquen tu destino.
Esas políticas tienen que ser el eje de nuestra acción. Tenemos que dejar de ser vistos como “usted con quién va a votar” y ser vistos como “usted qué va a conseguir”. Nos ha marcado mucho esa política en la que la alianza estaba por encima de la política, y tenemos que ser vistos por lo que conseguimos. Con un presupuesto, en un acuerdo de gobierno, y no definirnos siempre por contraposición. Hubo un momento en que lo hacíamos muy bien y perdimos.
P: ¿Hay espacio para los liberales en Europa a pesar de la polarización?
R: Hay un espacio enorme. Mire las elecciones en Alemania, en Dinamarca, incluso las encuestas en el Reino Unido. Los liberales están subiendo. Hay un espacio, pero es nuestro espacio. Nosotros normalmente no seremos un partido mayoritario. No es que renunciemos a eso de entrada, pero nuestro objetivo en política no tiene que ser -ahí hubo un momento de equivocación- ser un partido mayoritario, sino decisivo. Son dos cosas diferentes. Y cuando es decisivo, tienes que ser decisivo.
P: ¿En España también hay espacio para los liberales?
R: Hay un espacio evidente y se va a ver. Es lo que nos jugamos en las municipales, nos jugamos ser decisivos y que la gente nos vea como tal. Las encuestas que han salido ahora en Madrid son muy importantes. ¿Quién va a decidir? Es que tú con tres escaños puedes decidir, y si decides se tiene que notar.
Feijóo tiene que tomar una decisión: si llega a las municipales manteniendo este gobierno. El PP tiene que decidir si quiere acabar siendo Berlusconi o Merkel
P: ¿Serán estas elecciones la prueba final para Ciudadanos? El partido está en un momento muy, muy delicado…
R: No estamos en un buen momento, negarlo sería una tontería, pero ya hemos pasado algunas pruebas a este respecto. Aquí tuvimos un resultado, he de decir que ese día no lo viví como el mejor resultado del mundo, pero ya hemos demostrado que con uno puedes dar toda la guerra del mundo. Y lo que se necesita es mantener el mensaje, y con tres en un ayuntamiento decides. ¿Estamos en un momento delicado? Bueno, pues estamos peor que estábamos, eso es evidente, pero creo que estamos en la curva ascendente si no nos equivocamos y hacemos las cosas bien. Y después de eso, todo es posible. ¿Qué va a ocurrir? Las municipales son decisivas, luego vienen las nacionales. Y ya se está viendo que no hay una alternativa sensata en la política española en ese momento. La polarización ha llevado a los dos grandes partidos a colgar de partidos populistas, y ninguno de los dos ha tomado la decisión de no hacerlo. El PP tiene que decidir si quiere acabar siendo Berlusconi o Merkel. Esta es tu decisión. En Alemania los populares tomaron una decisión, en Italia otra y así les ha ido, y así nos va. En un espacio de polarización juegas con muchísima más dificultad, pero a poco que resistas la gente acaba viendo que era más sensato. ¿Qué está ocurriendo en la Comunidad? La inmensa mayoría no diré, pero gran parte de los votantes ahora dicen en que en realidad era mejor depender de estos señores que de estos otros. Y eso lo opinan los votantes del PSOE y los del PP, no los de Vox, esos están muy contentos. Pero las encuestas de valoración del gobierno y del presidente de la Junta se han ido al suelo. Porque los resultados son los que son.
Feijóo sufre cada día que Gallardo monta un pollo
P: ¿Cree que lo ocurrido en Castilla y León puede servir de aviso a navegantes de lo que puede ocurrir si Ciudadanos cae a nivel nacional?
R: Feijóo tiene que tomar una decisión: si llega a las municipales manteniendo este gobierno. Y eso va a ser decisivo para el resultado de las municipales. Si Mañueco llega a las municipales colgando de este gobierno populista que hoy por la noche te pone un Twitter a las 23.30 cuando hay un incendio, mañana te anuncia una rebaja fiscal en mitad del debate de los presupuestos sin que esté en la ley, aparte del insulto y la bronca. Toda esta manera tan atrabiliaria, populista e improvisada de hace política está matando al gobierno y a los datos económicos. Y Feijóo sufre cada día que Gallardo monta un pollo. De hecho, hay un frenazo en el crecimiento porque la gente no acaba de ver que esto sea una opción sensata. La gente puede pensar en votar al PP o no, pero colgar de estos es una decisión: si el PP quiere ocupar este espacio tiene que soltar ese lastre; si no, el votante ya sabe que va a tener gobiernos de coalición con Vox y esto dejará de ser una excepción para ser una norma. Y si esto pasa a ser una norma, el PP está muerto políticamente a medio y largo plazo. El PP va a sufrir si mantiene esta situación. Porque acabará ganando, siempre acaba ganando, el auténtico, no la copia.
P: Con Ciudadanos sí le funcionó. Ha reabsorbido gran parte de sus votos...
R: Le funcionó muy bien en Andalucía, que fue mucho más inteligente, y luego está lo que ha sucedido aquí. Ahora mismo los ciudadanos tienen esos dos ejemplos. Si no te deshaces de este vas a tener un problema. Si hubieras hecho algo más que intentar fichar a todos los cargos de Cs y hubieras intentado fichar sus políticas… el problema no está solo en los fichajes, sino en la estrategia de juego. Y esta sigue siendo la misma: el PP sigue siendo un partido muy conservador, muy timorato, y se está viendo estos días. Toma decisiones que no sabes si está a favor o en contra de la independencia de los poderes. Hoy negocio esto, pero mañana… nadie sabe a qué juega, y eso lleva un coste. Feijóo ha empezado la carrera muy pronto, hubiera sido distinto si la carrera hubiera sido más corta.
P: Hablemos del liderazgo de Ciudadanos. Si quiere jugar un papel tiene que tener un líder claro…
R: Primero tiene que saber qué quiere hacer, y luego buscar el líder para hacerlo. Habrá propuesta programática, estrategia. Hay que pensar si nuestro sistema de organización interna es bueno o no, que yo creo que no. Se está elaborando esa propuesta también, y dependiendo de eso, elegir un líder, un equipo. Yo creo mucho más en un equipo. Tener un buen líder es muy importante; tener un buen equipo, decisivo, si quieres trasladar la imagen de que eres un partido de gobierno. Aquí lo tenemos muy claro, el equipo tiene que estar formado por personas solventes, técnica e ideológicamente. Pero España no es un país tan presidencialista como se piensa, de hecho, el cesarismo está matando a la política en España.
P: Sin embargo, al final se vota al líder.
R: Los partidos que eligen un sistema presidencialista se acaban equivocando y expulsando el talento, porque al talento, cuando triunfa el aplaudidor, cuando el presidente coloca a todos los candidatos, solo le quedan dos opciones: o dices amén a todo o no estás. Es lo que ha matado al PSOE. Ahora se cumplen 40 años del PSOE de los 200 escaños. Entre aquel y el PSOE de los 90 escaños hay una diferencia sustancial. Allí convivían Guerra, la Izquierda Socialista, una ejecutiva plural, gente preparada. Y en este los leales. La lealtad se ha convertido en el único valor en política.
P: ¿No es indispensable para la supervivencia?
¿Y por qué no aprendes a convivir? Lo bueno de estar en una ejecutiva en la que se convive es que hay debate, y entonces te equivocas menos. Cuando solo hay aplausos, las bofetadas además te las llevas todas tú. Y eso ha ocurrido en el PP, con Casado, y va a ocurrir si Feijóo no lo remedia. Es lo que está haciendo a los partidos tradicionales mucho más pequeños y está matando a la política aquí y en Europa. La gran reforma pendiente de este país, desde mi punto de vista, es la de la ley de partidos y de la ley electoral. El sistema es pésimo.
P: ¿Se refiere a las listas cerradas?
R: Cerradas y bloqueadas. Finlandia tiene un sistema D’Ont, como aquí, pero con lista plancha. Es una lista cuadrada y tú marcas un candidato, de todos los de tu partido, para que se sepa cuántos votos tiene tu partido y el orden es el de las personas que han sido más votadas. Con eso el candidato está apegado al territorio, se molesta en que los suyos le conozcan, su ciudad y sus votantes; en España mandas 20 candidatos al parlamento y da igual de dónde sean, porque van a hacer lo que les mande el partido. Aquí existía la UPL como algo residual, ahora está Soria ¡Ya!, Por Ávila, y estará Por Zamora dentro de dos días. Estamos fragmentando porque la gente acaba votando a quien representa sus intereses. Reformar eso es esencial. Llevo años escribiendo y diciéndoselo a mi partido. Si matas la representación territorial… nosotros éramos muy jacobinos, un partido que dice lo mismo aquí y allí. Eso está muy bien cuando hablas de derechos, políticas y libertades y proyectos legislativos y normativos. Pero no cuando hablas de presupuestos e infraestructuras. Esa es la diferencia entre la democracia anglosajona, los que representan al distrito, y los que representan solamente al partido. Y hay un término medio para los que creemos que es muy buena la proporcionalidad y el multipartidismo, que modera las políticas y las hace más eficaces: los sistemas nórdicos, que son más o menos de este estilo. Funciona el pluripartidismo, la representación territorial y el diálogo. Y esa es la urgencia de este país. Pero no le digas a ningún líder de ningún partido que pierda el control, porque se aterroriza. No hay nada que aterrorice más al líder de un partido que le salga un tipo disidente en una esquina. Y creo que es buenísimo.
No está en mi cabeza en este momento presentarme a las primarias de Ciudadanos
P: Al PSOE, por ejemplo, sí le ocurre. Tiene uno casi en cada Comunidad Autónoma.
R: Eso es buenísimo, hace que el PSOE sufra menos, pero no es ni la mitad de lo que era. Acordémonos del PSOE del guerrismo, del felipismo, la Izquierda Socialista, y había muchísimo más debate. Tú ahora vas a comité central del PSOE y Page y los que pían mucho, el día que van a la ejecutiva no dicen nada.
P: ¿Se va a presentar a las primarias para liderar Ciudadanos?
R: No está en mi cabeza en este momento. Yo ahora estoy en ver qué es lo que se acaba de proponer, en ayudar y en intentar que el partido tenga una candidatura lo más consensuada y diversa posible. Eso es lo que necesita el partido y no está ahora para una lucha interna a cuchillo. Y en eso estamos.
P: Un candidato de consenso. ¿Es Arrimadas la líder adecuada para esta nueva etapa de Ciudadanos?
R: Esa es la pregunta difícil que no hay que contestar.
Es importante un cambio en la cúpula del partido visible. Pero no perder más efectivos
P: ¿A qué está esperando Arrimadas?
R: Creo que está haciendo lo que debe en este momento. Cuando pasó lo de Andalucía y ya se abrió este proceso, incluso en días anteriores, todo el mundo decía “habrá cabezas”. Y yo lo que pido es cabeza. Necesitamos hacer esta transición lo más ordenada posible. ¿Esto se puede hacer sin Inés? No. Si hubiera dimitido Inés y la ejecutiva entera esto hubiera quedado en manos del consejo general y hubiéramos tenido un proceso sangriento y probablemente menos eficaz y menos organizado que esto. Creo que el cambio tiene que ser visible. Eso es lo más importante. La gente tiene que ver que es real. Y en eso es importante también el liderazgo. Y creo que no se puede hacer ni sin Inés ni contra Inés.
P: En el caso de que sea con Inés, ¿tiene que haber un cambio en el liderazgo también?
R: Es importante un cambio en la cúpula del partido visible. Pero no perder más efectivos. Esta transición si es posible tiene que hacerse sin que, como hacemos siempre, la mitad se largue. No acabo de entender esta dinámica en nuestro partido, que es muy diferente a la de otros partidos. La gente en el PSOE no se va del PSOE, es mucho menos frecuente. Y aquí todo el mundo o se larga, o piden que le echen, o que le expulsen…
P: ¿Puede deberse a que parte de las personas que entraron en Ciudadanos no tenían unas convicciones firmes?
R: Estoy seguro de que había muchas personas que no tenían ninguna convicción, de eso estoy seguro. Me pasma la gente que sale de Cs a Vox. Quiere decir que en algún momento de tu vida has estado equivocado, son dos proyectos esencialmente diferentes. Es verdad que empezó siendo quizá más social demócrata en su origen en Cataluña; ahí te puedes mover en espacio del centro político, pero no de ahí a Vox.
Aquí todo el mundo o se larga, o piden que le echen, o que le expulsen… Me pasma la gente que sale de Cs a Vox
P: Cuando hay esas fugas en la cúpula del partido, los de abajo toman nota también. Han sido muy representativas algunas, como la de Marín, que contribuyen a socavar la imagen de Cs.
Yo no he criticado personalmente a casi nadie de los que se han ido. Y con Juan menos, está en un cargo institucional, que es presidente del Consejo Económico y Social, tampoco es que se haya integrado allí en un gobierno del PP.
P: Me refiero a que poco ayuda a fortalecer la imagen de Cs, y esas bajas trasmiten la imagen del sálvese quien pueda, nada heroico.
R: El heroísmo está muy bien en política, pero la inteligencia es más necesaria.
P: Por ejemplo, ¿se iría usted al PP si te ofrecieran integrarse en sus listas?
No. No en este momento, no, porque lo que he vivido aquí para mí es delirante. No en ningún momento si el Partido Popular no pasa a ser un partido liberal. Ahora, ¿esto va a suceder? Pues parece poco probable. Los partidos son instrumentos para cambiar la política, la vida de la gente, no son fines en sí mismos. Yo no soy hincha, nunca he sido hincha, quizás eso me ha penalizado mucho. A mí es el que el heroísmo, la lealtad, estas cosas tan marciales que ocurren en la política española siempre me han sorprendido mucho. Yo soy leal a mí mismo, a mis principios, a mi manera de entender la vida. A mí el político que más me gusta es Churchill, soy muy churchillano, me parece un personaje político como ninguno. Y es el único tipo que cruzó dos veces el pasillo. Fue conservador, liberal y conservador. Y a mí Churchill no me parece ni mucho menos una persona desleal ni con sus ideas ni con su país, mucho menos.
No me iría al PP en este momento, no, porque lo que he vivido aquí para mí es delirante
P: ¿Qué futuro le depara a Ciudadanos?
R: Creo que tiene mucho futuro, y que vamos a pasar unas elecciones municipales y autonómicas que son importantes pero no definitivas. Porque mientras estemos en el proyecto europeo tenemos mucho que decir. Y lo que me preocupa no es el futuro de Ciudadanos, sino el proyecto europeo y de las democracias liberales tal y como las hemos entendido hasta ahora. Yo creo que el problema político urgente al que se enfrenta este país, y Ciudadanos, y todos nosotros es la amenaza al proyecto europeo, y es una amenaza real. Hemos visto el éxito de Meloni, lo que pasa en Hungría, lo que ha pasado aquí. El triunfo del autoritarismo en los últimos años es súper preocupante. Hay una internacional autoritaria que además es indiferente que sea de izquierdas o de derechas, se llevan bien y funcionan de la misma manera. Es un peligro real, y aquí lo estamos viendo. Aquí a la gente se le están diciendo cosas muy peligrosas contra los burócratas de Bruselas, los globalistas… cuando precisamente son quienes nos exigen el cumplimiento de la separación de poderes y si no cumples sales del club. Es un club con unas normas, que son las nuestras y son las normas de la libertad. Y por eso es importante que haya partidos liberales, nosotros defendemos esta esencia: la separación de poderes, la transparencia, la regeneración, la independencia de los controladores… Cuesta tanto explicarle esto a la gente, es tan poco sexi... es mucho más ver a Abascal con el pelo en pecho en la frontera. Pero para mí no hay nada más sexi que la libertad, y poder decirle a la gente “vives un país en el que llegarás tan lejos como te permita tu capacidad, me da igual cómo seas, qué pienses, qué quieras ser, a quién quieras"… esto es lo más sexi del mundo. Pero vivimos en un país en el que la gente prefiere ver a la cabra de la legión.
Lo más sexi del mundo es la libertad, pero vivimos en un país en el que la gente prefiere ver a la cabra de la legión
P: ¿Le agrada el cambio de denominación a Liberales y de los colores corporativos, más en la línea europea?
R: Yo creo que identificarse con el proyecto europeo es esencial para el partido. Si eso me incluye el cambio de color o no, no me apasiona y no es muy fuerte. El nombre es un buen nombre, pero no me importa. Si ponemos Liberales y no cambiamos nada, esto no va a funcionar. No puede ser que la gente piense que le hemos dado una mano de pintura.