La RAE asegura que el término nini, procedente de la expresión “ni estudia ni trabaja”. Apunta que se escribe en una sola palabra, que se hace sin espacio ni guion, y que no es necesario resaltarlo con comillas ni cursiva. Era un término que hace unos años estaba de moda. Sin embargo, la situación ha cambiado y ahora el concepto que más suena es el de sisi, el joven que estudia y, mientras tanto, también trabaja. Las dos cosas.
El Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, en sus registros del primer semestre del 2022, da datos. En nuestro país, en ese periodo de tiempo, nueve de cada diez personas inactivas, entre los 16 y los 34 años, se encontraba estudiando, razón por la que ni trabajaban ni buscaban activamente un empleo, mientras que tan solo el 1,6% de la juventud inactiva era nini, frente al 2,4% del semestre anterior. El resto de población inactiva, hasta completar el 100% de ésta, eran personas jóvenes con discapacidad o que se encontraban, en el último semestre, al cuidado de algún familiar.
En el lado contrario están los sisis, aquellas personas jóvenes que compaginaban estudios con un trabajo, cuyo número aumentó un 13,35% en el último año, suponiendo el 32,3% de la juventud ocupada, como apunta el observatorio.
Virginia González Ruiz es una de esas jóvenes. Nacida en Oviedo (Asturias) decide marcharse a la capital burgalesa para estudiar y trabajar. A sus 29 años, la asturiana, amante de las artes marciales, es deportista de alto rendimiento y tiene el cinturón negro 4 DAN de Tai-Jitsu, y de las manualidades, tuvo un blog en su día, nos cuenta su experiencia.
Una pandemia que cambió su vida
“Tuve un golpe de suerte y cuando el mundo se paró por la pandemia una tienda de Burgos llamada Avalon, especializada en juegos de mesa, cómics, manga y figuras de colección me dio la oportunidad y me contrató a media jornada. No ganaba demasiado, pero cubría mis gastos y al no ser una jornada completa me permitía seguir formándome”, confiesa Virginia en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Esta asturiana se trasladó a la capital burgalesa en el año 2019, junto a su pareja. Hasta entonces, en tierras asturianas, ya había dado clases en Oviedo, como profesora particular, y también, como entrenadora de artes marciales, en concreto de Tai-Jitsu en el CD Llaneza, afincado en Mieres.
Ya en Burgos, a través de un centro educativo presencial en Burgos y de una plataforma de formación online, completa con éxito, mientras trabajaba, dos Formaciones Profesionales en Administración y Finanzas y Asistencia a la Dirección antes de dar el salto y comenzar en la Universidad de Burgos para estudiar ese Grado en Contabilidad y Finanzas.
“En la facultad, ahora mismo, tengo un remix de asignaturas porque me han convalidado de varios años. Me está ayudando mucho a crecer personalmente y a aprender. Cambia mucho estudiar a los 19 o hacerlo a los 29. Ya sabes como organizarte y lo compagino con mi trabajo en La Caixa”, explica en declaraciones a EL ESPAÑOL.
Orgullosa de ser sisi
Virginia está “muy orgullosa” de ser sisi. Asegura que es “una gran satisfacción pelear cada día para progresar” y también “para mejorar todo lo que hacemos”. Explica que su pareja se compró un piso en julio y vive con él, pero matiza que comparten gastos y que antes vivían de alquiler.
“El trabajo es la gran incertidumbre de la juventud. Es de vergüenza que no te acaben de dar la oportunidad de demostrar lo que vales y que no hagas más que rotar de un lado a otro, aunque des lo mejor de ti cada día. En mi caso, poco a poco he mejorado, pero siempre está presente en mi cabeza la fecha de finalización de contrato o las condiciones de trabajo, con los horarios o el salario”, asegura nuestra protagonista.
Para ella la solución pasa por “apostar por las nuevas generaciones” y dar esa oportunidad a un joven, hombre o mujer, que demuestre su valía porque si no existe esa puerta raramente va a haber alguien que la cruce y pruebe. Hay que abrirla.
Cambiar el contrato temporal por el indefinido
“Mi objetivo y deseo es conseguir estabilidad laboral y que en el contrato consiga que se cambie la palabra temporal por indefinido”, ese es el sueño del Virginia que alterna la Universidad con el trabajo en la conocida entidad bancaria. También el objetivo y deseo y por los que lucha cada día.
Su vida en Burgos es tranquila y metódica. Intenta cumplir sus metas y si tiene que hacer algunos sacrificios, los hace. Todo sin arrepentirse posteriormente. Echa de menos a su familia, a su madre y abuelos, fundamentalmente. No tiene coche, pero, cuando puede, coge el autobús o el tren para marcharse a hacerles una visita a Asturias.
Virginia, un ejemplo de que los jóvenes merecen una oportunidad. Una luchadora que presume de ser sisi y que compagina a la perfección su trabajo en La Caixa con el Grado en Finanzas y Contabilidad, todo ello en Burgos.