Ernesto es un apasionado del fútbol a sus 47 años. Nació en Madrid, pero a las 4 primaveras cambió su residencia a Burgos. Desde pequeño su padre le transmitió el amor por el balompié. Iban juntos al Estadio El Plantío. Es integrante de la Peña Burgaleses Ausentes en la actualidad, un grupo de aficionados al Burgos Club de Fútbol que residen fuera de la ciudad.
Hizo su carrera en las tierras del Cid, pero tuvo que emigrar hasta la Comunidad Valenciana, por temas laborales. Sin embargo, eso no le hizo dejar en la cuneta equipo de sus amores al que ha continuado siguiendo con distintos desplazamientos a varios puntos de España y al que ha seguido animando en el santuario burgalés.
Precisamente allí, en El Plantío, nuestro entrevistado vivió uno de los episodios de su vida que jamás ya nunca olvidará. Fue el 5 de septiembre del año 2021. En un derbi en Segunda División entre el Burgos Club de Fútbol y el Real Valladolid. En el mismo, antes del comienzo del choque, según su versión, cayó al terreno de juego cuando intentaba colocar una gran pancarta que la afición burgalesa desplegó antes del pitido inicial.
Además de producirse múltiples lesiones, de las que tuvo que ser intervenido, recibió un expediente para sanción que “no entiende” y que explica que incurrió en una infracción de la Ley 19/2007 de 11 de julio, contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte. Le piden 600 euros de multa. En un principio eran 500 y la prohibición de acceder a los recintos deportivos por dos meses.
Ernesto pide que le retiren dicha sanción al no saltar al campo de forma voluntaria sino caerse tras un accidente. “No te pueden multar en un campo de fútbol por tener un accidente”, asegura indignado.
Una caída y el comienzo de la pesadilla
“Era uno de los primeros partidos de la Liga en El Plantío. Me desplacé desde la Comunidad Valenciana hasta Burgos para ver el choque entre el Burgos Club de Fútbol y el Real Valladolid. Me dicen que antes del partido se va a sacar una pancarta grande en la que se podrá leer: “Dicen que el Burgos está de vuelta y volverá”. Autorizada por el club. La desplegamos en la parte de arriba de la grada y fuimos bajándola”, explica nuestro entrevistado.
El comienzo de todo el conflicto estaba a punto de producirse. Esas 40-50 personas comenzaron a bajar la pancarta. “Estaba nervioso y emocionado. Me temblaban las piernas. Me subí a la barandilla para colocar la pancarta y me caí. Fue un accidente normal. En vez de caer en la grada, lo hice en el campo”, asegura.
El aficionado del conjunto burgalés añade que tras caer al campo “va por detrás de la portería, sin hacer ruido, y pegado a la valla porque sabía que no podía estar en ese lugar”. Ahí, dos miembros de Cruz Roja le atienden, en un primer momento de su rotura de cúbito y radio, que precisó de intervención quirúrgica y de una brecha en la pierna que acabó en ocho puntos de sutura.
“Dos agentes de la Policía Nacional me dicen que me siente y viene la ambulancia. Me llevan hasta el Hospital Universitario de Burgos donde permanezco una semana ingresado. Pierdo fuerza en el brazo, tuve que hacer mucha rehabilitación y me quedé sin ver ganar a mi equipo”, confiesa nuestro entrevistado resignado.
Propuesta para sanción
“Pasado un mes, en octubre del año 2021, recibo en casa una propuesta para sanción de la Subdelegación del Gobierno de Burgos en la que se dice que la misma viene porque tengo intención de saltar al campo y que estoy lejos de mi asiento correspondiente. Me piden 500 euros y se me quiere imponer una sanción de dos meses sin entrar a los terrenos de juego”, apunta Ernesto.
El aficionado del Burgos Club de Burgos se muestra indignado. “Solo quería ver el partido y estaba bajando una pancarta”, apunta. “Objetivamente, quizás sí que, a lo mejor, he pisado la parte de al lado de la valla del terreno de juego pero ha sido un hecho fortuito. No hecho nada malo en los 45 años que llevo yendo a campos de fútbol”, apunta.
En la propuesta de sanción enviada por la instructora del caso el 21 de diciembre al domicilio de Ernesto se habla de una presunta infracción de la Ley 19/2007 de 11 de julio contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte.
“Los hechos son constitutivos de una infracción administrativa calificada como LEVE”, apunta el escrito que les adjuntamos a continuación. Y propone que se sancione a Ernesto con “una multa de 500 euros” y “la prohibición de acceso a los recintos deportivos por dos meses”.
Respuesta de Ernesto a la instructora
Ante la propuesta, el protagonista de los hechos remitió, unos días más tarde, un escrito a la instructora en la que adjuntaba un vídeo de 27 segundos. En el mismo, se puede apreciar como la pancarta “se alza en la parte superior de la grada” para “bajar a la parte inferior” con “más de 50 personas que participan”.
Añade que “no hay intención de saltar al campo” sino “solo de alzar y levantar una pancarta de alrededor de 50 metros de longitud”. “La bandera se despliega en la parte superior y en la parte inferior donde se produce la caída, obviando esto los agentes”. Finaliza añadiendo que “alrededor de 40 o 50 personas desplegamos dicha pancarta antes del partido por lo que nos tenemos que mover para su manejo”.
Indignado ya, en su escrito, Ernesto apunta que “no irrumpo sin autorización en el terreno de juego” sino que “con la caída voy al puesto de Cruz Roja para ser trasladado en ambulancia”, ya que “no puedo mover el brazo y dicha rotura produce tanto dolor que acudo a ellos inmediatamente, mandándome los agentes que me sentara en el suelo, antes de que un miembro de Cruz Roja me acerque un banco para sentarme”.
Añade, nuestro entrevistado, que en un comunicado del Burgos Club de Fútbol del 10 de noviembre de 2021, en el punto I Párrafo IV “destaca como incidencia en dicho partido la caída de un espectador al campo, no la irrupción de un espectador en el terreno”. “Cosa bien distinta es una caída como apunta el escrito del club a una irrupción”, añade.
Ratificación
“Además de la sanción económica, también plantean que no pueda entrar a un campo de fútbol. Me tratan como a un delincuente y me sabe mal. El único delito que he cometido es subirme a una valla para colocar una pancarta y caerme al terreno de juego”, añade Ernesto, resignado y abatido.
Unos meses después de que contestara a la instructora del caso recibió otro escrito en el que se dejaba claro que “los agentes actuantes se ratifican en el acta inicial dentro del procedimiento”. Otro duro golpe para nuestro entrevistado.
“Ahora me ha aumentado la multa en 100 euros. Tengo que pagar un total de 600. A pesar de todo seguiré animando al Burgos Club de Fútbol pase lo que pase”, explica en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
La contestación de la Subdelegación del Gobierno de Burgos
El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León se ha puesto en contacto con la Subdelegación de Burgos para que nos de su versión de lo ocurrido. Aseguran que se trata de una propuesta de sanción emitida por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, tramitada por la propia Subdelegación.
“Valorando la infracción cometida, que puede ser sancionada con hasta 3.000 euros y prohibición de acceso a cualquier recinto deportivo de hasta seis meses, de acuerdo al Artículo 24 de la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la Violencia, el Racismo y la Xenofobia y la Intolerancia en el deporte, con criterio de proporcionalidad, se impuso una sanción económica de 500 euros y la prohibición de dos meses de acceso a cualquier recinto deportivo”, explican las fuentes consultadas.
Añaden, además, que el procedimiento “se realizó con todas las garantías para la persona, a la que se le ofreció la posibilidad de realizar alegaciones” que “fueron desestimadas en base a la presunción de veracidad que tienen las denuncias y actas de infracción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ya que los agentes se ratificaron en los hechos”.
Y finalizan indicando que, adicionalmente, pudo haberse presentado recurso de alzada contra la resolución sancionadora o recurso jurisdiccional contencioso-administrativo para “impugnar la actuación administrativa sancionadora por parte del ciudadano” que, como apuntan estas fuentes, “no se realizó”.