España, como uno de los países más antiguos de Europa, cuenta con un patrimonio histórico-artístico de primer orden, que ha sido testigo del legado de los pueblos e imperios que tuvieron presencia en la Península Ibérica en los últimos dos milenios. Dentro de España, Castilla y León cuenta con una especial relevancia y en sus tierras el visitante tiene la posibilidad de contemplar vestigios desde los pueblos prerromanos, la presencia romana o el Condado de Castilla, el germen de España, hasta la actualidad.
Pero la importancia del patrimonio histórico-artístico de Castilla y León va mucho más allá de sus fronteras, ya que la Comunidad es la región del mundo que tiene un mayor número de Bienes Culturales Patrimonio de la Humanidad, con ocho en total, por delante de las regiones italianas de Lombardía y Toscana, con seis cada una. Pero los vestigios históricos de la región, al igual que los del resto del país, sufren un sangrante problema: el riesgo de desaparición provocado por el paso del tiempo y el deterioro asociado a este.
Otra grave problemática para estos monumentos en el transcurrir de los años ha sido la construcción de nuevos edificios o la retirada de elementos, muchas veces con la excusa del progreso, que han hecho irrecuperable su carácter original. Es precisamente por estos dos motivos por los que Hispania Nostra ha incluido cuatro monumentos de Castilla y León en la conocida como 'Lista Negra', es decir, bienes que han sido retirados de su 'Lista Roja' –la que engloba aquellos que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores– al haber desaparecido o haberse alterado sus valores esenciales de manera irreversible.
El exterior de las Murallas de Ávila
Las Murallas de Ávila, ciudad Patrimonio de la Humanidad, son el recinto medieval mejor conservado de España y se trata del único recinto militar cristiano conservado en Europa tal y como se construyó. Este monumento ofrece una espléndida y espectacular visión desde los exteriores de la capital abulense, una visibilidad que se ha tratado de mantener a lo largo de la historia. Ha sido precisamente la perturbación de esa visibilidad la que ha provocado su inclusión en la 'Lista Negra'.
En el año 2009 se finalizó la construcción de un enorme Centro Municipal de Exposiciones y Congresos entre el lienzo norte de la edificación y el río Adaja, un espcaio en el que la zona de protección estaba especialmente limpia de perturbaciones visuales. El Centro cuenta con fachadas de granito gris, mientras que la muralla está edificada en piedra amarillenta, con el contraste que conlleva. Cuenta con una superficie de 19.800 m2 y con otros 23.000 m2 de urbanización exterior además de la plaza de acceso, sumando también 21.000 m2 destinados a aparcamientos exteriores.
Desde Hispania Nostra, aseguran que se trata de "un brutal desatino" que ha pertubado y desvirtuado para siempre "la bellísima visión de las murallas". Además, añaden que se trata de "una gran vergüenza" para la imagen de la conservación del patrimonio español.
La asociación señala que, aunque la muralla está bien conservada, su entorno exterior ha sido "destrozado" por medio de múltiples construcciones que son "inmediatas al monumento". Y justifican su inclusión en la 'Lista Negra' por el "atroz impacto visual" que provocan tanto el Centro Municipal de Exposiciones y Congresos como las "múltiples urbanizaciones y construcciones" que se han edificado demasiado próximas a las murallas.
La central térmica de Velilla del Río Carrión
La demolición de sus torres ha sido el motivo principal de la inclusión de la central térmica de Velilla del Río Carrión en esa 'Lista Negra' de patrimonio "irrecuperable". Situada junto al río Carrión, el proyecto inicial de la central térmica dio el pistoletazo de salida en la década de los años 50 con el propósito de aprovechar la producción de carbón de la cuenca de la provincia por parte de la empresa Iberduero. Junto a las instalaciones de la central, fue construido un poblado para dotar de vivienda a los ingenieros y técnicos nortemericanos y se construyó una presa en el río.
En 1964 se dio luz verde al Grupo I, de 148 MW de potencia y en la década de los años 80, Iberduero promovió una ampliación y en 1984 se impulsó el Grupo II, con una potencia total de 350 MW, construyéndose a su vez una torre de refrigeración. En 2008, además, se instaló una planta de desulfuración de cara a reducir las emisiones de óxido de azufre y también las partículas.
En 2017, la actual Iberdrola pidió al Ministerio de Industria y Energía cerrar la central, al igual que la del municipio de Lada, en Asturias, y a proceder al desmantelamiento de las instalaciones de la misma en los años siguientes. Por este motivo, en octubre de 2021 fue demolida la gran torre de refrigeración que era representativa de esta central térmica.
El estado de conservación de los elementos de la central es excelente, exceptuando la demolición de la torre de refrigeración y de una de las chimeneas, en 2021 y 2022. La demolición de la gran torre de refrigeración en octubre de 2021 llevó a su entrada en la 'Lista Roja' y la de una de las chimeneas, en marzo de 2022, condujo a este edificio irremediablemente a la 'Lista Negra' al considerar Hispania Nostra que se habían alterado sus valores esenciales de forma "irreversible", lo cual convertía en "irrecuperable" este conjunto industrial.
La casa de Juan de Zúñiga Avellaneda
En el caso de la casa mayorazgo de Zúñiga Avellaneda, en el municipio vallisoletano de Cogeces de Íscar, el motivo de su inclusión en la 'Lista Negra' ha sido su deterioro, ruina y, finalmente, su completa demolición. Esta casa-mayorazgo era la única que se conservaba de esta familia en la provincia Valladolid. La importancia del linaje y de sus varios servicios a Castilla y a Aragón, dotaban a la casa de un valor que iba más allá de su mera arquitectura, lo cual no pudo evitar su demolición en el año 2021.
La casa perteneció a Juan de Zúñiga Avellaneda y Velasco, hermano menor de Francisco de Zúñiga, que fue III Conde de Miranda. Juan se casó con Estefanía de Requesens, que era la hija del conde de Palamós, y tuvieron un hijo: el conocido Luis de Requesens que llegaría a ser embajador en Roma, capitán general de Milán, gobernador de los Países Bajos, también capitán de los Tercios en Flandes y de los Consejos de Estado y de Guerra de Felipe II, además de tutor de don Juan de Austria. Llegó a participar de forma decisiva en la batalla de Lepanto.
Juan de Zúñiga tenía el cargo de comendador perpetuo de la Membrilla en la Orden Militar de Santiago y era Comendador Mayor de Castilla en la misma Orden, además de regidor perpetuo de Valladolid, capitán de la Guardia Real y de Alabarderos, llegando a ser incluso Mayordomo Mayor del emperador Carlos V. En 1535, debido a su honradez y a su lealtad llegó a ser nombrado preceptor y consejero privado del príncipe Felipe II y miembro del Consejo de Estado. Además, formó parte de la regencia de Castilla mientras duró la ausencia del emperador Carlos I en Flandes.
Su estado ruinoso condujo a esta casa a la 'Lista Roja' en 2014 y se advertía de que se había desplomado la fachada de Poniente y que el tejado se estaba hundiendo, acercándose a la total ruina. Finalmente, en 2021 la casa fue totalmente demolida. El Ayuntamiento de la localidad guardó los escudos, que forman parte del catálogo de los escudos nobiliarios de la provincia vallisoletana.
El Monasterio-hospital de Santa María de las Tiendas
El derribo del Monasterio-hospital de Santa María de las Tiendas, en la localidad palentina de Lédigos de la Cueza, ha sido el motivo principal de su inclusión en la 'Lista Negra' de Hispania Nostra. Desde la asociación aseguran que fue derribado por sus propietarios "con total impunidad" a pesar de varios intentos fallidos de salvaguardar sus restos a través de mociones en las Cortes de Castilla y León.
Los orígenes de este Monasterio-hospital se remontan hasta la época medieval, concretamente al siglo XII, cuando la Orden de Santiago puso la primera piedra en esta zona de un hospital para peregrinos que sería el germen del monasterio. El hospital llegó a ser uno de los más famosos de la Ruta Jacobea y estuvo en activo hasta entrado el siglo XIX, momento en que inició su deterioro y ruina. Con la desamortización, el hospital pasó a manos de la familia Rizo de Carrión de los Condes, que lo convirtió en una granja.
Desde Hispania Nostra aseguran que, a pesar de las diversas mociones para salvar el monasterio presentadas en la Cámara autonómica, "el partido en el Gobierno se negó a secundarlas". Tras su derribo, fueron recuperdos ladrillos, adobes, tejas, piedras y maderas de cara a ser utilizados a modo de materiales de construcción. Los materiales del derribo irían finalmente a parar a un hotel de nueva construcción en la localidad vallisoletana de Tordesillas.