La llegada de Vox al Gobierno de Castilla y León, en virtud del acuerdo con el PP rubricado en marzo de 2022, supuso la introducción de varios de sus caballos de batalla políticos en la agenda diaria de la Comunidad. Uno de los ejes fundamentales de su ideario, la apuesta por la eliminación de las comunidades autónomas y la configuración de un Estado unitario, se vio reflejado en la batalla que la formación emprendió desde poco después de su llegada al Ejecutivo contra una de las fechas más señaladas en Castilla y León: la celebración en Villalar de los Comuneros del Día de la Comunidad.
La formación dirigida en la región por Juan García-Gallardo ha mostrado siempre su total distanciamiento con los eventos que se organizan en el municipio vallisoletano cada 23 de abril para conmemorar la histórica Batalla de Villalar de 1521, durante la rebelión comunera, y mostrar orgullo de pertenencia a la Comunidad. Vox considera que se trata de una fiesta "secuestrada por la izquierda" y –al contrario que su socio de Gobierno, el PP, que todos los años envía representantes a la campa– nunca ha participado. De hecho, las ediciones de 2022 y 2023 son las únicas en la historia que no han contado con la presencia del presidente de las Cortes ante la negativa de Carlos Pollán, de Vox, a acudir a las mismas.
La ausencia de Pollán en 2022 y el rechazo de Gallardo a la fiesta
La edición de 2022 se celebró pocos días después de que los consejeros de Vox y el vicepresidente de la Junta tomasen posesion y desde un principio dejaron clara su postura de rechazo a la fiesta. El recién nombrado presidente de la Cámara, Carlos Pollán, confirmaba que no acudiría a Villalar asegurando que su participación no era "de vital importancia". Además, se pronunció en relación a la Fundación de Castilla y León, que organiza los actos de la fiesta, y mostraba su voluntad de reducir el "gasto superfluo" para lograr que "todo fuera más austero".
Mientras tanto, García-Gallardo justificaba la ausencia de la formación en la fiesta de la Comunidad por el hecho de estar "secuestrada por la izquierda". "Creo que no es la fiesta de Castilla y León", aseveraba, recordando que en el acuerdo de Gobierno con el PP se recogía la historia como un elemento "de integración", algo que, a su juicio, no sucedía en Villalar por el "secuestro" de la izquierda. Además, aseguraba que estaba clara "la adscripción ideológica" de las personas que acudían a la campa y de aquellos que venían "de fuera para ideologizarla más". "No es una fiesta de todos", insistía.
Pocos días después, Pollán mostraba su voluntad de que la fiesta de Castilla y León se extiendese a todas las provincias de la Comunidad para que todas se sintieran "implicadas". Además, abogaba de nuevo por "racionalizar" el gasto de la fiesta y aseguraba que el sentimiento de Comunidad y de fiesta "no existe", considerando que su extensión a las otras ocho provincias podía "ayudar a generarlo".
La eliminación del festivo del 24 de abril en el calendario laboral
En septiembre de 2022 se produjo un hecho que golpeó especialmente a la fiesta de Villalar y que indignó a los partidarios de la celebración. Después de meses de elucubraciones con respecto al calendario laboral para 2023, la Consejería de Industria, Comercio y Empleo, dirigida por Mariano Veganzones, de Vox, tomó la decisión de declarar festivos los días 2 de enero y 25 de julio, para celebrar el Día de Santiago Apostol, patrón de España, y eliminar el festivo del 24 de abril, al que se iba a trasladar el Día de la Comunidad al caer en domingo.
Veganzones respondió a las críticas indignadas de los sindicatos y de las formaciones de la oposición, asegurando que no se trataba de un "calendario ideológico" y recordando que otras regiones, como Galicia, Navarra o el País Vasco, también contaban con el día 25 de julio como festivo.
La ruptura del convenio con la Fundación Villalar
El 30 de enero de 2023 se desató de nuevo la tormenta tras conocerse que la Fundación de Castilla y León no renovaría el acuerdo de colaboración entre la institución, que depende de las Cortes de Castilla y León, y el Ayuntamiento de Villalar. Ante esta situación, el alcalde del municipio, Luis Alonso Laguna, aseguraba a este medio que "siempre" iba a celebrarse la fiesta y que se había celebrado siempre en el pueblo "fuese convocada o no". "Es un acontecimiento popular", aseguraba.
Además, denunciaba la reducción del presupuesto para la celebración de la fiesta este 2023, asegurando que iba a pasar de 170.000 a "poco más de 100.000". El 1 de febrero, finalmente, el Patronato de la Fundación aprobó un presupuesto de 120.000 euros, 50.000 menos que el año anterior, destinados a la fiesta, del total de 750.000 de las cuentas de la Fundación.
El director de la Fundación, Juan Zapatero, aseguraba que la celebración no estaba "en peligro" mientras el alcalde insistía en que se quería dejar morir la fiesta "por inanición". El PSOE, por su parte, acusaba al Gobierno de la Junta de querer "dinamitar" la fiesta mientras Vox valoraba favorablemente la "reducción del gasto superfluo" tras la aprobación del nuevo presupuesto.
Una nueva ausencia de Vox en el "aquelarre de la izquierda"
Este mismo jueves Vox confirmaba de nuevo su ausencia en la celebración de este año. "No vamos a participar en los aquelarres de la izquierda y en concentraciones partidistas y electoralistas de la izquierda", señalaba el procurador de la formación David Hierro en la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces. Tampoco se espera la presencia de Carlos Pollán que, por segundo año consecutivo, no se dejará ver en la celebración.
A juicio de Hierro, la fiesta de Villalar se encuentra "secuestrada" por la izquierda y la calificaba de "acto electoral del PSOE, de los comunistas y de los sindicatos de clase". "La izquierda ha capitalizado la fiesta de Villalar y no vamos a participar en el turismo electoral del PSOE trayendo a ministros para que vengan a insultarnos", afirmaba, en relación a la anunciada presencia de la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en la campa de Villalar.
El portavoz del PP, Raúl de la Hoz, en cambio, confirmaba que los representantes populares acudirían, como los años anteriores, a la campa de Villalar, aunque defendía el derecho a que otras personas lo celebrasen "donde consideren". Una muestra de división entre los socios de Gobierno en Castilla y León en uno de los caballos de batalla más importantes de Vox: la lucha contra el Estado de las autonomías, paradójicamente, desde un Ejecutivo autonómico.