El mundo entero se encuentra viviendo una transformación hacia la transición energética que apuesta por las renovables, todo enclavado en un momento en el que el cambio climático apremia a los más rápidos en ese proceso. En ese cambio se intenta situar ahora, poco a poco, el sector del biometano y el biogás, aún poco desarrollados en España, pero que tienen en Castilla y León una comunidad con un gran potencial. El director de Desarrollo de Biometano en Nortegas, Ignacio Rey, y el secretario general de la Asociación Española de Biogás (Aebig), Fernando Suárez, que ha pedido ir "a golpe de ayudas" como se ha hecho en Francia, han charlado en una de las mesas del foro 'El liderazgo de Castilla y León en la transición energética', organizado por este periódico, sobre estas cuestiones.

En este sentido, se han hablado de varias situaciones en las que se encuentra Castilla y León y también España, donde la generación del biometano ya va "tarde" ante la falta de plantas de biogás, necesarias para la generación del primero de los mencionados. La primera de las cuestiones a abordar ha sido la potencialidad de la Comunidad para convertirse en todo un referente en el país en la generación del biometano y biogás, hecho a base de residuo animal y agrícola.

Y es que Castilla y León produce 10.000 toneladas de estiércol al año, que pueden ser aprovechados posteriormente para la generación del biometano, dando así una "solución" igualmente al problema de los desechos cuando se instala una macrogranja, por ejemplo. No obstante, aunque los datos son halagüeños, Fernando Suárez ha querido mostrar cierta precaución, ya que "la guerra de las cifras es tremenda". "Nosotros somos un poco más prudentes, nos fijamos unos objetivos a 2030 de unos 30 o 40 TW anuales a nivel nacional", ha recalcado el secretario general de Aebig.

De la misma manera, ha explicado que la generación del biometano y el biogás plantea diferentes contextos distintos a la energía eólica o la fotovoltaica, donde su materia prima "viene del cielo". "En este caso hablamos de una materia prima que hay que transportar y gestionar. Luego hablamos de otra vertiente que es la de que las plantas tienen que tratar un residuo", ha añadido.

Desde que el cambio climático ha ido cambiando la "sensibilidad" de las Administraciones públicas, las energías renovables y el biometano han ido cogiendo un protagonismo mayor, que también ha desvelado el potencial de empleo que suponen para los territorios despoblados como ocurre en gran parte de Castilla y León. Fernando Suárez ha subrayado que dicho potencial es "muy importante", pero ha aclarado que las plantas de biogás necesitan "ayudas", ya que no es "tan sencillo" porque hay que gestionar la materia prima, transportarla, tratarla, etc. "Hay que apoyar al sector primario para que estas plantas se beneficien", ha aclarado seguidamente.

Un ejemplo de esa apuesta por Castilla y León es Nortegas, que ha instalado una planta en el municipio soriano de Ólvega. El director de Desarrollo de Biometano en la compañía, la segunda distribuidora de gas en España, ha señalado que se ha vuelto a una situación en el que el gas fósil va a tener "un límite" y, por tanto, hay que "estrujarse las neuronas para fabricar ese gas". 

Y es ahí donde ha surgido la apuesta de Nortegas por el biometano. "Aquí hay un círculo virtuoso. No solo estamos aprovechando la circunstancia, sino que además estamos evitando un problema. En el campo son prejuiciosas porque hay emanaciones de metano y multiplican las emisiones de CO2. Generamos beneficio, generamos un gas renovable que podemos almacenarlo en el sistema y tenemos un residuo que vamos a poder utilizar en el campo con más o menos inversiones para fertilizante", ha afirmado Ignacio Rey.

Nortegas trata unas 30.000 toneladas de purines de porcino en su planta de Soria para la generación del biometano, que seguidamente es inyectado directamente a la red. "Con las 30.000 toneladas y otras 40.000 de otros residuos lo que podemos es sustituir el gas que consumen 8.000 viviendas en un año. El proyecto de por si es muy ventajoso localmente y para todo el entorno e incluso Castilla y León", ha recalcado el directivo de la compañía gasista.

No obstante, como todo sector en fase de crecimiento, las limitaciones suelen ser mayores. Y una de ellas es la problemática que se encuentran las empresas a la hora de poder instalarse en comunidades como Castilla y León, ya que, aunque es un potencial en la generación de la materia prima, su amplitud territorial hace que la red gasista esté igualmente dispersa y dificulta la inyección del biometano directamente a la red. "Ese es una de las asignaturas pendientes, que se amplíe porque además tiene una doble vertiente: que puedes inyectar y puedes gasificar las zonas", explica Fernando Suárez.

Para el secretario general de Aebig España siempre ha estado "muy de espaldas" al sector del biogás (necesario para la creación del biometano) y le daba "pena" ver como Dinamarca, Italia, Alemania o Francia avanzaban en ello, mientras en España "no hay plantas de biometano porque no hay de biogás". "Cuando en Europa había 20.000 plantas de biogás en España había teóricamente unas 200. Eso hizo que cuando aparece la posibilidad del boom del biometano tanto por la descarbonización como por sustituir el gas fósil Europa se dispara porque tenían plantas de biogás y nosotros no", recuerda.

Por situaciones como esta, para Rey es necesario que la Administración sea "sensible" para "facilitar las tramitaciones y agilizarlas". "Sabemos que juntas todas las piezas del puzle es complejo a diferencia de las energías en las que la dificultad es la línea de evacuación. Aquí no es tan fácil porque siempre intervienen más factores", aclara no obstante.

Ahora bien, el director de Desarrollo de Biometano de Nortegas señala que "lo más lógico" es mover el gas una vez ya procesado en un tubo porque no tiene una afección desde el punto de vista medioambiental. "Hay que intentar que la Administración ayude a que el sistema gasista", ha insistido Rey al tiempo que ha apostado por más colaboración público-privada, como ha sucedido en Francia, donde han pasado de las 365 plantas a finales de 2021 a alrededor de 580 en la actualidad.

Preguntados sobre por qué España ha tardado tanto en la producción del biometano, ya que según los informes podría ser la tercera potencia en Europa, Suárez ha asegurado que en el continente en su día el desarrollo del biogás se hizo "a golpe de primas", mientras que aquí "fue siempre el hijo pobre". "Ahora partimos con un hándicap de base de que no tenemos plantas. Hay que hacerlo a golpe de ese tipo de ayudas", ha añadido.

"Ahora hay una gran oportunidad, es enorme porque va a haber un input mayor porque el gas ya se valora el certificado verde en la producción, pero no creamos que esto es ya el negocio del siglo, hay que seguir apostando", ha matizado el secretario general de Aebig.

Por su parte, Ignacio Rey ha concluido que una de los objetivos principales es que una vez el biogás se convierta en biometano se pueda "almacenar en el sistema", pero se ha mostrado consciente de la dificultad de "casar producción de esos residuos, localización de la planta, conexión a la red y qué hacer con lo digerido". 

No obstante, y a pesar de todo, Nortegas ya ha anunciado un proyecto que se desarrollará en León y en donde ya se prepara la tramitación, mientras que ha surgido una nueva oportunidad en la provincia de Valladolid donde esperan dar "noticias pronto". "Soy muy optimista. El 50% del consumo que realiza Castilla y León se puede cubrir con esos residuos orgánicos", ha sentenciado Rey.