Unos dicen que han llegado para quedarse y otros que el principal material del que están hechas, el litio, presenta riesgos de incendiarse fácilmente, por lo que siguen sin creer que sean el futuro para moverse en coche.
En las redes sociales cada vez hay más comentarios y noticias que hablan de vehículos eléctricos que se incendian solos o del peligro de utilizarlos por riesgo de explosión.
EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León ha querido ponerse en contacto con Javier Barbero, uno de los especialistas en movilidad eléctrica con que cuenta el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valladolid para arrojar algo de luz sobre este asunto. Por supuesto se mueve con un coche eléctrico desde hace años con el que también viaja a otros países y, lejos de intentar convencer a unos u otros de la peligrosidad o fiabilidad de las baterías de litio que utilizan los vehículos eléctricos, explica qué hay de cierto en todo ello.
La realidad es que el coche eléctrico existe desde 1834, es decir: antes de que se fabricara el primer automóvil de combustión interna. Sin embargo, nada tiene que ver aquel primer prototipo con la innovación y el desarrollo de los actuales vehículos eléctricos, impulsado en gran medida por los objetivos de descarbonización adoptados por los principales gobiernos del mundo.
A pesar de que las matriculaciones de coches eléctricos se han disparado en España un 66,3% en el último año, continúan siendo muchas las dudas de los usuarios a la hora de adquirir un vehículo eléctrico dada la rapidez con la que se está transformando este mercado y el escaso tiempo para asimilar y contrastar esta nueva realidad.
Javier Barbero explica a este periódico que "el riesgo existe pero con las últimas innovaciones en seguridad que se han aplicado a estas baterías de litio de los coches eléctricos, el riesgo es muy remoto".
Sí, pero existe. Eso es real. Sin embargo, "también existe riesgo de explosión por gas en una vivienda, como desgraciadamente ocurrió en la madrugada del pasado 1 de agosto en la calle Goya de Valladolid, que se saldó con la muerte de una mujer y 14 heridos y, sin embargo, convivimos desde siempre y seguimos haciéndolo con el gas natural en nuestras casas porque el riesgo es muy remoto también", observa.
Pero ¿por qué pueden incendiarse estas baterías? Los motivos pueden ser diversos si bien Barbero indica que tienen que darse "circunstancias muy peculiares y extrañas para que esto se produzca".
Una sobrecarga eléctrica por superar el voltaje que pueda soportar la batería, puede ser uno de los motivos. Que la batería se esté cargando con una temperatura exterior superior a los 60 grados centígrados, otro. Finalmente, si se produce un impacto muy violento con ese coche, la alta densidad de esa batería también puede producir una explosión.
No obstante, "el rápido desarrollo de estas baterías está permitiendo a los fabricantes innovar también en medidas de seguridad que hoy permiten conducir de manera segura un coche eléctrico dado que esas baterías van súper encapsuladas para proteger los electrodos, con sistemas de ventilación para refrigerarlas y con sistemas de seguridad también ante un posible impacto".
Son los propios fabricantes, explica Barbero, los primeros interesados en "dotar de las mayores medidas de seguridad a estas baterías, que hoy en día vienen ya muy blindadas frente a cualquier riesgo".
Hablar del riesgo de que puedan incendiarse las baterías de los coches eléctricos "es como hablar de que pueden incendiarse los coches de gasolina ante una colisión muy fuerte, cuando en la mayoría de los casos en los que se producen impactos así, no se incendia el vehículo".
Sin embargo, Barbero sí indica que, aunque el litio tiene "la bondad de que es energéticamente muy denso y tiene una vida muy larga, tiene también el problema de que es propenso a incendiarse en condiciones extremas" con la dificultad añadida de que es mucho más difícil apagar las llamas de una batería de litio que de otras combustiones. Ante un impacto conduciendo uno de estos vehículos, "la primera medida de seguridad es desconectar la batería del vehículo".
A pesar de todo ello, insiste en que los actuales sistemas de seguridad que llevan hoy las baterías de estos coches eléctricos "hacen altamente improbable" que acaben en llamas porque "ahora ya las baterías vienen blindadas contra impactos".
La alta demanda de litio para satisfacer la fabricación de vehículos no contaminantes (así como de otro tipo de baterías que diariamente se utilizan en dispositivos electrónicos como una tablet o un móvil), está abriendo una guerra entre los fabricantes de coches "para disponer de la explotación en exclusiva de este material". Un mercado dominado por Australia, Chile y China que ha acelerado el interés de los inversores europeos por poner en marcha fábricas de baterías de litio también en el viejo continente y reducir así la dependencia de mercados exteriores.
Una de las fábricas que está a la espera de instalarse en España es la de Inobat en Castilla y León que tiene previsto construir además un centro de I+D en Salamanca. De hecho, los planes de la compañía eslovaca pasan porque la fábrica española esté operativa ya en 2025, con la que se espera cree 2.000 puestos de trabajo.
Lo cierto es que el coche eléctrico se va abriendo paso poco a poco en la movilidad de las carreteras de forma cada vez más segura y con mayor autonomía si bien la innovación, entre otros aspectos, determinará en buena medida una implantación más extensa en el mercado.