La lista de deseos que Carles Puigdemont ha puesto sobre la mesa a cambio de su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez no por esperados, ha provocado un cisma en el PSOE. O mejor dicho, entre el sector más tradicional del partido y los ‘sanchistas’. Estaba claro que el político fugado de la justicia española iba a pedirlo todo a cambio de sus votos para hacerle de nuevo presidente, y así ha sido. Un referéndum de autodeterminación en Cataluña y la redacción de una nueva ley de amnistía que olvide los delitos de todos los encausados por el procés independentista. Como era de esperar, estas dos condiciones han levantado a una parte del socialismo.
Históricos como Alfonso Guerra, Felipe González, Jordi Sevilla, Joaquín Leguina, o Nicolás Redondo junto a exministros se han mostrado contra las exigencias de Puigdemont. Lo mismo ocurre con algunos barones como Page (Castilla La Mancha). Sin embargo, la mayoría le otorgan su confianza y prefieren mantener cautela y muchos silencios. Otros políticos más recientes, en silencio, evitan pronunciarse públicamente, miran con suspicacia lo que hasta hace bien poco era una línea roja infranqueable para todos los representantes del PSOE. En Castilla y León está ocurriendo igual. Los denominados socialistas históricos prefieren mantenerse al margen y no opinar ante la llamada de El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, aunque reconocen que la situación “no es fácil” y algunos aspectos “no gustan”. Otros sí se atreven a hacerlo, en este caso, aunque no sea fácil, para levantar la voz contra lo que está ocurrido.
Es el caso de Jesús Quijano (Saldaña, 11 de enero de 1951) al que no le gusta este posible trueque de votos por amnistía. El palentino que fue secretario general del PSOE de Castilla y León durante una década (1990-2000) y diputado por Valladolid en el Congreso (1 de abril de 2008-13 de diciembre de 2011) tiene claro que se trata de una medida “fuera de lugar”.
Su condición también de jurista catedrático, fue profesor de Derecho en la Universidad, le hace pensar que hay que poner sobre la mesa este tema desde una perspectiva amplia. “¿Por qué se hace una amnistía? Pues en situaciones muy especiales, y esta no lo es”, comienza. “Someter un acuerdo político como es la investidura a unas condiciones de este tipo, y en este contexto, suena extraño y complicado. No puede ser contraprestación para una investidura, y más de carácter previo, ya que se habla antes de conceder la amnistía que de apoyar el proceso. Me parece fuerte”, afirma contrariado.
Además, pone la situación actual en el contexto de otras amnistías vividas en España. Por ejemplo, la de 1977. “Ahí tenía una razón de ser porque veníamos de una dictadura que puso como delitos cuestiones que en una democracia no lo son, y era lógico y con sentido. Pero en este caso, no, porque se han juzgado unos hechos que el Tribunal Constitución ya ha dicho que son delitos y suponen unas penas con consecuencias”.
Quijano pide “prudencia” para ver en qué acaba todo y asegura que los socialistas históricos se están mostrando contra esta medida ya que vivieron unas épocas diferentes. “Tenían sentido antes, pero ahora con una Democracia asentada no es de recibo”.
Por su parte, el bando del PSOE actual, el que se encuentra en las instituciones, muestra su apoyo a Pedro Sánchez y siguen la línea marcada. Así, el actual líder del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, lo tiene claro y no se sale del argumentario de Ferraz. El burgalés prefiere esperar acontecimientos y se escuda en el marco constitucional para defender las conversaciones tanto con Junts como con ERC, unas declaraciones que están en línea, por ejemplo, con las del barón territorial de Cataluña, Salvador Illa, y el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas.
El líder socialista no ha querido hablar de amnistía ni de independencia pues en su opinión “lo primero es dejar a Feijóo perder su investidura” y posteriormente ya “cruzaremos ese puente”. Tudanca ha insistido en que si la negociación se produce dentro de la Constitución “habrá investidura” para posteriormente lanzar balones fuera y dejarlo todo en manos del PP. “Si ellos negocian con ERC y Junts son partidos constitucionales, y si lo hacen con el PSOE son enemigos de España”.
Tudanca ha pedido “tranquilidad” a los españoles pues “la negociación será con luz y taquigráficos, pero que nadie se preocupe, que el PSOE no va a romper España.
Otro hombre fuerte del socialismo en Castilla y León, el diputado Óscar Puente, también se está mostrando del lado de las negociaciones. El exalcalde vallisoletano ha criticado las voces de los históricos socialistas que se quejan de este posible truque. “Busco declaraciones de González o Guerra sobre la subida del SMI o las pensiones, cuestiones que fueron atacadas por la derecha. Sobre vivienda, desigualdad…No encuentro nada. Hace mucho tiempo que dejaron de ser un referente progresista para convertirse en lo que son hoy”, ha escrito en la red X.
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